[Darris McNeely] Cuando vemos esas escenas de inmigrantes en las que intentan cruzar la frontera en el sur de Texas, o cruzar el Mediterráneo en un barco improvisado hacia Europa, nos conmovemos. Personas movilizándose en todas partes del mundo, buscando una vida mejor, algo que desean y no tienen en casa. Lo vemos… los políticos hablan de ello… y sé que nuestro corazón los acompaña.

En Romanos ocho, versículo diecinueve, el apóstol Pablo habla acerca de la creación gimiendo juntamente, esperando la manifestación de los hijos de Dios. Recientemente estaba pensando en eso mientras me dirigía a un grupo de personas en una reunión, y me vino a la mente la historia de Mateo quince. Una mujer gentil vino a Cristo queriendo que él sanara a su hija que estaba poseída por un demonio. Jesús la desanimó y dijo: no." Respondió: "No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel". Sin embargo, ella persistió. Le dijo que: "aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos". Jesús se maravilló de su fe y le dijo, en el verso veintisiete: "Hágase contigo como quieres". Y todo lo que deseaba era alivio para su hija. Al final, ella lo obtuvo, porque en realidad Cristo estaba expresando una verdad más importante y tuvo compasión de esta… pequeña niña. Pero el deseo, como él dijo "fue como quería".

Cuando pensamos en el deseo de la gente de hoy: una vida mejor... un mundo mejor… sanación… alivio de la opresión o cualquier otra cosa, podemos volver a esta historia, y pensar en la afirmación de Romanos de que hay… hay una expectativa, un deseo de un tiempo y mundo mejores. Tener esto presente, nos ayuda a tener la compasión debida por las personas que hoy sufren, que buscan una vida mejor sin importar de dónde vengan y sin importar el por qué; y al menos comprender que ese es el problema en el mundo de hoy, y que la verdadera y única respuesta se encuentra en el Evangelio del Reino de Dios, que Jesucristo proclamó.

Esto es BTDaily. Hasta la próxima.