Amor romántico: ¿Opción o accidente?

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Amor romántico

¿Opción o accidente?

El otro día estaba viendo en televisión una popular telenovela que presenta diferentes relaciones sentimentales desgarradoras - amores no correspondidos, relaciones dañadas y rupturas de parejas- y en el momento más álgido de la serie, la protagonista, que sostenía una acalorada discusión con otra persona, gritó con lágrimas en los ojos: “¡Uno no elige de quien se enamora!”

Supuestamente, esta frase era la gran verdad que dicha serie intentaba graficar: que el amor tiene altos y bajos, que puede ser maravilloso o devastador, pero que a fin de cuentas tenemos que aceptar lo que nos toca, porque no podemos escoger a quien amamos.

Tan pronto las palabras salieron de la boca del personaje, le grité al televisor: ¡Eso no es verdad!”

Como la televisión no es una persona y no escucha, desahogué mi frustración con mi esposa. “Sí podemos elegir. El amor no es algo accidental sobre lo cual no tenemos control. ¡Estos escritores de series televisivas cuentan historias ficticias como si fueran algo comprobado, las personas las ven, las creen, y sus vidas se arruinan!”

Y estoy absolutamente convencido de esto. Muchos jóvenes creen en el mito de que no se puede escoger a quien se ama, y en el proceso se pierden la felicidad que podrán enriquecer sus vidas.¡El “amor accidental” simplemente no existe! Tenemos mucho más control sobre este asunto del que creemos, y las opciones en cuanto al amor está íntimamente relacionadas con el momento apropiado.

¿Qué es el amor?

Para tomar decisiones acerca del amor, necesitamos entender qué es el amor. Puede que ustedes no estén de acuerdo con lo que digo porque ya se han “enamorado” y les parece que tal sentimiento surge de la nada y es imposible de controlar. Cada persona lo experimenta en algún momento de su vida y es una sensación maravillosa; sin embargo, el amor es mucho más que eso.

El diccionario Pequeño Larousse Ilustrado entrega 9 distintas definiciones para la palabra “amor”. Obviamente, el témino se usa de diferentes maneras.

La primera definición nos dice: “Sentimiento que inclina el ánimo hacia lo que le place”. Pero con frecuencia usamos la segunda: “Sentimiento apasionado hacia una persona del otro sexo”. Más adelante nos enfocaremos solo en ésta. Desde luego, si se usa como verbo, “amar” es experimentar dichos sentimientos. Pero para entender por qué el amor verdadero y profundo es más que un sentimiento, no debemos limitarnos a lo que dice el diccionario.

Los escritores de nuestras publicaciones usan la Biblia como fuente de la verdad y este libro tiene mucho que decir acerca del amor. Nos dice que el amor incluye sentimientos, pero también implica hacer cosas. El apóstol Juan escribió lo que se podriá considerar la definición bíblica del amor cuando se refiere a nuestra relación con Dios: “Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos” (2 Juan 6).

Los sentimientos íntimos y las motivaciones se deben traducir en acciones. Como Juan escribió, “no amemos de palabra ni de lengua, sinode hecho y en verdad” (1 Juan 3:18).

En otras palabras, “decir ‘te amo’ es fácil, pero demostrarlo es otra cosa”. Hacer algo requiere un compromiso de nuestra parte y de nuestro tiempo limitado.

El coro de cierta canción antigua repite estas palabras: “El amor no es un sentimiento, sino un acto de voluntad”. Estoy parcialmente en desacuerdo con esto, porque el amor sí incluye sentimientos, profundo afecto y constante preocupación. Pero se trata de mucho más que sentimientos, porque también las acciones que le acompañan son importantes.

En este sentido, todos tenemos cierto poder de control y decisión. Algunas veces parece imposible dominar los sentimientos, pero cuando administramos bien lo que hacemos con nuestro tiempo, ello se impone poderosamente sobre la forma en que sentimos, incluso cuando nos enamoramos.

¿A quién amar y cuándo hacerlo?

Los aspectos más importantes que debemos controlar cuando se trata del amor romántico son a quién amamos y cuándo hacerlo.

Muchas personas creen que enamorarse sucede de manera accidental. Podemos sentirnos atraídos por alguien de ese modo, pero desarrollar sentimientos de amor lleva más tiempo. No se puede tener afecto romántico por alguien que no se conoce, y no se puede conocer a alguien a menos que se pase tiempo con él o ella. Por lo tanto, la primera clave para elegir a quien amar es escoger con quien pasamos nuestro tiempo y cómo lo hacemos.

Es mucho mejor enamorarse de alguien con quien se tengan cosas en común. Los escritores de programas de televisión dicen que no se puede elegir a quien amar, pero sí se puede -o, al menos, se puede elegir a quién no amar.

En la mayoría de los casos, es mejor prepararse para una carrera antes de comprometerse en matrimonio. Enamorarse a muy temprana edad ha sido la causa de que muchos jóvenes abandonen sus estudios o se conformen con una carrera inferior para poder estar con esa persona especial.

Es mejor decidir por adelantado cuál momento de la vida es el más apropiado para el romance. Espera a que llegue ese momento antes de salir con alguien o pasar gran parte de tu tiempo con una persona del sexo opuesto. En la Biblia, el rey Salomón nos aconsejó que no despertemos el amor hasta que llegue el momento adecuado (Cantar de los Cantares de Salomón, 8:4). Mientras se presenta esa ocasión, aprovecha de compartir con muchas personas y de ver quienes son más compatibles contigo. De esta forma, cuando llegue el momento, sabrás con qué tipo de persona quieres estar.

Desafío y honestidad

Esto puede ser muy difícil. Si comienzas a tener sentimientos profundos hacia alguien, oblígate a pasar menos tiempo con esa persona hasta que llegue el momento apropiado. De otra forma, podrás estar abandonando la opción de poder decidir con una mente más despejada. Tú eliges a quien amar cuando  escoges con quien pasas tu tiempo.

No es necesario que mantengas en secreto tus motivaciones. Decirle a una persona abiertamente que te gusta, pero que no estás listo para tener una relación más profunda, será beneficioso para ambos y  podrá ser una forma de llegar a la persona cuando el momento sea propicio. Lo otro que se debe tener en consideración es que no se pueden manipular los sentimientos de la otra persona y lo que ella siente por ti. Pero eso es tema para otra ocasión.

Controlar con quien se pasa el tiempo es vital para escoger de quien enamorarnos, incluso más que cuándo sucederá. El amor comienza por lo general con una atracción mutua, pero solo puede crecer sobre la base de intereses comunes, estándares compartidos y metas similares.

Algunos de estos aspectos son más importantes que otros. Un hombre que gusta del rock-n-roll puede tener un matrimonio feliz con una mujer que gusta de los boleros. Pero cuando un hombre y una mujer se enamoran y tienen diferencias fundamentales en temas como la religión, la política, o incluso en sus hábitos financieros, se están arriesgando a sufrir mucho en sus relaciones amorosas, tal como los personajes que tan a menudo vemos en la televisión.

Es mucho mejor enamorarse de alguien con quien se tengan cosas en común. Los escritores de programas de televisión dicen que no se puede elegir a quien amar, pero sí se puede - o, al menos, se puede elegir a quien no amar.

Si conocemos a alguien de quien podríamos llegar a enamorarnos, pero tiene valores muy diferentes, no pasemos mucho tiempo con esa persona, sin importar lo atractiva que pueda ser. De otra forma, pronto podríamos estar llorando y lamentando el hecho de habernos enamorado de alguien tan distinto. Se elige con quien pasar el tiempo. Puede que sea una decisión difícil, pero bien vale intentarlo. Decidir sabiamente cómo disfrutar de nuestro tiempo libre es decidir inteligentemente respecto al amor y a un futuro matrimonio.  BN