Ciro de Persia
Las palabras de un hombre se cumplen
En el famoso cilindro de Ciro (538 a.C.), rey de Persia, se encuentran grabadas la historia de su conquista de Babilonia y su política de tolerancia religiosa. Él fue quien decretó que los judíos, que habían sido llevados en cautiverio por los babilonios en el año 587 a.C., podían regresar a su tierra y reconstruir Jerusalén y el templo de Dios.
Esto cumplió en forma muy notable lo que Isaías había profetizado un siglo y medio antes acerca de cómo Dios obraría por medio de Ciro: “Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: Serás fundado”. Dios también predijo de Ciro: “Él edificará mi ciudad, y soltará mis cautivos” (Isaías 44:28; Isaías 45:13).