No siempre serán enemigos
A pesar de los mejores esfuerzos de los participantes en las negociaciones para lograr la paz en el Cercano Oriente, aún les resulta muy difícil vivir en paz a las naciones árabes y la judía. No obstante, no siempre han sido enemigos. De hecho, durante muchos siglos los judíos prosperaron dentro de lo que era el mundo árabe.
Poco tiempo después de la muerte de Mahoma en el año 632, los árabes empezaron a conquistar amplias regiones del mundo conocido entonces. En poco tiempo ya dominaban el norte de África, Arabia, Palestina, Persia, Sicilia, el sur de Italia y gran parte de Turquía y España. Durante los siguientes siglos, la cultura árabe estuvo bastante más avanzada que la europea.
En su libro History of Western Philosophy [“Historia de la filosofía occidental”], Bertrand Russell explica la forma en que los judíos prosperaron bajo los árabes. Después de hablar acerca de la persecución de los judíos en Europa y la consiguiente falta de sus aportes culturales, Russell continúa: “Por el contrario, en las naciones mahometanas los judíos casi siempre fueron tratados bien. Particularmente en la España morisca contribuyeron a la enseñanza . . . [Luego, cuando] los cristianos reconquistaron España, fueron principalmente los judíos quienes les transmitieron la enseñanza de los moros. Eruditos judíos, quienes sabían hebreo, griego y árabe y estaban familiarizados con la filosofía de Aristóteles, impartieron sus conocimientos a los maestros menos letrados” (1969, p. 324).
El descubrimiento en Europa, gracias a los árabes y los judíos, de muchos textos griegos la condujo finalmente al Renacimiento y al surgimiento de la cultura europea. Hoy en día, tanto europeos como árabes y judíos podrían lograr mucho si colaboraran unos con otros. Tristemente, las cruzadas, las persecuciones y las yihads han sido demasiado frecuentes en su historia.
No obstante, en el venidero reino del Mesías, el Cristo, los descendientes de los tres grupos aprenderán a prosperar colaborando en paz.