¿Cómo explicar 1 Corintios 11:3-16, sobre la mujer, el cabello corto y el velo?
El problema en Corinto era que las mujeres usaban el cabello demasiado corto y se parecían a los hombres. Esto escandalizaba por ser una falta de respeto al orden establecido en cuanto a la apariencia del hombre y la mujer. Ellas no debían parecerse a los hombres, ni los hombres a las mujeres, pues se prestaba a lo que ocurre con los hombres afeminados y las mujeres con apariencia masculina.
La Biblia mantiene el principio de que el hombre debe cortarse el cabello y no dejárselo crecer largo (Ezequiel 44:20). El apóstol Pablo afirma que si las mujeres vienen a adorar a Dios con el cabello demasiado corto, es una ofensa a Dios tal como si estuvieran rapadas o aun calvas. Les recuerda que el hombre tiene el cabello corto para distinguirse de la mujer con cabello largo.
Si el hombre tiene el cabello largo como la mujer, tampoco es bueno. En cambio, con el cabello más largo, la mujer agrada a Dios, pues muestra que reconoce su papel y está sujeta al varón (1 Timoteo 2:9-14). Además su cabello le es dado como un velo natural cuando adora a Dios. Tanto los hombres como las mujeres cristianas deben recordar que, aunque ellos son iguales ante Dios, él los hizo con sexos (y géneros) diferentes. Pablo dice que en todas las iglesias, el varón debe venir a adorar con el cabello corto y las mujeres con el cabello más largo, mostrando así que el hombre ejerce un puesto de autoridad, tal como leemos en los versículos siguientes.
Lo que Pablo está diciendo es que la Iglesia no tiene costumbre de cabello demasiado corto para la mujer y de cabello largo para los hombres. Pero si por alguna razón su cabello fuera demasiado corto, evidentemente le sería necesario cubrirse con un velo, y si no lo hace, deshonra su cabeza.
La pregunta pendiente es: ¿Qué tan corto debe ser el cabello de la mujer y que tan largo el cabello del hombre, de tal manera que no sean considerados como una afrenta a Dios? En la Iglesia de Dios Unida lo que hacemos es recomendar tanto a las mujeres como a los hombres que cuiden su apariencia personal en relación al cabello, a fin de que no se encuentren fuera de los límites permisibles desde la perspectiva de Dios y no de algún criterio meramente humano. Debemos ser obedientes en todo tal como nos recomienda Apocalipsis 22:18-19.