¿El bautismo salva a la gente?
El bautismo es una ceremonia por la cual usted entra públicamente en un acuerdo con su Creador. Él acepta perdonar sus pecados pasados. Usted acepta amarlo y obedecerlo. Hacemos esto porque Dios nos lo ha dicho.
Los seguidores de Cristo son instruidos para ser bautizados en Hechos 2:38. A la Iglesia de Dios se le instruyó bautizar en Mateo 28:19-20.
El que alguien lo sumerja y saque del agua son acciones que no tienen poder en sí mismas. Sin embargo, en el contexto de un bautismo, son un signo necesario de una transformación espiritual tomando lugar desde dentro.
Entonces, ¿cómo se salva una persona?
Primero, definamos de qué necesita salvarse exactamente: Usted necesita salvarse de la muerte.
Las Escrituras nos dicen que debido a nuestros pecados sólo nos hemos ganado la muerte, pero Dios tiene el poder de darnos vida eterna (Romanos 6:23). Por el poder de Dios, usted puede ser salvo de esa muerte (Juan 5:24).
Su ruta de la muerte a la vida sigue este patrón básico
Conciencia del pecado
El pecado es la desobediencia a las leyes de Dios y una ofensa delante de él. Antes de que usted pueda conscientemente alejarse de su desobediencia a Dios, tiene sentido que primero conozca cuáles son esas leyes y cómo ha ofendido a Dios. Una de las muchas funciones de la Iglesia de Dios es proclamar las leyes de Dios.
Convicción de que necesita arrepentirse
Al conocer los mandamientos y estándares de Dios viene la conciencia de su propia culpa y ofensa hacia él. Usted puede ignorar esa culpa o puede elegir reconciliarse con Dios. Él quiere reconciliarse. De hecho, su sentimiento de culpa es impulsado por su Espíritu Santo (Juan 16:8; Romanos 2:4; Juan 6:44).
Bautismo
Para reconciliarse con Dios, la pena por haberlo ofendido debe ser pagada delante de él. Sin embargo, Dios está dispuesto a pagar la pena de muerte en su nombre, lo cual hace a través de la muerte de Jesucristo.
Mediante el acto del bautismo, usted declara públicamente que acepta ese pago en su nombre. Y entra en este acuerdo con Dios ante testigos. Nota: La naturaleza pública de esta declaración se logra presentándose a la Iglesia de Dios para ser bautizado en lugar de realizar las acciones en privado.
Sumergirse en el agua es un rito que confirma la muerte de la persona que alguna vez fuera. Levantarse del agua le confirma su entrada en la novedad de vida (Romanos 6:4). Ahora está limpio de su culpa delante de Dios.
Reciba el Espíritu Santo
Su culpa puede haberse ido, pero aún no ha recibido el regalo de la vida eterna. Este don de la vida eterna comienza con la recepción del Espíritu Santo por la imposición de manos de un ministro de Dios (Hechos 8:14-17; 2 Timoteo 1:6-7; Hechos 19:5-6).
La presencia del Espíritu Santo dentro de usted es:
Un depósito hecho por Dios de la vida eterna que recibirá en plenitud cuando resucite (Efesios 1:13-14).
El propio poder de Dios que lo resucitará de la muerte, el mismo que resucitó a Jesucristo de los muertos (Romanos 8:11).
Siga la guía del Espíritu Santo
El Espíritu Santo lo guiará y exhortará a que ande en los caminos de Dios por el resto de los días de su vida física (Romanos 8:4). Al superar la tentación y la prueba, usted crecerá y madurará a la plenitud de Cristo.
Resurrección
Cuando Cristo regrese, a aquellos de nosotros que nos hemos mantenido fieles en amor y obediencia hasta el final se nos otorgará el premio de la vida eterna. Nuestra salvación de la muerte será completa (1 Corintios 15:54-55).
Una declaración de propósito
El acto del bautismo es un evento importante en la ruta hacia la vida eterna. Es una señal que marca su día de decisión. Es el día en que declara formal y públicamente que está comprometido a seguir el camino que conduce a la vida eterna (Filipenses 3:10-11).
El momento de comenzar esta importante redirección de su vida es ahora.
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