Raíces paganas de la Pascua Florida

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Raíces paganas de la Pascua Florida

¿Cómo es que la adoración a un dios y una diosa llegaron a estar asociados con la muerte y resurrección de Jesucristo? A pesar de que los detalles se han desvanecido con el tiempo, cuando observamos de cerca la mitología antigua que rodeaba a esta adoración podemos entender cómo las prácticas paganas han sobrevivido en las costumbres populares de la Pascua Florida.

Dos de las primeras deidades registradas en la historia fueron el dios babilonio de la fertilidad, Tamuz, y la diosa Ishtar. Se creía que Tamuz “moría todos los años, marchando de la tierra alegre al sombrío mundo subterráneo” (La Rama Dorada, Sir James Frazer, 1993, p. 379).

El ciclo de las estaciones llegó a asociarse con la supuesta muerte y resurrección anual de Tamuz. “Bajo los nombres de Osiris, Tamuz, Adonis, y Atis, los pueblos de Egipto y del Asia Menor  representaron la decadencia y el despertar anual de la vida . . . personificándola como un dios que muere y vuelve a revivir. En nombre y detalles variaron los ritos de lugar en lugar, aunque substancialmente eran los mismos” (p. 378-379).

Muchos de estos ritos giraban en torno a inducir el regreso de Tamuz de los muertos. Una de estas ceremonias es registrada en Ezequiel 8:14, donde Ezequiel vio una visión abominable: mujeres “que lloraban por el dios Tamuz” (Nueva Versión Internacional) en el templo mismo de Dios.

The Expositor’s Bible Commentary (Comentario bíblico del expositor) dice en cuanto a este versículo: “Tamuz, luego asociado con Adonis y Afrodita por nombre, era un dios de la fertilidad y la lluvia. En el ciclo estacional mitológico él moría a comienzos del otoño, cuando la vegetación se marchitaba. Su renacimiento, gracias al llanto de Ishtar, era marcado por los brotes de la primavera y la fertilidad de la tierra. Tal renacimiento era exhortado y celebrado con promiscuos festivales de fertilidad . . . Las mujeres lamentaban la muerte de Tamuz. Estas quizás también seguían el ritual de Ishtar, llorando por el renacimiento de Tamuz” (Ralph Alexander, vol. 6, 986, pp. 783-784).

A medida que la adoración de Tamuz e Ishtar se propagaron por la región mediterránea, incluyendo el territorio bíblico de Israel, el par empezó a ser adorado bajo otros nombres: Baal y Astarté (Astoret), Atis y Cibeles, y Adonis y Afrodita. Dios condenó con vehemencia la adoración sensual y perversa de Baal y Astarté, la “reina del cielo” (Jueces 2:11-15; 3:7-8; 10:6-7; 1 Reyes 11:4-6, 31, 33; 16:30-33; 22:51-53; 2 Reyes 23:13; Jeremías 7:18).

Costumbres precristianas vinculadas a Cristo

En la adoración antigua encontramos la mitología que fundamentalmente vincularía estas costumbres antiguas a la muerte y resurrección de Cristo. Alan Watts dice: “Sería tedioso describir en detalle todo lo que nos ha sido traspasado de los varios ritos de Tamuz, Adonis . . . y muchos otros . . . Pero su tema universal –el drama de la muerte y resurrección– los hace precursores de la Pascua Florida cristiana y, por lo tanto, del primer ‘servicio de la Pascua’. A medida que describamos la observancia cristiana de la Pascua Florida, veremos cuántas de sus costumbres y ceremonias se parecen a estos ritos antiguos” (Easter: Its Story and Meaning [La Pascua Florida: Su historia y significado], 1950, p. 58).

Watts describe algunas de estas similitudes y paralelos: “Poco antes del equinoccio vernal [primavera] . . . los miembros de este culto [de Tamuz-Ishtar, Atis-Cibeles y Adonis-Afrodita] comenzaban un ayuno, tal como los cristianos practican el ayuno de la Cuaresma, cuarenta días antes de la Pascua Florida”.

Él habla de cómo algunos adoradores cortaban un árbol, luego lo llevaban “con reverencia y ceremonia al templo de Cibeles y lo colocaban en el santuario central”. Ahí, “en su racimo [tronco] central, colgaba la figura de un dios joven” (p. 59).

“Aquí, por el resto de los días del ayuno, los adoradores se reunían para cantar himnos de lamentación por el difunto Atis . . .
y hasta hoy en día, durante la veneración de la cruz en Viernes Santo, los cristianos cantan su himno de lamento por otro ser, aún más grandioso, que murió en un árbol . . .” (p. 59).

A medida que el ayuno llegaba a su fin, se llevaba a cabo un rito notable: “La figura del difunto Atis era retirada del árbol y enterrada bajo el cielo crepuscular. Ya entrada la noche, sus devotos se paraban alrededor del sepulcro y cantaban himnos de lamento. Pero a medida que el amanecer se acercaba, se encendía una gran luz, tal como en la actualidad los cristianos encienden el cirio pascual en la Vigilia Pascual como símbolo de la resurrección de Cristo” (pp. 61-62).

Frazer describe esta adoración idólatra de esta manera: “La tristeza de los adoradores se convertía en gozo . . . la tumba se abría, el dios se levantaba de entre los muertos, y cuando el sacerdote tocaba los labios de los llorosos acongojados con el bálsamo, les musitaba suavemente en los oídos la alegre nueva de salvación. La resurrección del dios era saludada por sus discípulos como una promesa de que ellos también saldrían triunfantes de la corrupción de la tumba. En la mañana . . . se celebraba la resurrección divina con una desen-
frenada explosión de alegría. En Roma, y probablemente en otras partes, la celebración tomaba el aspecto de un carnaval” (p. 406).

Se adopta una celebración antigua 

En sus variadas formas, la adoración de Tamuz-Adonis-Atis se propagó a través del Imperio romano, incluyendo Roma. Y a medida que el cristianismo se diseminó a lo largo del imperio, los líderes religiosos aparentemente mezclaron costumbres y prácticas asociadas con este antiguo dios “resucitado” y las aplicaron al Hijo de Dios resucitado.

Dice Frazer: “Cuando nosotros reflexionamos con cuánta frecuencia la Iglesia se ha ingeniado tan hábilmente para injertar el acodo de la nueva fe en la base del paganismo, [presumimos] que la celebración pascual de la muerte y resurrección de Cristo se injertó sobre una cepa de la muerte y resurrección de Adonis” (pp. 400-401).

En este aspecto, la Pascua Florida siguió el patrón de la Navidad al ser oficialmente autorizada y bienvenida en la iglesia. Como Frazer dice: “Motivos de la misma clase pueden haber conducido a las autoridades eclesiásticas a asimilar el festival de la Pascua de la muerte y resurrección de su Señor en la fiesta de la muerte y resurrección de otro dios asiático que cayese en la misma estación del año. Ahora bien, los ritos de Pascua que se celebran hoy en día en Grecia, Sicilia e Italia Meridional tienen todavía analogías, en cierto modo estrechas, con los ritos de Adonis, y ya hemos sugerido que la Iglesia puede haber adaptado conscientemente su nueva fiesta a la predecesora gentilicia con el designio de conquistar almas para Cristo” (p. 415).  BN