¿Está inflado su neumático de repuesto?
Un sábado por la mañana mi esposa y yo estábamos en camino a los servicios de la Iglesia. Salimos por la I-75 y empezamos a manejar por una autopista del condado. Poco después aparentemente nos impactó un pequeño objeto que no vimos en el camino, que causó que el neumático delantero derecho se desinflara casi instantáneamente.
Detuve el carro en el acotamiento de la carretera, saqué el gato, llave de tuercas y el neumático de repuesto del maletero, cambié el neumático y seguí nuestro viaje. Pero menos de un cuarto de milla después volvimos a oír el sonido del neumático desinflado. Me salí de la carretera hacia el hombro de la misma con césped y lodo y me di cuenta que el mismo neumático que recién había montado se había salido parcialmente del rin. Entonces estábamos ahí, sin un neumático de repuesto y con el lado derecho del carro ahora hundiéndose lentamente en el lodo.
Agradecimos mucho cuando un miembro de la Iglesia, que estaba en camino a los servicios del sábado, se detuvo y gentilmente nos ofreció transporte. Después de los servicios llamé a un servicio de grúa para que sacaran al carro del lodo y lo llevaran a un taller de automóviles. Pronto nos dimos cuenta que el problema con el neumático de repuesto ocurrió porque no estaba lo suficientemente inflado y por ende no podía soportar el peso del carro.
Pero el problema real no era el neumático de repuesto, era yo. Yo simplemente no me había molestado en revisar la presión de aire del neumático más temprano para asegurarme que estuviera listo para estar en servicio si fuese necesario.
Preparándose para los problemas del camino
Ese incidente me animó a pensar más seriamente en mi llamado divino. ¿Estoy listo para una emergencia espiritual, o sólo estoy asumiendo que estoy preparado para manejar cualquier tipo de problema en la ruta al Reino de Dios?
¿Qué hay de usted? ¿Está usted equipado para lidiar con un “neumático espiritual desinflado” en el camino a la vida eterna?
Un neumático espiritual desinflado resulta de pruebas o aflicciones que usted se encuentra en su vida (Job 5:7; 1 Pedro 4:12). Algunas de estas pueden tener el efecto de desinflar su “presión de aire” espiritual. Y si usted no está preparado, un neumático espiritual desinflado puede potencialmente bloquearle de completar su camino a la salvación.
Así que, ¿cómo puede usted prepararse para un neumático desinflado en el camino al Reino de Dios?
¿Es usted frío o caliente?
El mensaje de Jesús a la iglesia de Laodicea en Apocalipsis 3 nos ayuda a responder esa pregunta: “Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea… Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca” (Apocalipsis 3:14-16).
El versículo 17 expresa el sentimiento de este miembro de la iglesia de complacencia y auto-satisfacción. Cuando él dice, “Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad”, nos dice que él piensa que no necesita hacer más de lo que ya está haciendo. Él piensa que está bien espiritualmente. Pero ciertamente no lo está, y no lo puede ver (versículo 18).
No sólo figuradamente no tiene “aire en su neumático de repuesto”, si no que sus otros neumáticos están sin aire y desinflándose. Su motor está fallando. Su radiador tiene fuga de fluidos y su parabrisas está tan sucio que apenas puede ver a través del mismo. Aunque él haga lo mismo que otros cristianos hacen físicamente, como atender los servicios de los sábados y pagar diezmos, se ha convertido simplemente en una rutina poco exigente y cómoda. ¿Cuál es la realidad? Su vida espiritual de hecho está estancada.
¿Cuál es el problema subyacente de este cristiano relajado? Son las prioridades equivocadas. Aunque él pueda ser muy bueno en cualquier cantidad de tareas humanas, él es descuidado sobre poner en primer lugar -y seguir fervientemente- su llamado divino (Mateo 6:33).
Ciertamente no anhela hablar a su Creador en oración o de estudiar las palabras que llevan a vida eterna. Él no está haciendo sacrificios para servir a otras personas, o no está defendiendo entusiasmadamente los estándares y principios de Dios. Él está “ciego” espiritualmente en el sentido de que no sabe lo que pasa, no lo observa y es negligente. Él está espiritualmente “desnudo” porque está siendo dominado y gobernado por sus intereses y deseos humanos -en lugar de los deseos de Dios a través de su Espíritu Santo. Él está “desdichado y miserable” porque aunque parezca que las cosas le funcionan físicamente, él está de hecho fallando en su lucha espiritual que debe estar llevando a cabo contra su propia naturaleza carnal y la influencia de Satanás. Él no solamente necesita una reparación y calibración completa, ciertamente necesita “aire en su neumático de repuesto”.
Esto se puede hacer, agradecidamente y con la tremenda misericordia de Dios. La situación tiene esperanza si él decide hacer cambios grandes y esenciales (2 Corintios 13:5). El apóstol Pablo le dijo a los hermanos de su día que necesitaban ocuparse en lo que era realmente importante (Romanos 13:11). Esto es cierto para los cristianos letárgicos de hoy en día. Si él está dispuesto a arrepentirse y renovar su condición espiritual él puede prosperar nuevamente (Apocalipsis 3:18-22; 2 Timoteo 1:6).
¿Y qué hay de usted? Usted probablemente experimente neumáticos desinflados espirituales en su vida debido a problemas y aflicciones que se encuentre. Pero si usted tiene “aire en su neumático de repuesto”, usted puede recuperarse de esos neumáticos desinflados espirituales y ponerse en movimiento nuevamente en la autopista divina de Dios. Se trata de tener una saludable y robusta relación con su Creador mientras intenta enérgicamente con su ayuda y poder, vivir su forma ideal de vida. También se trata de estar espiritualmente motivado y muy consciente sobre seguir su llamado maravilloso (Proverbios 31:27). Así que no deje nada a la suerte mientras esté viajando en el camino a la vida eterna. Asegúrese de tener siempre “aire en su neumático de repuesto”.