¡Un mundo que necesita ser rescatado!
Siete graves peligros
Vivimos en un tiempo que puede llamarse “la era tecnológica”: un período de increíbles descubrimientos, constantes avances científicos, y al mismo tiempo males terribles y aterradores. ¿Qué significa esto? ¿Adónde nos está conduciendo? ¿Qué dice la Biblia al respecto?
Al igual que el relato mitológico griego de Pandora, quien por curiosidad abrió la caja prohibida de secretos y desencadenó una serie de plagas destructivas, vemos que el mundo de la ciencia sigue aventurándose sin ningún freno, ya sea por curiosidad o para alcanzar fama y dinero, a campos más peligrosos del área científica. Ahora que la mayoría del mundo está conectado por medio del Internet, el ritmo de los descubrimientos científicos y sus consiguientes peligros se está acelerando.
Tal como el Bulletin of the Atomic Scientists [Boletín de los científicos atómicos] comentó este año: “Uno de los propósitos del Boletín era responder y ofrecer soluciones a la ‘caja de Pandora de la ciencia moderna’, porque reconoce la velocidad que han alcanzado los avances tecnológicos, y los difíciles interrogantes que estos presentarían” (2017 Doomsday Clock Statement [Declaración del Reloj del Apocalipsis], Universidad de Chicago, énfasis nuestro en todo este artículo).
Ahora vamos a analizar siete peligros modernos que, de continuar sin restricciones, podrían provocar la destrucción de la civilización humana. Estas siete amenazas, entre otras, están convergiendo y produciendo un peligroso efecto sobre la sociedad. De hecho, pareciera ser que ya es demasiado tarde, y que solo Dios puede salvarnos.
Tales factores están llevando a un período de peligros y sufrimiento sin precedentes que fue profetizado por Jesucristo: “Porque aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá. Y si el Señor no hubiese acortado aquellos días, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos que él escogió, acortó aquellos días” (Marcos 13:19-20).
Sí, hay esperanza para la humanidad. Dios intervendrá en los asuntos mundiales para salvar a los seres humanos de la gran corrupción y destrucción que están fomentando estas innovaciones dañinas y también protegerá a sus seguidores mientras se estén llevando a cabo estos eventos. Veamos, entonces, estos siete grandes peligros que la humanidad está enfrentando.
Proliferación de armas nucleares
Después de una pausa durante la Guerra Fría (1945-1991), ahora, con un mundo más permisivo, repleto de información y hastiado de las guerras, numerosas naciones (algunas muy inestables) están adquiriendo bombas nucleares. Actualmente hay más de quince mil armas nucleares en el arsenal mundial, suficientes para destruir a toda la gente de la faz de la Tierra. De hecho, los científicos calculan que la mayoría de la humanidad y el ecosistema podrían ser destruidos en gran parte utilizando solo cien bombas nucleares, ¡o menos del dos por ciento del total!
Al escribir para Global Zero, una organización comprometida a eliminar bombas nucleares, Ryan Rastergar informa: “Un informe publicado en 2014 en la revista Earth’s Future [El futuro de la Tierra] concluyó que incluso una guerra regional de 100 detonaciones nucleares produciría 5 teragramos de hollín negro (¡eso es 500 000 000 000 kg!), que se elevaría hasta la estratósfera de la Tierra y bloquearía la luz del sol. Esto produciría una repentina baja de las temperaturas globales, fenómeno que podría durar más de 25 años y destruir temporalmente gran parte de la capa de ozono que protege a la Tierra.
“Esto también podría causar el aumento de hasta un ochenta por ciento de la radiación ultravioleta en la faz de la Tierra, destruyendo los ecosistemas tanto terrestres como marinos [incluyendo la vida vegetal y animal que contienen] y provocando potencialmente una hambruna nuclear global” [“How Many Nukes Would it Take to Render the Earth Uninhabitable?” [¿Cuántas bombas nucleares se necesitarían para dejar la Tierra inhabitable?] GlobalZero.org, jul. 9, 2015).
La proliferación nuclear, o distribución de armas nucleares entre naciones, se está volviendo cada vez más común. Las bombas atómicas solían estar limitadas a un pequeño y exclusivo grupo: los Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña y Francia. Luego, algunos otros se les unieron: India, Pakistán e Israel. Pero ahora también las posee Corea del Norte, una dictadura inestable, y probablemente Irán se unirá a esta fraternidad dentro de poco. ¿Quién sabe cuántos otros países vecinos de estas naciones, sintiéndose amenazados por estos novicios nucleares, estarán preparando sus propios programas nucleares y de defensa propia?
Esto está afectando la estabilidad política y militar de Asia, el Medio Oriente, Europa, Estados Unidos y otras partes del mundo, ya que los misiles intercontinentales que Corea del Norte está desarrollando podrían alcanzar potencialmente a casi todos los continentes.
No estamos hablando simplemente desde una perspectiva fatalista y pesimista. Esta es la realidad que muchos científicos y líderes políticos están constantemente enfatizando. Las manecillas del famoso Reloj del Apocalipsis [también llamado Reloj del Juicio Final] ubicado en Chicago, en el cual los científicos registran cuán cerca está la humanidad de una catástrofe global de factura humana, fueron avanzadas en 2017 a dos minutos y medio antes de la medianoche (solía ser seis minutos en 2010).
Los científicos a cargo del reloj advirtieron: “Durante este año pasado, la necesidad de liderazgo se intensificó aún más; sin embargo, la falta de acción y las políticas arriesgadas han continuado, poniendo en peligro a todo ser humano en todas partes de la Tierra. ¿Quién liderará a la humanidad para protegerla de un desastre global? . . . La probabilidad de una catástrofe universal es muy alta, y las acciones necesarias para reducir los riesgos de desastres deben ser tomadas pronto. Hemos visto que en 2017 el peligro es aún mayor, y la necesidad de actuar más urgente” (Boletín de los científicos atómicos, Declaración Oficial de 2017, pp. 3, 8).
Esta grave situación es particularmente preocupante porque Corea del Norte ha incrementado sus amenazas nucleares, Irán está cerca de desarrollar sus propias bombas nucleares, el terrorismo global se está multiplicando, la inestabilidad política se ha generalizado, y los accidentes nucleares se están volviendo cada vez más posibles a medida que más países empobrecidos adquieren armas nucleares. El “genio nuclear” ha salido de la lámpara, y nadie ha logrado ponerlo de vuelta. ¡Y ahora estos “genios nucleares” están apareciendo en países inescrupulosos!
Armas biológicas
La segunda mayor amenaza para la humanidad son las armas biológicas que se están fabricando. Los avances en el campo de la biología están permitiendo la aparición de más virus creados por el hombre que pueden ser propagados alrededor del mundo ya sea intencional o accidentalmente, causando enfermedades fatales que podrían aniquilar a la raza humana.
“Durante los últimos cincuenta años”, dice Steven Block en la revista American Scientist, “el mundo ha vivido bajo la sombra de las armas atómicas y la amenaza de una ‘pesadilla nuclear’ que nos podría llevar de vuelta a la Edad de Piedra. La reciente revolución en la biología molecular puede haber desatado casualmente una nueva amenaza a una noche de sueño pacífico, con ‘pesadillas vivas’: virus genéticamente modificados y microorganismos que podrían ser utilizados para desarrollar nuevas armas biológicas.
“Las armas biológicas han sido llamadas ‘la bomba atómica del hombre pobre’. Como quiera que sea, la inversión económica que se requiere para desarrollar armas biológicas ofensivas es mucho menor que la de un programa nuclear” (“The Growing Threat of Biological Weapons” [La creciente amenaza de las armas biológicas], enero 2001).
Bill Gates, uno de los fundadores de Microsoft, advirtió hace poco: “Todos estos avances en la biología han hecho más fácil que un terrorista recree la viruela, un patógeno altamente fatal para el cual a estas alturas prácticamente no existe inmunidad . . .
“Los científicos advierten que con la próxima epidemia que se desate, ya sea por un acto de la naturaleza o la mano de un terrorista, un patógeno en el aire podría matar a más de 30 millones de personas en menos de un año. Por lo tanto, el mundo debe detenerse a pensar en esto” (citado por Sarah Knapton, “Bill Gates: Terrorists Could Wipe Out 30 Million People by Weaponising a Disease Such as Smallpox” [Bill Gates: Terroristas podrían aniquilar a 30 millones de personas al convertir en armas enfermedades como la viruela], The Daily Telegraph, abril 19, 2017).
En el libro del Apocalipsis, las enfermedades fatales y otros flagelos son representados en los últimos tiempos como el cuarto jinete que cabalga sobre la Tierra. Dice: “Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra” (Apocalipsis 6:8).
Ingeniería genética
La ingeniería genética en seres humanos, animales, bacterias, virus, e incluso alimentos mediante la edición genética y el clonaje, puede producir consecuencias muy graves e inesperadas que potencialmente podrían destruir gran parte de la vida como la conocemos. Hasta el momento han sido clonados veintidós animales incluyendo gatos, perros, cabras, caballos y monos, y no falta mucho para que esta lista incluya a los seres humanos.
“La ingeniería genética es una tecnología nueva y revolucionaria”, afirma Ronnie Cummings, “que aún está en sus etapas experimentales de desarrollo. Esta tecnología tiene el poder de romper las barreras genéticas naturales, no solo entre especies, sino también entre humanos, animales, y plantas. Al insertar aleatoriamente los genes de especies no relacionadas (utilizando como agentes virus, genes resistentes a los antibióticos y bacterias) se alteran permanentemente sus códigos genéticos” (“Hazards of Genetically Engineered Foods and Crops” [Peligros de los alimentos y cosechas genéticamente modificados], In Motion, ago. 29, 1999).
Cuando Dios creó la vida en la Tierra, estableció muros genéticos para impedir que tipos distintos de criaturas se mezclaran y crearan copias pervertidas de sí mismas. Las diferentes especies tienen una amplia capacidad de adaptación para sobrevivir a los cambios ambientales, pero hay una barrera genética que no pueden cruzar naturalmente.
Por ejemplo, Génesis 1:24-25 dice: “Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno”.
Las barreras genéticas entre las diferentes criaturas permiten que cada una se reproduzca “según su género”. Este principio también se encuentra en Levítico 19:19: “Mis estatutos guardarás. No harás ayuntar tu ganado con animales de otra especie; tu campo no sembrarás con mezcla de semillas”.
Pero ahora la humanidad ha encontrado maneras de traspasar las vallas genéticas y combinar diversos códigos genéticos. ¿Cuál será el resultado? Aún es muy temprano para saberlo, pero estamos viendo más experimentos de laboratorio muy extraños, tales como las quimeras (células humanas combinadas con embriones animales), gatos que brillan en la oscuridad, repollos venenosos, vacunas de plátanos (solo por nombrar algunos) y la clonación de embriones humanos, que ya es una realidad.
En su famosa novela Un Mundo Feliz, Aldous Huxley advirtió sobre lo que la ingeniería genética podría llegar a producir algún día: bebés diseñados y clonados artificialmente en tubos de ensayo, todos ellos programados para encajar en una sociedad rígidamente supervisada, lo cual termina siendo una aberración espiritual y moral. Estamos recién embarcándonos en ese camino, y todo indica que lo continuaremos haciendo — a menos que Jesucristo intervenga a tiempo.
Inteligencia artificial
Los computadores se están volviendo tan poderosos y están siendo dotados de una capacidad tan enorme de tomar decisiones, que se están independizando cada vez más de sus programadores.
Elon Musk, el famoso fundador de SpaceX [compañía aeroespacial privada estadounidense] y creador del automóvil Tesla, quien usa inteligencia artificial en algunos de sus vehículos, advirtió que la inteligencia artificial [IA] es “‘potencialmente más peligrosa que las armas nucleares’, implorándole a los seres humanos ‘que sean muy cuidadosos con la IA, a menos que deseemos que el destino final de la humanidad se parezca mucho al Día del Juicio Final de El Exterminador (Terminator en inglés, una película de ciencia ficción]’” (Sebastian Anthony, “Elon Musk Warns Us That Human Level AI is ‘Potentially More Dangerous Than Nukes’ [Elon Musk nos advierte que la inteligencia artificial de nivel humano es ‘potencialmente más peligrosa que las armas nucleares’], Extreme Tech, ago. 4, 2014).
Luego añadió: “La competencia por la superioridad de la IA a nivel nacional es la causa más probable de la Tercera Guerra Mundial” (citado por James Poulus, “Are We Being Softened Up for Artificial Intelligence? [¿Nos estamos preparando para la inteligencia artificial?], Orange County Register, sept. 10, 2017, p. 4).
De hecho, recientemente dos robots, llamados “bots”, crearon una forma de comunicarse entre ellos sin la ayuda de personas — la primera señal de independencia computacional.
“Los investigadores escriben que en cierto punto tuvieron que hacer cambios a uno de sus modelos”, dice Adrienne LaFrance, “porque la conversación entre los bots ‘llegó a diferenciarse del lenguaje humano pues los agentes [los robots] desarrollaron su propio lenguaje para negociar’.
“Entonces tuvieron que utilizar lo que llaman un modelo fijo supervisado. En otras palabras, el modelo que permitía que dos bots tuviesen una conversación y utilizaran las máquinas para aprender constantemente estrategias de comunicación a lo largo de la conversación llevó a esos bots a comunicarse en su propio lenguaje no humano” (“An Artificial Intelligence Developed Its Own Non-Human Language”[Una inteligencia artificial desarrolló su propio lenguaje no humano], The Atlantic, junio 15, 2017).
Un logro de la IA aún más sorprendente ocurrió recientemente, cuando un computador llamado “AlphaGo Zero” mejoró su capacidad de aprendizaje en un juego asiático llamado “Go” (un poco similar al ajedrez) sin la ayuda de seres humanos.
Al respecto, la revista The Economist observó: “AlphaGo Zero descubrió las joseki [movimientos del juego Go] tradicionales que se les enseñan a los jugadores humanos. Pero también descubrió, y eventualmente prefirió, varias otras [movidas] que fueron completamente su propia invención . . . el resultado fue un programa que no solo es superhumano, sino también devastador . . .”
(“Going Places” [Yendo a lugares], nov. 21, 2017, p. 77).
El peligro reside en perder el control de tales máquinas, como un monstruo de Frankenstein que finalmente se vuelve en contra de su propio creador. Algunos expertos en informática temen el día en que un computador superinteligente, con habilidades de autoaprendizaje y el deseo de ganar, se conecte al Internet y lo utilice como un banco de información para comenzar a tomar decisiones por sí mismo y, posiblemente, para controlar incluso las plantas eléctricas, los bancos y los arsenales nucleares, tomando al mundo como rehén.
A pesar de estas amenazas, las corporaciones y gobiernos más poderosos se han embarcado en una loca carrera para aprovechar “la ventaja de la primera movida” que tendrían al inventar el primer computador con inteligencia artificial que iguale o supere al ser humano.
La Biblia nos advierte que en los últimos días se harían evidentes dos características que producirían una explosión de conocimiento: la capacidad de viajar por todo el mundo y la multiplicación de la información. Como Daniel 12:4 dice: “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará”.
El lado oscuro del Internet — el menoscabo de la moralidad
Otra invención que está teniendo un profundo efecto en la humanidad es el Internet, que realmente es una espada de doble filo: provee acceso a mucha información útil, pero tiene un lado oscuro cuyo poder de corrupción supera cualquier cosa que se haya inventado antes. Desafortunadamente, según las estadísticas, treinta por ciento del contenido de Internet es pornografía.
Es muy fácil contaminar la mente de la gente facilitando la disponibilidad de contenido pecaminoso, especialmente entre la juventud ingenua. Estamos solo en las primeras etapas de este Internet global que incluye muchos usos perniciosos, como pornografía, apuestas en línea, robo de identidad, promoción y venta agresiva de artículos y servicios, e incluso tráfico sexual.
Gradualmente estamos volviendo a la condición que Dios vio en tiempos de Noé, pero ahora, debido a la tecnología moderna, la violencia y la corrupción han alcanzado un nuevo nivel. En ese entonces, “vio el Eterno que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal . . . Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia” (Génesis 6:5, 11)”.
¿Qué tan cerca está la sociedad de encajar en la descripción que hizo el apóstol Pablo de la civilización de los últimos tiempos? Él predijo: “Timoteo, es bueno que sepas que, en los últimos días, habrá tiempos muy difíciles. Pues la gente solo tendrá amor por sí misma y por su dinero. Serán fanfarrones y orgullosos, se burlarán de Dios, serán desobedientes a sus padres y malagradecidos. No considerarán nada sagrado. No amarán ni perdonarán; calumniarán a otros y no tendrán control propio. Serán crueles y odiarán lo que es bueno.
“Traicionarán a sus amigos, serán imprudentes, se llenarán de soberbia y amarán el placer en lugar de amar a Dios. Actuarán como religiosos pero rechazarán el único poder capaz de hacerlos obedientes a Dios. ¡Aléjate de esa clase de individuos!” (2 Timoteo 3:1-5, Nueva Traducción Viviente).
Por lamentable que sea, este retrato de la sociedad se está convirtiendo de manera creciente en la norma de nuestra sociedad actual. ¿Cómo sería hoy el mundo si hubiésemos tenido Internet hace cien años? ¿Cuánta más corrupción espiritual habría? Ahora, solo unos cuantos años después de que el Internet se volviera virtualmente universal, el deterioro moral es muy evidente y alarmante. Este es otro “genio” que salió de la lámpara. Y debido a su popularidad y poder adictivo, la gente no querrá ponerlo de vuelta a pesar del enorme daño moral y espiritual que ha causado. Como Cristo dijo, “Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:37).
Una cultura permisiva de las drogas — el deterioro de la moralidad y la familia
Debido al aumento de la permisividad, recientemente hemos visto un alza en la legalización de drogas naturales y sintéticas en gran parte del mundo. La marihuana va a la vanguardia de este cambio en la sociedad, pero una vez que sea legalizada y se disemine su uso, también será más fácil vender drogas más potentes.
Además, hay una enorme epidemia de opioides –drogas derivadas del opio, como la morfina y la heroína– que están afectando al mundo occidental a medida que más drogas sintéticas llegan al mercado. En ningún otro momento de la historia la sociedad ha tenido tan amplio acceso a tantas drogas alucinógenas y adictivas a través de la tecnología. Más gobiernos están simplemente cediendo a la demanda popular de despenalizar su uso, permitiendo así su amplia propagación y comercialización.
Como Eclesiastés 8:11 dice, “Cuando no se castiga enseguida un delito, la gente siente que no hay peligro en cometer maldades” (NTV). Las medidas actuales adoptadas por tales gobiernos en realidad no están limitando el problema, sino permitiendo que empeore.
Tal como 2 Timoteo 3:13 profetizó, “pero los malos y los impostores serán cada vez más fuertes. Engañarán a otros, y ellos mismos serán engañados”.
Adopción generalizada de estilos de vida alternativos — la degeneración moral
En una decisión que marcó un hito histórico, la Corte Suprema de los Estados Unidos legalizó en junio de 2015 el matrimonio entre personas del mismo sexo, que había sido prohibido anteriormente bajo la ley federal de esta nación. Virtualmente todas las salvaguardias legales y morales para preservar la familia tradicional han desaparecido. Se han abierto las compuertas para todo tipo de estilo de vida alternativo, y la mayor parte del mundo está siguiendo el mismo camino.
En Colombia, hace poco se llevó a cabo el primer matrimonio entre tres hombres, lo que se llama “una relación poliamorosa”. ¿Dónde terminará todo esto? Nadie sabe de seguro. Estamos viendo solo el comienzo de este “experimento social”, y la unidad familiar tradicional, que históricamente había recibido gran apoyo, está siendo reemplazada por una multitud de estilos de vida alternativos.
Dios le envió a la humanidad un recordatorio acerca de la importancia de guardar sus leyes y no destruir la familia en los últimos días que precederán el regreso de Cristo. Él advirtió en Malaquías 4:4-6: “Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel. He aquí, yo os envío el profeta Elías [en referencia a la obra preparatoria de los últimos tiempos, como la de Juan el Bautista, quien también vino en el espíritu de Elías], antes que venga el día del Eterno, grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición”.
Más aún, Cristo describió el aumento de la maldad en la sociedad de los últimos tiempos: “Como fue en los días de Noé [antes del diluvio, cuando el mundo estaba lleno de violencia y corrupción] . . . Asimismo como sucedió en los días de Lot [antes de que la perversa Sodoma fuese destruida] . . . Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste” — en su glorioso regreso (Lucas 17:26-30).
¿Adónde nos llevan estas tendencias?
Como ya dijimos, en la actualidad somos testigos de un inmenso progreso, pero también de un gran deterioro y retroceso moral. Consiguientemente, debemos hacer nuestra parte para protegernos a nosotros y a nuestras familias de los peligros que nos rodean, manteniéndonos espiritualmente fuertes y orando para que el reino de Cristo venga pronto.
Felizmente, Dios no permitirá que estos siete grandes peligros que siguen propagándose por el mundo aniquilen a la raza humana. Jesús intervendrá, y en la era que está por venir bajo su reino, la pesadilla de las armas nucleares y biológicas, la ingeniería genética, la inteligencia artificial, el lado oscuro del Internet, la cultura permisiva de drogas y los estilos de vida alternativos y anormales serán cosas del pasado.
Miqueas habló así acerca de la venida de ese reino de paz, gozo y justicia: “Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra. Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedrente; porque la boca del Eterno de los ejércitos lo ha hablado” (Miqueas 4:3).
¡Confiemos en que el día de esta descripción milenaria no esté muy lejos en el futuro y que podamos ser parte de ella! BN