¿Cómo sobrevivir en este mundo loco y negativo?
¿Quién no se siente a punto de enloquecer con todos los problemas que hay en el mundo? En mi caso, he tratado de alejarme de las noticias en este último tiempo pero, lamentablemente, siempre vuelvo a ellas por mi necesidad de saber qué está pasando. Me recuerda lo que el apóstol Pedro escribió: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8). ¡Tenemos el deber de mantenernos alerta y bien informados! No quiero encontrarme con sorpresas por no estar pendiente de lo que pasa a mi alrededor, pero a veces puede ser muy deprimente.
Me viene a la memoria también otra escritura, que dice que el pueblo de Dios se cansaría. Daniel 7:25 predijo la venida de un falso poder religioso y gubernamental: “Ese mandatario hablará en contra del Dios altísimo y causará daño y sufrimiento a los santos de Dios” (Palabra de Dios para Todos). ¡Así es como opera el enemigo! Él nos agota para poder destruirnos. ¡Suena como lo que en cierto modo está pasando hoy en día!
Pero ¿quién es el que realmente ha estado llevando a cabo esto? ¿Quién es el responsable principal de quebrantar a la gente? Creemos que es otra gente: el gobierno, varios grupos e instituciones influyentes, nuestros parientes, nuestros jefes. Pero las personas son simplemente títeres en las manos de quien verdaderamente está buscando destruir y conquistar. La realidad es que Satanás, el enemigo de Dios, ¡es el enemigo de todos nosotros! Él nos quebranta al hablar en contra del Altísimo, diluyendo y destruyendo la Palabra de Dios y esforzándose al máximo para hacernos la vida más difícil.
Sin embargo, debemos mantener un enfoque correcto para contrarrestar sus incansables embates, y reconocer que lo que está pasando a nuestro alrededor es lo que una sociedad atea ha escogido. ¡Muchos no quieren a Dios en sus vidas! No quieren oraciones en los colegios, ni letreros con los Diez Mandamientos en lugares públicos. ¡Simplemente no quieren que Dios tenga nada que ver en sus vidas! Por lo tanto, han escogido el camino de Satanás y elegido a la gente que mejor los representa.
Pero hay buenas noticias: Dios es quien tiene el control final de todo y solo está permitiendo de manera transitoria que Satanás haga lo que hace. Aunque el mundo pueda ser un títere en la mano de Satanás, la realidad es que Satanás es el títere que Dios está usando para llevar a cabo su objetivo final.
David, a quien Dios escogió para ser rey de Israel, también se sintió agobiado y desesperado al ser perseguido por Saúl, el rey a quien había servido fielmente. ¡Y a pesar de eso, Saúl lo quería muerto! ¿Cómo se sentiría usted si el gobernador de su país enviara fuerzas para apresarlo y matarlo?
David se sentía muy apesadumbrado cuando escribió en Salmos 13:1: “¿Hasta cuándo, Eterno? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?” ¿Sabía usted que la frase de dos palabras “hasta cuando” es mencionada 18 veces en los Salmos? Solo en el Salmo 13 aparece cuatro veces.
David estaba realmente desesperado. Sin embargo, el salmo concluye mostrando a un David que nuevamente tiene confianza en Dios: “Mas yo en tu misericordia he confiado; mi corazón se alegrará en tu salvación. Cantaré al Eterno, porque me ha hecho bien” (vv. 5-6).
Sabemos que nuestra esperanza no está en los gobiernos de este mundo. Si así fuese, estaríamos destinados al fracaso, pero nuestra esperanza está en el gran reino que vendrá. Satanás será expulsado y un nuevo gobernador, quien ama a la humanidad y se preocupa profundamente por ella, se hará cargo. Ese gobernador, Jesucristo, reinstaurará los Diez Mandamientos, las leyes ordenadas por Dios según las cuales debemos vivir. No se permitirá votar en contra de estas leyes, sino que serán impuestas para nuestro propio bien, no para beneficio político. El gobierno de Dios, ejercido por Cristo y basado en el amor, realmente servirá y ayudará a la gente y no le causará daño. ¡Qué mundo más justo y amoroso será!
Mientras tanto, debemos vivir en medio del tormento y presenciar el deterioro de nuestros países. Puede ser muy abrumador y desalentador tener que ser testigos de lo que pasa a nuestro alrededor, por lo cual es preciso que nos enfoquemos en el cuadro global: que la intervención de Dios y su reino venidero están a la vuelta de la esquina.
Tal como Pablo escribió, debemos poner la mira “en las cosas de arriba, no en las de la Tierra” (Colosenses 3:2). Confíe en Dios, sabiendo que él está al timón, que a toda la humanidad le aguarda un nuevo y promisorio futuro, y que nuestro Padre permite que exista un mundo angustiante en el presente porque ello es parte de su plan maestro.
David escribió bellas palabras de aliento para usted y para mí: “Espera con paciencia al Señor; sé valiente y esforzado; sí, espera al Señor con paciencia” (Salmo 27:14, Nueva Traducción Viviente).