La marca y el número de la bestia
La misteriosa marca de la bestia - Segunda Parte

El artículo anterior identificaba a la bestia profetizada en el libro de Apocalipsis como el Imperio romano y su tiránico gobernante, y una sucesión de resurgimientos a lo largo de los siglos que culminarán en uno que aún está por venir. Este sistema político, económico y militar que está surgiendo en Europa actuará en asociación con un falso poder religioso centrado en Roma, como ocurrió durante una serie de avivamientos en el pasado. (Se recomienda leer el artículo que precede a este).
Ahora pasamos al asunto específico de la marca real de la bestia junto con el número 666. Como se señaló anteriormente, se han barajado muchas ideas al respecto. Pero ¿qué dice la Biblia? ¿Acaso la historia arroja más luz?
¿Y por qué deberían preocuparnos estos asuntos?
La marca y el número, un asunto muy importante
En Apocalipsis 13:16-17 vemos la introducción de la temida marca, puesto que el poder religioso “hacía que a todos . . . se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre”. El versículo 18 continúa: “Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis”.
Por tanto, este tema es sumamente importante: tiene que ver con la sabiduría espiritual, que también se menciona en varios otros pasajes del libro. Los que reciban tal marca beberán de la ira de Dios, mientras que los santos resucitados saldrán victoriosos sobre la bestia, la imagen, la marca y el número de la bestia (Apocalipsis 14:9; 15:2; 16:2; 19:20; 20:4).
¿Quiere vivir y reinar con Cristo? Entonces no reciba esta marca. Esto no significa que no pueda recibirla y luego arrepentirse, pues esto también forma parte del mensaje de este libro. Apocalipsis 18:4 insta a la gente a salir del falso sistema babilónico para evitar sufrir sus plagas de juicio divino. Esto quiere decir que las personas que forman parte de este sistema pueden y deben dejarlo atrás.
Esto nos lleva de vuelta al interrogante de más arriba: ¿Qué es esta marca? Es cierto que estamos viendo un aumento de la tecnología y la información para vigilar a la sociedad, lo que da a los Gobiernos mucho más control sobre la vida de las personas. Pueden categorizarnos, saber en qué creemos y qué apoyamos. Con el tiempo es probable que esto se sistematice aún más, de manera que el empleo que podamos tener y los negocios que podamos hacer dependerán de si estamos o no marcados como personas problemáticas que no se conforman al sistema.
Es posible que todo esto sea un aspecto de lo que la marca abarcará, pues el sistema de la bestia es capaz de supervisar y hacer cumplir el control sobre lo que la gente hace. Pero ¿es esto realmente lo que es la marca en sí? ¿Será un código de barras en la mano o en la frente, o un microchip implantado? Basándonos en pruebas más amplias de las Escrituras, ese no parece ser el caso. Pero tal vez así será como las autoridades podrán vigilar a la gente para imponer su sistema de control.
No obstante, en el pasado, antes de que hubiera vigilancia electrónica, existió algo que encaja bien con la descripción de la marca de la bestia. Pero antes de llegar a eso, consideremos lo que la propia Biblia dice en otra parte sobre recibir una marca en la mano y en la frente.
Las leyes de Dios en nuestra mano y frente como señal
En Deuteronomio 6:6-8 Dios dijo de sus mandamientos: “Y has de atarlas [sus palabras] por señal en tu mano, y estarán por frontales entre tus ojos”. Posteriormente el pueblo judío tomó esto en un sentido literal, y comenzó a atarse filacterias–pequeñas cajas que contienen los versículos aquí citados–a las manos y la frente. Pero esto nunca debió hacerse literalmente. Podemos verlo en Éxodo 13, donde la observancia de la Fiesta de Panes sin Levadura y la práctica de dedicar todos los primogénitos a Dios debía ser igualmente una señal en las manos y entre los ojos del pueblo (versículos 7-9, 11-16). No se ata el pan ázimo ni los primogénitos a la mano y a la cabeza, ya que esto tenía un sentido figurado.
El hecho de hacer lo que Dios ha ordenado significa lo que está en nuestras manos, y simboliza nuestras acciones. Y entre tus ojos se refiere a nuestro cerebro y mente, con lo que pensamos, la fuente de nuestras acciones. Así que realmente significa en tus pensamientos y en tus actos: tu lealtad y tu forma de vivir. Está hablando de estas fiestas, y en Deuteronomio 6, de todo lo que Dios nos manda hacer. Y nótese que debe estar en nuestra frente, manos, pensamientos y acciones, como una señal de identificación –como una marca– que declare nuestra adoración únicamente al Dios verdadero. (Véase también Deuteronomio 11:13-23.)
Algunos asuntos de obediencia nos distinguirán más que otros. Dios declaró particularmente que sus días de descanso sabáticos eran una señal de este tipo: el sábado semanal o séptimo día (desde la puesta del sol del viernes hasta la puesta del sol del sábado) junto con las fiestas santas anuales, demostrando así que él es nuestro Dios y nosotros somos su pueblo (Éxodo 31:12-17).
En cuanto a la interpretación más literal que muchos dan a la marca de la bestia, deberíamos preguntarnos: ¿Está mal tener una tarjeta de crédito? ¿Está mal utilizar moneda digital? ¿Está mal tener alguna forma de identificación emitida por el Gobierno? Por sí mismo, no. Pero un tatuaje permanente sería otro asunto. Y bien podría haber un problema con ceder los derechos personales y participar en lo que se cree que es un sistema malvado. Si alguien cree que algo está mal y aun así lo hace, eso sería pecado en términos de intención. Pero no hay nada que prohíba específicamente llevar algún tipo de sello de datos escaneable o microchip, registros de vacunas o una clave de moneda digital.
El asunto del bien y el mal se reduce a la obediencia a los mandamientos de Dios. Y hay muchos ejemplos de que la obediencia con nuestros pensamientos y acciones constituyen una señal de identificación. Claramente, ese es el caso también con la marca de la bestia.
En contraste con la bestia y el poder religioso, que llevan nombres blasfemos en la frente (Apocalipsis 13:1; 17:3, 5), se muestra al pueblo de Dios que ha sido sellado en la frente con su nombre (7:2-3; 14:1; 22:4). El hecho de que los ángeles detengan la destrucción hasta que los siervos de Dios sean sellados (7:1-4) es paralelo a una visión de Ezequiel 9, en la cual el fiel pueblo de Dios, que está molesto con la sociedad malvada que lo rodea, recibe una marca en la frente para ser protegido cuando llegue la destrucción de la sociedad (versículos 4-7).
Otros pasajes muestran al pueblo de Dios sellado con el Espíritu Santo (2 Corintios 1:21-22; Efesios 1:13-14; 4:30), que solo se puede recibir si hay una mentalidad obediente y arrepentida (Hechos 2:38). Luego, ese Espíritu nos ayuda a seguir obedeciendo (compare Romanos 5:5; 1 Juan 3:4) y Dios escribe sus leyes en nuestros corazones y mentes (Jeremías 31:33; Hebreos 8:10; 10:16). Como dijimos, todo esto se reduce a guardar las leyes de Dios: a seguirlo y obedecerle.
La falsa iglesia declara que los disidentes no son aptos para participar en la sociedad
Como vimos, el falso sistema cristiano fomenta la anarquía o desobediencia a los mandamientos de Dios, aunque mantiene algunos y ordena otros diferentes a los que se encuentran en la Biblia. La falsa iglesia y su líder son sinónimos del “cuerno pequeño” blasfemo que surge de los poderes civiles de Roma descritos en Daniel 7 y que desataría una terrible persecución sobre el pueblo de Dios en el Imperio romano, habiendo decidido “cambiar los tiempos y la ley” (versículo 25).
Este es un punto muy importante: dicho líder religioso intentaría cambiar las leyes de Dios, y no solo en general, sino específicamente las leyes relacionadas con el tiempo. Los santos no estarían de acuerdo con esto y sufrirían como consecuencia. Y de hecho, el falso sistema ha hecho muchos cambios importantes en los tiempos que Dios nos ha ordenado observar y en la manera de observarlos. La observancia de los sábados y festivales de Dios ordenados en la Biblia es muy diferente de lo que observa este sistema mundano.
Todo el fundamento del falso sistema religioso es el paganismo, especialmente todo lo que proviene de la antigua adoración al sol. Gracias al poder del Estado romano, la falsa iglesia proscribió el descanso del séptimo día (el sábado) y los festivales bíblicos, despreciándolos como judíos, e impuso la observancia semanal del “día del sol invicto”, el domingo, y otros festivales paganos a lo largo del año. Los más importantes entre ellos llegaron a convertirse en la Navidad y Pascua Florida. Esto fue un rechazo a lo que Dios había dado como señal de identificación entre él y sus seguidores.
Examinemos ahora la forma en que el falso sistema trató a los disidentes, incluyendo a los verdaderos seguidores de Dios, especialmente cuando el emperador romano Teodosio II declaró que la religión oficial del imperio era el catolicismo romano, lo que fue reiterado bajo la restauración imperial de Justiniano.
Will Durant escribió con respecto al Código de Justiniano: “Este Código, al igual que el Teodosiano, promulgó el cristianismo ortodoxo como ley. Comenzó declarando a favor de la Trinidad . . . Reconocía el liderazgo eclesiástico de la Iglesia romana y ordenaba a todos los grupos cristianos que se sometieran a su autoridad . . . Los herejes reincidentes debían ser ejecutados; los donatistas, montanistas, monofisitas y otros disidentes debían sufrir la confiscación de sus bienes, y eran declarados incompetentes para comprar o vender, para heredar o legar; se les excluía de los cargos públicos, se les prohibía reunirse y se les inhabilitaba para demandar a los cristianos ortodoxos por deudas” (vol. 4, p. 112, énfasis nuestro en todo este artículo).
Este trato persistió durante toda la Edad Media bajo el Sacro Imperio Romano Germánico. Fíjese en lo que dijo mediante un edicto el papa Alejandro en el Concilio de Tours (1163) sobre aquellos calificados como herejes:
“Considerando que una herejía condenable ha levantado su cabeza desde hace algún tiempo en las partes cercanas a Toulouse, y ya ha extendido su infección por Gascuña y otras provincias, ocultándose como una serpiente entre sus propios pliegues; tan pronto como sus seguidores hayan sido descubiertos, que nadie les proporcione refugio en sus propiedades; ni haya comunicación alguna con ellos en la compra o venta; de modo que, al verse privados del consuelo de la conversación [o interacción] humana, se vean obligados a volver del error a la sabiduría” (citado por George Waddington, A History of the Church [“Historia de la Iglesia”], vol. 2, 1833, p. 356).
En ambos casos, a los que no están de acuerdo con el falso sistema no se les permite comprar y vender, como se predijo directamente de la imposición de la marca de la bestia.
Considere que esto se decretó mucho antes de que existiera cualquier concepción de microchips implantados, códigos de barras u otras tecnologías modernas de vigilancia. Ya existía un sistema eficaz para marcar a las personas y regular su participación en el comercio social–una forma de “cultura de la cancelación”–aunque obviamente no al nivel tecnológico para llevarlo a cabo eficazmente en la escala que vemos hoy y con el mayor alcance que se verá en el futuro. No está claro hasta qué punto se requiere tal vigilancia tecnológica para cumplir Apocalipsis 13, dado que el sistema romano estuvo imponiendo su marca en cierta medida durante siglos antes de que existiera tal tecnología.
Rechazo al sistema romano y su rebelión contra Dios
En cuanto al número de la bestia, 666, se ha interpretado de varias maneras, y su significado podría tener varios estratos. Pero la instrucción que se nos da en Apocalipsis 13:18 es “contar” como guijarros (griego psephisato) el número del nombre. Esto parece referirse a sumar los valores numéricos de las letras de un nombre u otra palabra, que era una práctica común en la época en que escribió Juan. Los números se representaban con letras en hebreo y griego, como en el sistema numeral romano en el que “I”=1, “V”=5, “X”=10, etc. Dar valores totales a las palabras formaba parte de la práctica hebrea de la gematría [sistema numerológico en el que las letras hebreas se corresponden con números] y del equivalente griego llamado isopsefía. Un grafiti griego encontrado en Pompeya dice: “Amo a aquella cuyo número es 545”.
Ireneo, uno de los primeros padres de la Iglesia, dice que Policarpo, que era discípulo del apóstol Juan, explicó que 666 era la suma total de los valores numéricos de las letras de la palabra griega lateinos, que significa “hombre latino”, el término griego para romano (el Apocalipsis y el resto del Nuevo Testamento están escritos en griego). El Apocalipsis lo llama el número de la bestia y el número de un hombre, y dice que el número se deriva del nombre de la bestia. Aquí tenemos el nombre griego del imperio y de cada hombre en ese imperio, incluyendo su líder y su poderosa iglesia. Todos ellos llevan el nombre romano. Esto es muy revelador. (También se han señalado otras sumas asociadas con el sistema romano, pero el limitado espacio nos impide tratarlos aquí).
Esto claramente está identificando al poderoso sistema romano de gobierno y culto, que se basa completamente en la adoración al sol y al emperador y en negarle a la gente obedecer al verdadero Dios y hacer lo correcto. A esto se reduce la marca de la bestia.
Con respecto a la transferencia del día de culto cristiano semanal, el sábado bíblico, al día del sol, el domingo, la iglesia romana ha afirmado en el pasado que esto fue hecho por su propia autoridad, sustituyendo a la Biblia. Y ha argumentado que los protestantes, que aceptaron la observancia del domingo iniciada por Roma, simplemente siguen bajo la autoridad de la iglesia romana. A finales del siglo xix, H. F. Thomas, canciller del cardenal Gibbons, escribió en respuesta a una carta sobre el cambio al domingo: “Por supuesto, la Iglesia católica afirma que el cambio fue un acto suyo . . . Y el acto es una marca de su autoridad eclesiástica en las cosas religiosas” (11 de noviembre de 1895). ¡Observe que este cambio de los tiempos y de la ley es considerado como una marca de su autoridad!
Gran parte de la Europa actual es muy irreligiosa, pero en Alemania, la nación más poderosa de la UE, los domingos siguen siendo sagrados, especialmente en las ciudades más pequeñas, y muchas leyes dominicales siguen vigentes en el continente. Una encíclica papal del año 2000 abogaba por el domingo como día unificador de descanso para ayudar a salvar el medio ambiente, una motivación muy popular en el mundo laico. Por otro lado, no se ha visto ninguna presión para exigir a la gente que trabaje durante el sábado. Por supuesto que para quienes lo guardan suele haber conflictos con el empleo, la escuela y otras actividades sociales, ya que la observancia del sábado se considera una posición marginal cuyas protecciones legales son inexistentes o ignoradas.
Con el tiempo, las señales y prodigios de la falsa iglesia, y probablemente una reacción contra la expansión islámica y el terrorismo, harán que los europeos vuelvan a una posición más tradicionalista. Pero esto no necesariamente significa que no se permitirá operar a otras iglesias además de la romana.
Ha habido un gran impulso hacia el ecumenismo entre varias iglesias, con la iglesia romana a la cabeza tratando de reunir a todo el mundo en lo que se considera la única iglesia universal (la palabra católica significa en realidad “universal”). Esto aparentemente requeriría que se permitieran algunas diferencias en la enseñanza, pero en algunas cosas todos tendrían que estar de acuerdo. En Estados Unidos existe entre varias iglesias una “Alianza del Día del Señor”, que dice que el domingo es la marca de unidad de las iglesias cristianas.
Quienes observen el sábado bíblico y rechacen el domingo y las fiestas de raíz pagana como Navidad y Pascua Florida, probablemente serán etiquetados como miembros de sectas que están fuera de la corriente principal aceptada y, lo que es peor, personas peligrosas de las que hay que cuidarse y con las que no hay que tratar. Ya estamos viendo este tipo de cosas con la propagación de la “cultura de la cancelación”.
De lo que realmente estamos hablando en términos de la marca de la bestia no es solo del sábado en oposición al domingo. Esa es una parte identificable, algo que podría poner a los verdaderos cristianos más visiblemente en conflicto con el Estado en unión con la falsa iglesia. Pero recibir la señal de Dios y rechazar la marca de la bestia implica todas las leyes de Dios. ¿Estamos siguiendo a Dios? ¿Lo estamos obedeciendo? ¿Estamos cumpliendo con lo que se nos dice que hagamos?
Si lo estamos haciendo, no recibiremos la marca de la bestia, que es la marca de la desobediencia a Dios bajo la tiranía de Satanás.
La aplicación principal y definitiva de la marca de la bestia no se hará realidad hasta que hayan comenzado los últimos tres años y medio previos al regreso de Cristo, y aún no hemos llegado a ese punto. Pero puede haber precursores que conduzcan a ello, al igual que los ha habido en el sistema romano en siglos pasados, y debemos permanecer vigilantes.
La gran tribulación venidera será peor que cualquier otra que hayamos visto antes. Pero al final, a los hijos de Dios se les concederá la victoria sobre la bestia y su marca, y en su lugar se les grabará en sus frentes el nombre de Dios, y sus leyes serán una señal en sus mentes y acciones.
Rechace la marca. Salga de Babilonia. Obedezca los mandamientos de Dios y lleve su nombre para siempre. BN