Siete señales proféticas antes del regreso de Jesús
Segunda parte
4 Un sistema romano dominante llegará al poder
En Daniel 2 y 7 vemos profecías sobre cuatro grandes imperios gentiles que surgirían en el período comprendido entre la época de Daniel y el futuro establecimiento del Reino de Dios (Daniel 2:44). El mismo Daniel vivía en el primero de estos grandes imperios (Daniel 7:4), la antigua Babilonia, como exiliado judío.
Luego de la caída de Babilonia en 539 a. C., Persia se convertiría en la mayor potencia, seguida por Grecia (Daniel
7:5-6). Después de Grecia surgió el Imperio romano, descrito como una bestia “espantosa y terrible y en gran manera fuerte”. Este imperio tendría “diez cuernos” y continuaría de alguna forma hasta el establecimiento del Reino de Dios al regreso de Cristo (Daniel 7:7-9).
Como vimos en la sección anterior, los cuernos representan líderes o gobiernos. Aquí, estos diez cuernos simbolizan diez intentos de restaurar el Imperio romano con el poder que tuvo antiguamente. Desde la caída del Imperio Romano Occidental en el año 476 d. C. se han llevado a cabo varios intentos de restauración, y el último de ellos tendrá lugar poco antes del regreso de Cristo.
Encontramos más detalles en Apocalipsis 17. Aquí leemos acerca de un intento final de revivir el Imperio romano por parte de “diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia. Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia” (Apocalipsis 17:12-13).
También “pelearán contra el Cordero [Jesucristo], y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes” (Apocalipsis 17:14). Como ya dijimos, está claro que el cumplimiento de esta profecía aún está en el futuro.
En los intentos anteriores de forjar un imperio europeo unificado, desde Justiniano (en el siglo vi) hasta Carlomagno, Napoleón, Mussolini y Hitler, todos usaron la fuerza. En la resurrección final del Imperio romano no ocurrirá de la misma manera.
Apocalipsis 17 sugiere que esta será una unión voluntaria. Cuando estos diez gobernantes reciban el poder, entregarán su autoridad a un solo líder. Las Escrituras se refieren tanto a este individuo como a la nueva superpotencia liderada por él como “la bestia”, reconociéndola como la continuación de los cuatro imperios gentiles profetizados en Daniel, cada uno representado como una bestia o un animal salvaje.
Y solo ahora es posible que esto se cumpla.
En 1957, seis naciones europeas que formaron la Comunidad Económica Europea (CEE) firmaron el Tratado de Roma. Hoy, la CEE se ha convertido en la Unión Europea (UE), con 27 países miembros. De ellos probablemente surgirán los diez reyes (o diez líderes) que conformarán la resurrección final del Imperio romano.
Algunos han especulado que los diez reyes a los que se refiere esta profecía serán líderes de diez regiones de la UE que rediseñarán las fronteras de Europa, poniendo fin a los actuales Estados nación. La Biblia no aclara con exactitud qué regiones o naciones van a configurar el resurgimiento final de la superpotencia militar romana, solo que esta nueva superpotencia surgirá justo antes del regreso de Cristo.
5 Estados Unidos y Gran Bretaña caerán junto con el Estado de Israel
Génesis 32 registra que “Israel” fue el nuevo nombre que Dios le dio al patriarca bíblico Jacob. Las 12 tribus de Israel descendieron de sus 12 hijos. Estas tribus formaron más tarde un reino unificado.
Han pasado casi 3000 años desde que el reino de Israel se dividió en dos. Diez de las 12 tribus de Israel se rebelaron contra el rey Roboam, hijo del rey Salomón y nieto del rey David. La Biblia continuó refiriéndose a estas diez tribus como Israel, mientras que las otras dos tribus (Judá y Benjamín) que permanecieron leales a los descendientes de David fueron conocidas como el reino de Judá, o simplemente Judá.
A veces se hace referencia a Israel como el reino del norte y a Judá como el reino del sur. Los descendientes de José, hijo de Jacob, dominarían entre las tribus del norte con sus dos hijos, Efraín y Manasés, quienes, según la profecía de Jacob, serían las naciones predominantes del mundo en los últimos días (Génesis 49:1, 22-26; comparar Deuteronomio 33:13-17).
Unos 200 años después de la división del reino, las tribus del norte de Israel cayeron en manos de los asirios, quienes las deportaron al norte de su imperio. Las tribus perdidas, como comúnmente se las conoce en la actualidad, más tarde emigraron al noroeste a través de Europa y finalmente se establecieron en nuevas tierras, lejos del Medio Oriente.
El reino de Judá cayó en manos de Babilonia más de un siglo después de la deportación de Israel, pero su pueblo no desapareció de la historia y hoy los conocemos como judíos.
El nombre Efraín a veces se usa en las Escrituras en alusión a todo el reino del norte, aunque también puede referirse únicamente a los descendientes específicos de ese hijo de José que, según la profecía, llegaría a convertirse en una “multitud de naciones” (Génesis 48:19). Sorprendentemente, esta promesa a Efraín se cumplió con el Imperio británico y la Mancomunidad de Naciones.
También se profetizó que Manasés, el hermano mayor de Efraín, se convertiría en una gran nación (mismo versículo), separándose de la multitud de naciones. Esta profecía se cumpliría en la formación, desarrollo y dominio de los Estados Unidos de América.
En una reveladora profecía sobre los Estados Unidos y Gran Bretaña, Jacob (Israel) dijo: “Sea en ellos perpetuado mi nombre” (Génesis 48:16). Las referencias a “Israel” en la profecía del tiempo del fin a menudo apuntan a los Estados Unidos o los países de habla inglesa del Imperio británico, o a ambos. A veces, “Israel” se refiere a las 12 tribus. Es necesario analizar en su contexto los versículos específicos para ver a quién se hace alusión. (Para investigar la evidencia bíblica de este tema, lea nuestra guía de estudio gratuita Estados Unidos y Gran Bretaña en la profecía bíblica).
“Judá”, sin embargo, siempre se refiere a los judíos, los descendientes de la casa o reino de Judá. También debemos entender que la nación moderna llamada Israel es en realidad Judá, compuesta de judíos (ver el recuadro “¿Son judíos todos los israelitas?”).
Comprender esta parte crítica de la historia bíblica nos ayuda a discernir más claramente un pasaje de las Escrituras en el libro de Oseas, que es una profecía sobre Efraín (la multitud de naciones: Gran Bretaña y algunas de las naciones que surgieron de ella). Advierte sobre la anulación posterior del predominio de las naciones israelitas en los últimos tiempos.
En Oseas 5 leemos una profecía que habla de Israel, Efraín y Judá: “El orgullo de Israel testifica en su cara; por tanto, Israel y Efraín tropiezan en su iniquidad; también tropieza Judá con ellos” (Oseas 5:5). La profecía continúa: “Con sus ovejas y sus vacas irán en busca del Señor, pero no lo encontrarán porque él se ha apartado de ellos. Han traicionado al Señor; han dado a luz hijos de otros padres. Al llegar la luna nueva serán devorados junto a sus heredades” (Oseas 5:6-7).
Las lunas nuevas ocurren con un mes de diferencia. Una luna nueva que los “devore” parecería indicar que Israel, Efraín y Judá caerán en el lapso de un mes.
Esta profecía no se cumplió en los tiempos antiguos. Como ya se mencionó, la antigua Judá cayó en manos de Babilonia más de un siglo después de que Israel cayera bajo el dominio de Asiria. Sin embargo, en el cumplimiento final parece que caerán juntos, con un mes de diferencia. Esta profecía aún está por cumplirse.
Recordemos que Israel dio su nombre a Efraín y Manasés, a su vez antepasados de los pueblos británico y estadounidense. Como Efraín se menciona por separado en esta profecía, la referencia a “Israel” debe aplicarse a los Estados Unidos, que ahora es el que ejerce mayor dominio entre las dos naciones.
Durante los dos siglos anteriores a la Segunda Guerra Mundial sucedía lo contrario, y la multitud de naciones (el Imperio británico) era una potencia mucho mayor que los Estados Unidos, una sola nación. Pero hoy Estados Unidos es más poderoso.
“Judá” se refiere al pueblo judío, particularmente a aquellos que ahora constituyen la nación moderna en el Medio Oriente que se autodenomina Israel.
Así que aquí tenemos una profecía sobre las tres naciones: Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel (Judá). Según esta profecía, parece que los tres caerán en el lapso de un mes. Oseas 6:6 muestra cómo estas naciones se vuelven a Dios solo para descubrir que ya es demasiado tarde. Debido a sus pecados, él permitirá su derrota y caída.
Esta profecía solo podía cumplirse después del ascenso de Gran Bretaña y Estados Unidos como potencias mundiales en el siglo xix, y la formación del Estado judío de Israel en el
siglo xx.
Se debe tener en cuenta que Israel y Estados Unidos son quizá las naciones más difamadas y criticadas del mundo. Entre los musulmanes de línea dura, a Estados Unidos se le llama comúnmente “el gran Satanás”, y a Israel y Gran Bretaña, “los pequeños Satanases”.
6 El evangelio del Reino de Dios será predicado en el mundo entero
En su profecía principal de los tiempos del fin, Jesús responde a la pregunta que le hacen sus discípulos: “Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?” (Mateo 24:3).
Después de describir una serie de señales de la inminencia de su venida, revela que “será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14).
El evangelio es la buena noticia del venidero Reino de Dios. Este mensaje no podría predicarse en todo el mundo sin la Biblia y la libertad de religión. Ambas cosas se dieron paulatinamente con el predominio de los pueblos de habla inglesa desde el siglo xvi hasta la actualidad.
Sin embargo, solo después de la Segunda Guerra Mundial los avances tecnológicos como la televisión, la radio y otros medios de comunicación masiva ampliamente aceptados hicieron posible que el mensaje de la Biblia pudiera llegar a cientos de millones de seres humanos. (Para obtener más información sobre cómo la Iglesia de Dios Unida está trabajando para ayudar a difundir el mensaje de Jesús sobre el Reino de Dios, lea Las creencias fundamentales de la Iglesia de Dios Unida una Asociación Internacional.)
Aun así, durante los últimos 50 años no ha sido posible llegar a todos los países. Las antiguas naciones comunistas no permitían la libertad de religión. China, que cuenta con una cuarta parte de la población mundial, aún no lo permite. Otras naciones también intentan suprimir la publicación de la verdad bíblica, e incluso de la propia Biblia. Muchas naciones islámicas no permiten la libertad religiosa, y en algunos países la gente corre el riesgo de ser condenada a muerte por cambiar de religión.
Pero Internet lo está cambiando todo, ya que es mucho más difícil que los Gobiernos logren controlarlo. El mensaje del evangelio del Reino de Dios venidero todavía está difundiéndose en el mundo, y solo se detendrá cuando Dios haya decidido que su obra está completa y ya es el momento adecuado para que ocurran los últimos acontecimientos del tiempo del fin.
Esta es otra profecía más que no podía cumplirse hasta en estos tiempos.
7 Las comunicaciones instantáneas a nivel mundial serían una realidad cuando aparecieran los dos últimos testigos de Dios
Esta es otra profecía bíblica del tiempo del fin que no podía cumplirse sino hasta esta era de comunicaciones mundiales instantáneas. Solo los avances tecnológicos de los últimos años han hecho posible que se hagan realidad los eventos de Apocalipsis 11.
En su profecía central de los tiempos del fin en Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21, Jesús describió los desastres que ocurrirían en la escena mundial. Dijo que su magnitud y frecuencia irían en aumento hasta el punto en que la gente temblaría de miedo (Lucas 21:26). Para discernir el incremento de la frecuencia y gravedad de estos fenómenos y saber cómo enfrentarlos, es necesario conocerlos.
En la época en que se entregó esta profecía, podían transcurrir muchos meses o años antes de que la gente tuviera conocimiento de los diversos desastres mundiales, y de muchos otros jamás se enteraban. Menos aún hubieran podido darse cuenta de que las catástrofes estaban aumentando de alguna manera en el mundo.
Solo con la proliferación de los periódicos y otras formas de comunicación masiva se hizo esto posible. Sin embargo, el nivel de conocimiento y el consiguiente temor de la gente mencionados por Cristo harían necesaria una disponibilidad de información aún mayor, solo posible con el desarrollo de las comunicaciones electrónicas instantáneas.
En todo caso, únicamente con los avances tecnológicos de los últimos años ha sido posible que los acontecimientos de Apocalipsis 11 tengan lugar: que personas de todo el mundo vean lo que sucederá con los dos últimos testigos de Dios.
Estos dos testigos, que nos recuerdan a otros profetas bíblicos como Elías y Eliseo, proclamarán la advertencia final de Dios al mundo en los tres años y medio previos al regreso de Cristo.
“Y daré poder a mis dos testigos, y profetizarán por mil doscientos sesenta días . . . Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará. Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado.
“Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados. Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra” (Apocalipsis 11:3, 7-10).
Se debe tomar en cuenta que personas de todo el mundo podrán ver sus cadáveres durante los tres días y medio que permanecerán a la vista en Jerusalén. Esto era imposible antes de la televisión vía satélite, los dispositivos de comunicación portátiles e Internet. Como ya dijimos, solo en los últimos años ha sido posible que esta profecía se cumpla. Por supuesto que esto aún está en el futuro, pero solo ahora es verdaderamente factible.
¿Verá esta generación el establecimiento del Reino de Dios en la Tierra?
Hemos visto la imposibilidad de que siete circunstancias profetizadas en la Biblia pudieran haber tenido lugar antes de los tiempos recientes.
De hecho, el establecimiento del Estado de Israel en 1948 fue claramente un importante punto de inflexión en el cumplimiento de la profecía bíblica, al igual que la adquisición de la bomba de hidrógeno por las dos superpotencias mundiales en la década de 1950, que condujo a un período en que la destrucción mutua estaba garantizada.
Ahora todo es posible. Esto, a su vez, hace que sea mucho más probable que nuestra generación viva para ver a Jesucristo regresar y establecer el Reino de Dios en la Tierra. Después de todo, Jesús mismo dijo que una vez que estas cosas comiencen, “no pasará esta generación [la que viva en ese momento] hasta que todo esto acontezca” (Mateo 24:34).
Es sobrecogedor y alentador a la vez pensar que, según parece, vivimos en la generación que será testigo del acontecimiento más importante en la historia de la humanidad. Como Jesucristo les dice a sus seguidores en Lucas 21:28: “Y cuando estas cosas comiencen a suceder, levantad los ojos y alzad la cabeza, porque vuestra redención se acerca”. EC