Octavo mes: Parábola de los convidados a las bodas

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Octavo mes

Parábola de los convidados a las bodas

“Observando cómo escogían los primeros asientos a la mesa, refirió a los convidados una parábola, diciéndoles: Cuando fueres convidado por alguno a bodas, no te sientes en el primer lugar, no sea que otro más distinguido que tú esté convidado por él, y viniendo el que te convidó a ti y a él,  te diga: Da lugar a éste; y entonces comiences con vergüenza a ocupar el último lugar. Mas cuando fueres convidado, ve y siéntate en el último lugar,  para que cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba; entonces tendrás gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa. Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido” (Lucas 14:7-11).

La cabeza de la mesa era un puesto reservado para el invitado de honor. En los círculos judíos este puesto siempre correspondía a los rabies. A su derecha y a su izquierda se sentaban los invitados que le seguían en importancia; y los demás invitados se sentaban alrededor de la mesa, en orden descendente de importancia. Muchas veces la hora exacta de la cena no se anunciaba. Algunos invitados llegaban temprano; otros, más tarde. En esta ocasión, cuando Jesús fue invitado a cenar, muchos de los fariseos, especialmente los más prominentes, calcularon su llegada para hacer una entrada notable y, en presencia de todos, recibir el asiento de honor. Se trata de una sabia lección que nos ha dejado el maestro de Galilea. Jamás debemos buscar los primeros puestos, sino con humildad esperar que el anfitrión nos asigne el lugar correcto. En cambio los fariseos actuaban de manera diferente, porque siempre codiciaban los lugares donde podían distinguirse del resto de los invitados. Jesús condenaba su actitud de orgullo y codicia, y por esa razón los llamó hipócritas, porque “aman losprimeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas” (Mateo 23:6).

El orgullo y la soberbia afecta la relación de una persona con Dios. Un comportamiento orgulloso lo hace a uno necio, imprudente e insolente. He aquí dos sabias escrituras: “Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu” (Proverbios 16:18). "La soberbia del hombre le abate; pero al humilde de espíritu sustenta la honra" (Proverbios 29:23). El que por sí mismo busca honra será abatido, en cambio el humilde recibirá honra.

El profeta Isaías también escribió: Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice El Eterno; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra (Isaías 66:2).

La humildad fue enseñada por Pablo, Santiago y Pedro. “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros” (Filipenses 2:3-4). “Humillaos delante del Señor, y él os exaltará” (Santiago 4:10).“Y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo” (1 Pedro 5:5-6).

La única manera de alcanzar el Reino de Dios es manteniendo un espíritu humilde, el cual empieza en lo profundo del corazón. “Porque Él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo. El hombre, como la hierba son sus días; florece como la flor del campo, que pasó el viento por ella, y pereció, y su lugar no la conocerá más" (Salmos 103:14-16).

Ciclo hidrológico: Temporada de lluvias Deuteronomio 11:14, Jeremías 5:24, Oseas 6:3.

Cosecha de la temporada: Temporada de labranza.Siembra de trigo y cebada. Higos de invierno. Rebaños protegidos.  

Nombre del mes:Bul (lluvia, producir, crecer) Génesis 7:11, 1Reyes 6:38  Marhesvan o Heshvan (labranza).

Octavo mes, 2012 IDUAI
Octavo mes, 2012

17) Comienza el diluvio en los días de Noé (Segundo mes). Génesis 7:11.

27) Noé deja el arca después de haber estado dentro de ella un año y diez días Gén.8:14-16. Notemos que los meses eran nombrados a manera del calendario civil, cuando aún Dios no había cambiado del orden de los meses. El cambio fue realizado por Dios en Ex. 12:2.