Breve mensaje a la Iglesia de Dios
El libro de los Salmos nos enseña y ayuda a mejorar nuestra diaria relación con Dios a través de los cánticos e himnos de alabanza y principalmente con la oración. Después de ver orar a Jesús, los discípulos le dijeron, “Señor enséñanos a orar, así como Juán enseñó a sus discípulos” (Lucas 11:1) y Jesús les enseño. Él siempre estaba dispuesto a orar en cualquier tiempo y lugar. Por eso, el inspirado salmista escribe “Alegraos en el Eterno y gozaos, justos; y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.”
Este maravilloso libro es portador de maravillosos mensajes espirituales, todos ellos inspirados dentro de la colección de 150 salmos, como una valiosa ayuda y apreciado tesoro para mantener y mejorar nuestro contacto con Dios. Como lo hacía el rey David, debemos expresar, gratitud y respeto en nuestras peticiones a Dios acerca de lo que tenemos en nuestra mente y corazón, en búsqueda de su ayuda, protección y perdón. Dios mismo nos expresa, de muchas maneras, que busca bendecir a su pueblo, gracias a su constancia, obediencia, crecimiento y fidelidad. Dios quiere darnos los deseos de nuestro corazón, por eso está escrito: “Bienaventurado todo aquel que teme al Eterno, que anda en sus caminos…así será bendecido el hombre que teme al Eterno.”
Hermanos de la Iglesia de Dios Unida, hagamos nuestro el ejemplo de amor, obediencia, alabanza, trabajo, humildad y servicio que tuvo el Rey David, a través del inspirado libro de los Salmos (Salmos 32:11, 37:4; 128:1,4).