Aspectos complementarios del Calendario Sagrado 2012-2013
Desde luego, en la Biblia encontramos todos los aspectos que intervienen en el calendario (Éxodo 12:2).
Sabemos que normalmente hay 12 meses en el año (Ester 3:7). Tenemos hasta la prueba de un decimotercer mes (año bisiesto) que fue agregado en los tiempos del Antiguo Testamento. Si leemos cuidadosamente Ezequiel 1-8, podremos ver esto. A lo largo de la historia de la Iglesia no encontramos nada que nos haga pensar que la Iglesia haya usado en alguna ocasión otro calendario que no fuera el calendario hebreo.
La observancia de la Pascua del Nuevo Testamento, el 14 de Nisán, se puede comprobarse tanto en la Biblia como en la historia. Aniceto, quien fuera obispo de Roma del 155 al 166 DC:, intentó, por el año 160, proscribir la observancia de la Pascua como una forma de negar las acusaciones de tener un cristianismo judaizante. Pero Policarpo, quien vivía en Asia Menor se le opuso rotundamente. Policarpo había sido discípulo del apóstol Juan y fue muy conocido en todo el Imperio Romano en el segundo siglo. Policarpo declaraba que observaba la Pascua porque lo había aprendido del apóstol Juan, quien había sido enseñado por Cristo mismo. De ese modo, Policarpo mantuvo la tradición de observar la Pascua el 14 de Nisán.
El historiador palestino, Epifanio (315-403 DC.) registra una interesante cita relacionada con la controversia de la Pascua en el tiempo de Policarpo:La controversia surgió después del éxodo de los obispos de la circuncisión (135 DC.) y ha continuado hasta nuestro tiempo. Eusebio, el historiador de la iglesia del cuarto siglo, registra esta controversia en su Historia Eclesiástica (265 a 340 DC.). Y cuando Policarpo fue a Roma, en el tiempo de Aniceto, y tuvieron una pequeña discrepancia entre ellos, además de otros asuntos, de inmediato se reconciliaron, sin discutir mucho uno con el otro acerca de este asunto. Porque ni Aniceto pudo convencer a Policarpo de que no la observara, porque él siempre la había observado con Juan el discípulo de nuestro Señor, y los otros apóstoles con quienes él se había asociado.
Los obispos de Palestina, a quienes acabamos de mencionar, Narciso y Teofilo, y Casio con ellos, el obispo de la iglesia en Tiro, y Clarus de Ptolemais, y los que vinieron con ellos, habiendo expuesto muchas cosas con respecto a la tradición que habían recibido por sucesión de los apóstoles, en relación con la Pascua, al final dijeron: “Esforzaos en enviar copias de la epístola por medio de la iglesia, de manera que no demos ocasión a aquéllos cuyas mentes son fácilmente desviadas”.
Hubo 15 obispos judíos cristianos que dirigieron al remanente de la iglesia en Jerusalén hasta el año 135 DC. Ellos observaron la Pascua el 14 de Nisán en conformidad con los Estatutos Apostólicos. Este era un documento que pretendía ser del tiempo de los primeros apóstoles. Epifanio muestra que durante este período, la Pascua se observaba de acuerdo con el calendario de los judíos. Aunque los judíos de hoy comen la cena en la noche al empezar el decimoquinto día, aún reconocen que los corderos de la Pascua eran sacrificados el día 14 de Nisán. “No cambiarás el cómputo del tiempo, sino que la celebrarás al mismo tiempo junto a tus hermanos que salieron de la circuncisión. Con ellos observa la Pascua”. En esta cita de Epifanio se menciona algo interesante “computo.” Aunque la cita puede no tener gran significado, existe una enorme diferencia entre desarrollar un calendario por medio de cálculos a desarrollarlo por medio de la observación.
Por lo general, los que rechazan el calendario hebreo ofrecen alternativas que van desde observar el calendario actual sin las reglas de aplazamiento hasta la formación de calendarios basados en su interpretación de una amplia colección de material. Desde luego es correcto decir que existe poco acuerdo general para encontrar una solución entre los que rechazan la validez del calendario hebreo. De hecho, el estudio realizado por la Iglesia de Dios Unida empezó con una recopilación de material para asegurarnos de que habíamos entendido el tema correctamente. De acuerdo con los cálculos antiguos, el tiempo exacto entre una luna nueva y la siguiente es de 29 días, 12 horas, y 793 chalekim es decir, “partes de una hora” (la hora se divide en 1080 partes).En otras palabras, un mes lunar tiene 29.53059 días
Es interesante notar que de acuerdo con la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica del Espacio), el tiempo entre una luna nueva y la siguiente es de 29.530588 días. Desde luego, la NASA tiene a su disposición los telescopios y computadores más avanzados y sofisticados. No obstante, la diferencia entre los cálculos de la NASA y los usados por Hillel II, los cuales se originaron hace más de 3000 años, es de solamente 0.000002 o sea dos millonésimos de día, calculados para el lapso de un mes.
De acuerdo al relato bíblico, vemos que Jesús y sus discípulos observaban las Fiestas Santas en los mismos días conforme se acostumbraba hacerlo en el templo en ese tiempo (Juan 7:2 y 10). No existe ninguna mención de que Cristo haya criticado a los judíos por asuntos relacionados con el calendario. De hecho, no parece haber habido ningún motivo de preocupación.