#320 - Gálatas 4-6: "La analogía de Agar y Sara; la ley que era un yugo"

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#320 - Gálatas 4-6

"La analogía de Agar y Sara; la ley que era un yugo"

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En el capítulo 4, Pablo les advierte a los gálatas que no deben retornar a algunas de sus antiguas costumbres. Dice: “Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses [adoraban a sus ídolos en sus falsas religiones paganas]; mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios [al ser llamado], ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales queréis volver a esclavizar [si se someten a las enseñanzas equivocadas de los falsos hermanos]? Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años [que era lo que enseñaban estos falsos hermanos, un sistema gnóstico, una mezcla de judaísmo, cristianismo y paganismo].

En ese entonces el mundo pagano estaba plagado de supersticiones sobre los "buenos" y "malos" días. Es claro que estos falsos hermanos judaizantes habían introducido el culto astrológico de ciertos días, al adorar a ángeles, como dice en Colosenses 2:18. El término "observar" en el griego significa observar supersticiones ciertos días. Explica El Comentario Bíblico Revisado: “Los elementos astrológicos eran a veces unidos a las prácticas judías, al igual que las paganas… tenían que ver con la mitología pagana basada en la astrología” (p.1100). Samuel Bacchiochi en su libro, “Del Sábado al Domingo" describe esto como: "Los poderes cósmicos que ellos pensaban controlaban los destinos de la humanidad" (p.366).

Algunos gentiles creyentes estaban siguiendo estas doctrinas de los falsos maestros, y habían vuelto a algunas antiguas creencias reguladas por días supersticiosos. Noten que Pablo no dice aquí sábados, Fiestas Santas. etc. Pablo sólo usa términos generales que regulan los tiempos, pues jamás se referiría a "los pobres y débiles rudimentos" como la Santa Ley de Dios, que él ama y llama "santa, justa, buena… y espiritual" (Romanos 7:12, 22). Más bien se refiere al sistema pagano del que los gálatas recordaban elementos, al haberse incorporado falsos hermanos. 

Hay un grupo ebionita de judío cristianos apóstatas, que la historia dice de ellos: "Algunos terminaron fundiéndose con las sectas gnósticas". Estas sectas gnósticas fueron las que mezclaron el sistema astrológico de adorar los tiempos con un tipo de cristianismo. Estaban "observando" los días en forma supersticiosa. Y esto no es tan lejano de algunos tipos del cristianismo tradicional que todavía tienen mucho de los "gnósticos" al abstenerse de comer carne en los días viernes, observar 40 días de Cuaresma, respetar el día de los muertos, la navidad del dios sol, los días de supuestos santos y hasta celebrar una noche de brujas. Nada de esto es celebrado en la verdadera iglesia, que es fiel a las enseñanzas apostólicas. 

Luego de una nota personal sobre sus dolencias, que aparentemente tenían que ver con una severa enfermedad ocultar y la ayuda que tuvo Pablo de los hermanos gálatas, vuelve al tema de la nueva manera de ser justificado y lo contrasta con la que estaba vigente en el judaísmo. Sara representa a la nueva administración de ser justificado, por medio de Jesucristo, que es la cabeza de la Iglesia, y que está arriba en los cielos, y Agar, el sistema de administración del Antiguo Pacto, dado en el monte Sinaí, que está actualmente bajo el cargo de los líderes judíos en la Jerusalén de ese entonces. 

Explica: "Decidme, los que queréis estar bajo la ley [bajo el sistema antiguo de justificación], ¿no habéis oído la ley? Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. Pero el de la esclava nació según la carne [paralelo con el ser judío por la circuncisión] mas el de la libre, por la promesa [por la fe en la promesa y sin la circuncisión]. Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud [al ser condenados]; éste es Agar. Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta junto con sus hijos [bajo el judaísmo] está en esclavitud. Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre [de esa condena y de la ley ceremonial, pues el bautismo es el único requisito necesario, que es la “circuncisión no hecha a mano”, Colosenses 2:1], (Gálatas 4:21-26). 

En otras palabras, Pablo está diciéndoles a los gentiles conversos: "Si se ponen bajo la administración del Antiguo Pacto, que los lideres judíos en Jerusalén están a cargo, estarán obligados a guardar todo el sistema de ritos y tradiciones judías". 

Sigue Pablo: "Así que, hermanos, nosotros, como entonces Isaac, somos hijos de la promesa [al ser redimidos por Cristo, la simiente prometida]. Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora" (Gálatas 4:28-29).

Así, Pablo hace ver que estos falsos maestros por dentro y los judíos por fuera lo estaban persiguiendo porque no enseñaba a los gentiles creyentes la necesidad de circuncidarse y guardar la ley ritual.

Pablo sigue: "¿Mas qué dice la Escritura? Echa fuera la esclava y a su hijo", Vemos que el judaísmo, basado en Jerusalén, todavía rechazaba el Nuevo Pacto con la justificación por medio del sacrificio de Cristo. Prefirieron seguir con el antiguo e imperfecto sistema de justificación de los sacrificios y “las tradiciones de los padres” (los edictos que emanaban de Jerusalén). Noten que aquí no dice que echen a la ley, sino que descarten al sistema anterior de justificación por las obras de la ley administradas por los líderes judíos en Jerusalén.

Pablo concluye: “De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre”. En otras palabras, ya no son parte del sistema de justificación judío sino de la justificación por Cristo que es lo que se necesita para entrar en la iglesia.

Si queda alguna duda sobre el tema tratado por Pablo, la siguiente escritura es categórica para aclararlo: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo” (Gálatas 5:1-2). Sin lugar a dudas, vemos que el tema no es si debemos guardar los mandamientos o no, sino más bien si hay que circuncidarse y seguir bajo la ley ritual o más bien aceptar a Cristo. 

Sigue Pablo: “Y otra vez testificó a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley”. La expresión “toda la ley” se refiere a ambas grandes partes de la ley, la ley espiritual, que abarca los Diez Mandamientos y todos sus derivados espirituales, que es eterna, justa y buena, y la sección de las “obras de la ley”, que Pablo acuñó para diferenciarla y que eran temporales – “hasta el tiempo de reformar las cosas” (Hebreos 9:10). Esta era la parte de la ley temporal que ya no tenía efecto.

Continúa Pablo: “De Cristo os desligasteis, [se habían desligado de la justificación por su sacrificio] los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído, [al no aceptarla como completa en sí] porque en Cristo Jesús [una vez aceptado su sacrificio] ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor [al vivir por la fe en ese sacrificio y por el amor, que Pablo explica: …servíos por amor los unos a los otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” (Gálatas 5:4-6, 13-14).

Vemos que el tema principal que preocupa tanto a Pablo es la circuncisión y lo que implica esa parte de la ley para los gentiles creyentes. En 1 Corintios 7:19 Pablo explica esto al decir: “La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios”. Aquí se diferencia entre lo ceremonial y lo espiritual. La fe que obra por amor es la fe motivada por el amor al guardar los mandamientos de Dios, como dice en 1 Juan 5:3.

Nuevamente Pablo habla inequívocamente de cuál era el problema en Galacia – y por qué era tan grave. Estaban perturbando a los gentiles conversos al punto de que ¡algunos se estaban dejando literalmente ser circuncidados por ellos!

Dice: “Yo confío respecto de vosotros en el Señor, que no pensaréis de otro modo; mas el que os perturba llevará la sentencia [el castigo], quienquiera que sea. Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión [como si fuera necesaria], ¿por qué padezco persecución todavía [noten que Pablo estaba siendo perseguido, no por enseñar la ley de Dios, sino por negar que estas obras de la ley, o la circuncisión, eran necesarias para la salvación]. En tal caso se han quitado el tropiezo de la cruz [que era aceptar el sacrificio de Cristo para la justificación y no los sacrificios de animales]. ¡Ojalá que se mutilasen! [los falsos hermanos que estaban circuncidando a los miembros gentiles]” (Gálatas 5:10-12).

Pablo ahora usa un ejemplo de cómo la ley espiritual todavía está vigente. Dice: “Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero si os mordéis y os coméis los unos a los otros, mirad que también no os consumáis unos a otros”. Los hermanos gálatas no estaban bien y había divisiones entre ellos, al algunos apoyar a los falsos maestros y otros a Pablo. Por eso, Pablo, hace aquí una defensa de la ley espiritual que sigue vigente y que no era “hasta Cristo”... En Romanos 13:8-10 Pablo amplía lo que quiere decir con que esta ley que expresa el amor: “Porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento [aquí se incluye implícitamente el sábado], en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo, así que el cumplimiento de la ley es el amor”. ¿Cómo? ¿Si se cree que la ley era hasta Cristo, cómo puede Pablo decir que el amor es el cumplimiento de la ley? Obviamente él está usando el término “ley” en otro sentido, al referirse aquí, no a las “obras de la ley” sino a la ley que es espiritual.

Así vemos que en esta epístola Pablo puede hablar de la ley que era hasta Cristo y al mismo tiempo de la ley que sigue vigente y que es la expresión misma del amor cristiano. Pablo ahora muestra como esta parte de la ley espiritual está vigente y que está en contra de las obras de la carne.

Dice: “Digo pues: Andad en el Espíritu [al seguir la parte espiritual de la ley], y no satisfagáis los deseos de la carne [que son opuestos a la ley de Dios]. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley [no están bajo la condena de la ley]. “Y manifiestas son las obras de la carne: adulterio, fornicación, inmundicia [que están en contra del 7º mandamiento], lascivia [contra el 10º mandamiento], idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, [contra el 2º mandamiento] homicidios, [contra el 6º mandamiento], borracheras, orgías y cosas semejantes a estas [contra el 6º y 7º mandamiento] …que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios” (Gálatas 5:16-21). 

Sigue Pablo: “Mas el fruto del Espíritu [el resultado de guardar la ley espiritual al ser convertido] es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley [ninguna de las leyes de Dios va en contra de estos frutos, sino que los producen]” (Gálatas 5:23). 

Algunos hermanos gálatas no estaban mostrando esos frutos espirituales y Pablo los censura al decir: "Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos [como las recién descritas obras de la carne]. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu [debemos mostrar esos frutos espirituales]. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros [pues son obras de la carne]” (Gálatas 5:24-26). 

Pablo les muestra cómo deben aplicar esa ley espiritual de amor al prójimo en vez de lo que estaban haciendo algunos hermanos gálatas que se irritaban y se envidiaban. Dice: "Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Sobrellevad los unos las cargas de los otros y cumplid así la ley de Cristo [al amarse como Cristo los ha amado] (Juan 13:34). Porque el que se cree ser algo [al tener vanidad espiritual], a sí mismo se engaña. Así que, cada uno someta a prueba su propia obra [examine sus propias acciones], y entonces tendrá motivo de gloriarse sólo respecto de sí mismo, y no en otro: porque cada uno llevará su propia carga" (Gálatas 6:1-5). 

Pablo indica otra forma de mostrar ese amor al prójimo: "El que es enseñado en la palabra haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye. No os engañéis; Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne [obras de la carne] segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe" (Gálatas 6:6-10). 

Pablo menciona lo siguiente: "Mirad con cuán grandes letras os escribo de mi propia mano", Pablo normalmente le dictaba a un ayudante, pero probablemente, por los problemas de sus ojos, ya no veía muy claro y sólo pudo escribir en letras grandes esta última parte. Ahora termina la epístola con el mismo tema que comenzó y ha desarrollado mencionando que la circuncisión y la ley ritual ya no son necesarias en cuanto a la salvación de un cristiano. Explica: "Todos los que quieren agradar en la carne, éstos os obligan a que os circuncidéis, solamente para no padecer persecución a causa de la cruz de Cristo [y quedar bien con los judaizantes}. Porque ni aun los mismos que se circuncidan guardan la ley [en realidad no siguen cuidadosamente todos los ritos]; pero quieren que vosotros os circuncidéis, para gloriarse en vuestra carne [que lograron imponer esa circuncisión). Porque en Cristo Jesús, ni la circuncisión vale nada ni la incircuncisión, sino una nueva creación [al bautizarse y recibir el Espíritu Santo (vea 2 Corintios 5:17). Y a todos los que anden conforme a esta regla [al obedecerme], paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios [el Israel espiritual de Dios ahora compuesto por judíos y gentiles creyentes). De aquí en adelante nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús [las cicatrices de los muchos azotes sufridos por enseñar el verdadero evangelio]”. 

Una última analogía nos puede ayudar a ver lo absurdo que es el principio de que toda la ley ha sido abolida en Cristo. Es la analogía de las leyes del tránsito, en particular, respecto a los semáforos. Si las autoridades dijeran que de ahora en adelante las leyes de las luces son sólo sugerencias y no habría multas si se desobedecen, ¿qué pasaría? Cada uno entonces podría decidir si van a parar en luz roja o no y si proceden o no en luz verde, pues el sistema es ahora voluntario. Pronto la naturaleza humana de cada conductor se dejaría ver: los fuertes se abalanzarían cruzando, aunque las luces fueran rojas, y los tímidos, por temor, apenas avanzarían y bloquearían los cruces. Probablemente habría un 80% de autos chocados en el primer día. Lo mismo pasaría si no estuvieran vigentes las leyes espirituales de Dios y penas por violarlas. El violar estas leyes se llama pecado, como dice 1 Juan 3:4: “El pecado es infracción de la ley”. Solo hay que mirar en derredor para ver todos los crímenes, tragedias, y guerras que existen por pensar que ya no hay que guardar los Diez Mandamientos.

Una luz de tránsito requiere señales claras y obligatorias para funcionar y mantener el orden.

Así vemos que Gálatas es una epístola muy apropiada, que concuerda con las demás epístolas de los otros apóstoles y no va en contra del resto de las enseñanzas bíblicas. Eso sí, hay que tener cuidado de no sacar estas epístolas de Pablo de su contexto o de propósito original, o uno puede terminar, como Pedro advirtió, "torciendo" estas epístolas para su propia destrucción (2 Pedro 3:15-16). 

En resumen, Gálatas tiene que ver con la remoción de las leyes ceremoniales y orales para el cristiano por medio del sacrificio de Cristo. Más tarde sería hecho oficial en el decreto del Concilio de Jerusalén. Sin embargo, las demás leyes son espirituales y se deben observar o, como la analogía del tránsito indica, estaremos “estrellando” nuestras vidas contra estas leyes preciosas e inmutables de Dios. Por lo tanto, no se dejen engañar por estos falsos argumentos bajo la influencia de Satanás que han estado circulando por veinte siglos.