#054 - Éxodo 22: "Leyes sobre el matrimonio"

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#054 - Éxodo 22

"Leyes sobre el matrimonio"

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Ahora llegamos a las leyes que regulan el estado matrimonial. Como verán, son muy sabias y protegen a la mujer igual que al hombre. Todas emanan del séptimo mandamiento que dice "No cometerás adulterio" (Éxodo 20:14 y parte del décimo que dice: "No codiciarás la mujer de tu prójimo..." (Éxodo 20:17).

Veamos primero las leyes que protegen a la mujer soltera del engaño de un hombre pero sin violencia: "Si alguno engañare a una doncella que no fuere desposada, y durmiere con ella, deberá dotarla y tomarla por mujer. Si su padre no quisiere dársela, él le pesará plata conforme a la dote de las vírgenes" (Éxodo 22:16-17). "Cuando algún hombre hallare a una joven virgen que no fuere desposada, y la tomare y se acostare con ella, y fueren descubiertos; entonces el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata, y ella será su mujer, por cuanto la humilló; no la podrá despedir en todos su días" (Deuteronomio 22:28-29).

Este engaño según el código civil chileno se llama ESTUPRO: "El delito de estupro consiste en el acceso carnal a una doncella mayor de doce años y menor de veinte, interviniendo engaño... con una mujer menor de doce años constituye violación… El estupro es un delito que repugna la violencia y la sustituye por... la verdadera seducción, cuya característica esencial es el engaño… Una de las formas más típicas es la promesa matrimonial no cumplida" (Código Penal Chileno, Artículo 363).

La ley bíblica entonces salvaguarda la integridad de la joven ingenua y como castigo, el joven debía casarse con ella. Además, no podía divorciarse de ella por ningún motivo el resto de su vida. Así quedaba comprometido a cuidarla, sostenerla económicamente y amarla por toda la vida. En esa sociedad la mujer no podía recibir remuneraciones pues el trabajo pagado era exclusividad de los hombres y por tanto, así quedaba protegida. Recuerden que la virginidad era lo más cuidado y apreciado en la mujer, y era una gran vergüenza y una dificultad enorme para poder casarse al dejar de ser una virgen.

Dios desea conservar los lazos matrimoniales puros y saludables para que la nación sea fuerte y próspera. La historia ha mostrado una y otra vez que cuando una nación se aparta de las leyes de la decencia y la moralidad, su fin está cerca. Cabe recordar las cinco razones que el historiador más famoso sobre el Imperio Romano, Edward Gibbon entregó por su colapso:

  1. Una atracción incontenible hacia la ostentación y el lujo.
  2. Una creciente brecha entre los más ricos y los más pobres.
  3. La obsesión con el sexo.
  4. La tendencia hacia las formas extrañas en el arte.
  5. Aumento en el deseo de vivir a expensas del Estado.

¿Qué sucedía en el caso de una joven que era forzada por un varón?

"Si un hombre hallare en el campo a la joven desposada, y la forzare aquel hombre, acostándose con ella, morirá solamente el hombre que se acostó con ella; mas a la joven no le harán nada; no hay en ella culpa de muerte; pues como cuando alguno se levanta contra su prójimo y le quita la vida, así es en este caso. Porque él la halló en el campo; dio voces la joven desposada, y no hubo quien la librase" (Deuteronomio 22:25-27).

Este es el caso que el código penal llama Violación: "La violación propiamente dicha consiste en obligar a una mujer a soportar el acto carnal mediante fuerza o intimidación" (Art. 361). Lamentablemente, en esta sociedad corrupta, este crimen se está multiplicando gravemente. Si se aplicase la pena máxima en los casos como dice la Biblia, las jóvenes podrían caminar mucho más tranquilas por las calles.

De nuevo, la sociedad se basa en la limpieza moral del matrimonio, y por eso las jóvenes eran protegidas como verdaderos tesoros por los padres. La joven podía perder su vida al tener relaciones sexuales antes del matrimonio. Veamos un ejemplo de la importancia de la joven virgen: "Cuando alguno tomare mujer, y después de haberse llegado a ella la aborreciere, y le atribuyere faltas que den que hablar, y dijere: A esta mujer tomé, y me llegué a ella, no la hallé virgen… si resultare ser verdad que no se halló virginidad en la joven, entonces la sacarán a la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán los hombres de su ciudad, y morirá por cuanto hizo vileza en Israel fornicando en casa de su padre; así quitarás el mal de en medio de ti" (Deuteronomio 22:13-21).

Ahora bien, en la Iglesia el principio se aplica al mencionar a la pareja que el asunto de si existe la virginidad se hable entre los dos y lo acepten -si se van a casar- para que después el hombre no pueda alegar contra su mujer. Hay personas que le ponen más importancia al tema que otras hoy día y se respetan esas opiniones. Si la mujer o el hombre no mantuvo su virginidad debe ser asunto entre la pareja que se acepte si deciden proseguir con la boda. No debe ser asunto de los demás hoy día puesto que los padres ya no arreglan las bodas como antes.

A propósito de esto, algunas veces se tiene la idea de que las parejas en el Antiguo Testamento prácticamente eran forzadas por los padres a casarse. Pues ese no era el caso y la mayoría de los matrimonios no pensaba en el divorcio y vivía bastante feliz. ¿Por qué?

Primero, no había el transporte masivo de hoy día, profetizado en el libro de Daniel: "Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará" (Daniel 12:4). La gran mayoría del pueblo de Israel vivía en la misma aldea durante toda su vida. Los jóvenes se criaban juntos y los padres iban viendo cuales se llevaban más bien. Los padres deseaban que el matrimonio de su amado hijo fuese feliz y no iban a escoger a una persona equivocada.

La diferencia con hoy es que los jóvenes primero desarrollaban una relación fraternal y después se volvía romántica. En vez de tener a los jóvenes como en la actualidad que deben escoger a su pareja en un momento de inmadurez emocional donde no tienen mucha experiencia con la gama de sentimientos engañosos, en Israel eran los padres los que supervisaban el proceso. Claro que tomaban los sentimientos y los caracteres de sus hijos en cuenta, pero por la experiencia, podían ver más allá de la emoción muchas veces momentánea a los cimientos sólidos de una relación basada en la compatibilidad del carácter de cada uno.

Los hijos a la vez, no se sentían con la responsabilidad de buscar a alguien con quien casarse. Sus padres pasaban desde la cuna hasta el matrimonio buscando la persona apropiada a sus características. Desde luego que un padre se podía equivocar, pero cuando era la profesión y la responsabilidad del padre velar y buscar la persona apropiada, no lo iba hacer a la ligera.  Por otra parte, en muchas partes del mundo, la mitad de los matrimonios terminan en divorcio, de modo que quizás esta sociedad tan “moderna” no tiene el mejor método para formar un matrimonio.

Además, no sólo los padres estaban involucrados en el proceso, sino toda la comunidad y el ministerio de esa aldea. Las leyes de Dios fueron dadas para tener un matrimonio feliz y aunque no existe el método cien por ciento garantizado, me quedo estadísticamente con el bíblico. "Sea bendito tu manantial (esposa), y alégrate con la mujer de tu juventud, como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, y en su amor recréate siempre" (Proverbios 5:18-19). Recuerden que es en Proverbios 31 donde tenemos el modelo de la mujer virtuosa y en Salmos 112 el del hombre. Un pueblo entero que tenía estos modelos se iba a encontrar con muchos matrimonios felices y exitosos.

Según hemos podido recopilar de la Biblia existen 7 leyes para escoger a la pareja correcta.

  1. CONVERSIÓN – Si la persona comparte la religión de uno y está poniendo a Dios primero, todo lo demás se puede arreglar con mayor facilidad. El tener los mismos valores establecen unos cimientos duraderos en la relación y evita las fricciones sobre la crianza de los hijos.
  2. PERSONALIDAD – los caracteres de las personas deben ser compatibles, es decir que encajan y            no crean fricciones. ¿Si uno escoge a los amigos porque le caen bien sus caracteres, no debería ser así para la pareja? Pues paradójicamente, debido a la atracción romántica, muchas veces se deja de lado la diferencia del carácter y cuando se desvanece el cosquilleo emocional, empiezan los "fuegos artificiales" que arruinan el matrimonio y el hogar. Aquí se incluye la comunicación como una evidencia de una buena afinidad. Pueden conversar por horas sin aburrirse el uno del otro. Hay buenas vías de comunicación.
  3. SALUD FÍSICA Y EMOCIONAL – No sólo hay lo romántico en el matrimonio sino también lo físico. Hay que conocer el estado de la salud física y mental de la pareja, pues tienen una fuerte influencia en el resto de la vida. El factor Rh de la sangre es muy importante para la salud del hijo, la esterilidad y las enfermedades congénitas, el tipo de la alimentación y el equilibrio mental son otros puntos que se deben considerar antes de tomar la decisión de casarse.
  4. LA ATRACCIÓN FÍSICA – Quizás pensaban que nunca llegaríamos a este punto, pero es también muy importante. Al fin y al cabo, fue Dios que creó esa emoción maravillosa. "Dios es amor" nos dice la Biblia, y también nos habla del "primer amor" (Apocalipsis 2:4) que desea que sintamos por él. Pues, así debemos sentir que esa persona es lo máximo que existe y que deseamos pasar el resto de la vida con ella.

Sin embargo, no es una sensación inmadura. La inmadurez se caracteriza por ser egocéntrica. El amor inmaduro se enfoca más en lo que siente uno mismo que en lo feliz que se está haciendo a la otra persona. La atracción física correcta se preocupa más del otro, de su bienestar y jamás le haría daño aunque uno esté sufriendo.

Es importante analizar cómo se cumple el papel masculino y femenino en la pareja. El hombre debe ser el líder respetado y la mujer su reina amada. Si existe el machismo o el feminismo, que son las distorsiones de lo anterior, no va a existir plenamente el verdadero respeto ni amor. El amor no debe ser forzado ni usado como chantaje o desquite hacia la otra persona. El respeto mutuo es la clave para saber si el amor es genuino o no, si durará o no (vea Efesios 5:21-33).

  1. HERENCIA Y CRIANZA – "De tal palo, tal astilla” es un principio bastante válido. Como uno ve que es criada la persona, lo más probable es que será la forma que ella críe a los demás. Lo que se hace en el hogar suele repetirse de generación a generación. El analizar a los padres suele decirle mucho de cómo realmente son los hijos por su herencia común, aunque hay excepciones. No obstante, son muy pocos los que se escapan de la influencia determinante del hogar en que fue criado. Por eso, si no le gusta a uno como son los padres, probablemente se repetirá por lo menos una parte en los hijos. Aquí figuran también los hábitos personales y la cultura adquirida del país y región.  
  2. AFINIDAD INTELECTUAL – No sólo existen las emociones y los caracteres sino la parte intelectual. Si uno no puede tener una conversación inteligente con su pareja, pasarán muchas tardes aburridas. La idea es que no haya una enorme brecha entre el aspecto intelectual de ambos. El hombre debe tener una inteligencia igual o mayor que de la mujer si es posible. Así ella no tendrá que estar corrigiéndolo porque capta mejor los errores cometidos. A veces el marido se desquitará con la mujer más inteligente que lo hace sentir acomplejado o inferior. Por eso es bueno analizar este aspecto de la relación antes de decir "Sí". Aquí se incluye el nivel de educación de los dos y el futuro nivel económico.
  3. BUSQUE CONSEJO – "En la multitud de consejeros está la seguridad" y “no seas sabio en tu propia opinión" nos dice Proverbios 11:14 y 3:7. Para tomar la decisión física más importante de la vida es preciso buscar el consejo de los que uno respeta por la sabiduría y experiencia. Personas que uno debe tomar en cuenta son primero Dios, después los padres, especialmente si son de la fe, parientes queridos, el ministro, y luego las amistades sanas y maduras. De nada sirve pedir consejos de personas inmaduras de su misma edad que no viven una vida con éxito. Lean el ejemplo de Roboam y el consejo desastroso que le entregaron sus amiguitos (1 Reyes 12:8-16).

Desde luego, que la mayoría de las parejas no consideran muchos de estos factores por falta de edad, madurez y experiencia. Sin embargo, los padres de ellos pueden entender estos puntos mejor y por tanto, sirven de muy valiosos consejeros que desean lo mejor para uno. Lamentablemente, si los padres son del mundo, es probable que se dejen llevar por los falsos valores de la posición en la sociedad y sus propios beneficios más que del hijo. Sin embargo, hay muchos que tienen valores muy buenos y ayudarán mucho al hijo con sus opiniones.