#046 - Éxodo 20: Los libros bíblicos en orden y la constitución del reino

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#046 - Éxodo 20

Los libros bíblicos en orden y la constitución del reino

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Antes de abordar la ley de Dios, es bueno darse cuenta de que los libros del Antiguo Testamento no están en nuestra Biblia en su orden original. Debido a la influencia católica que también siguieron los protestantes, nuestra Biblia está ordenada según la versión griega del Antiguo Testamento llamada la Septuaginta. Fue traducida del hebreo al griego unos doscientos años antes de Jesucristo. Sin embargo, este orden que tenemos no es el que usa la versión oficial hebrea hoy día y que está en el orden correcto. He aquí la forma que debería aparecer los libros del Antiguo Testamento.

ORDEN ORIGINAL DEL ANTIGUO TESTAMENTO EN SU ORDEN

ORIGINAL LA LEY

I. LA LEY

1. Génesis

2. Éxodo

3. Levítico

4. Números

5. Deuteronomio

II. LOS PROFETAS

6. Josué – Jueces

7. Samuel – Reyes (Libros del reino)

8. Isaías

9. Jeremías

10. Ezequiel

11. Los doce profetas (menores)

III. LOS SALMOS

12. Salmos

13. Proverbios

14. Job

15. Cantar de cantares

16. Rut

17. Lamentaciones

18. Eclesiastés

19. Ester

20. Daniel

21. Esdras – Nehemías

22. Crónicas

Ahora bien, aunque el orden de nuestra Biblia no sea igual, lo más importante es que el texto sí es el correcto. Aún la versión Septuaginta fue citada por el Apóstol Pablo en numerosas ocasiones y no tiene nada mal en sí pues fue clasificada según los temas y no según el orden original.

Pasamos ahora a lo que en cierto sentido se puede llamar la culminación del Antiguo Testamento – la Ley de Dios dada en el Monte Sinaí. Todo lo anterior es una preparación para la entrega de esa ley y todo lo que sigue es la historia de la aplicación o la desobediencia a esa ley y las respectivas consecuencias.

De la misma manera, la culminación del Nuevo Testamento en cuanto a la ley se encuentra en Mateo 5-7, “el Sermón en el monte, o la ley en el Monte” donde el elemento espiritual de la ley es dado por Jesucristo, el mismo que la entregó como el Verbo, o Yaweh en el Monte Sinaí.

Es importantísimo ver la ley de Dios con la perspectiva de que es la misma que se aplicará en el Mundo de Mañana y que será la base del gobierno y la paz mundial de ese entonces. Las naciones seguirán estas leyes: “Y vendrán muchos pueblos y dirán: Venid, y subamos al monte del Eterno, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus camino, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la Ley, y de Jerusalén la palabra del Eterno” (Isaías 2:3).

Recuerde que el problema básico del hombre no está en la ley de Dios sino en el corazón del hombre. En el Milenio, al recibir el espíritu santo, tendremos una sociedad que será ideal. “He aquí que vienen días, dice el Eterno, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para salvarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice el Eterno. Pero este el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Eterno: Daré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón, y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Eterno; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice el Eterno; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado” (Jeremías 31:31-34). A continuación los Mandamientos en toda su plenitud bíblica.

Ahora bien, para entender a fondo la belleza y la magnitud de las leyes de Dios, estaremos analizando estas leyes a la luz de los códigos legales en la sociedad actual. Entenderemos por qué las leyes de Dios son superiores a las leyes modernas de los hombres y en qué forma los gobiernos se han equivocado.

Veremos por qué Moisés exclamó “Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como el Eterno mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para tomar posesión de ella. Guardadlos, pues, ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta. Porque, ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está el Eterno nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros? (Deuteronomio 4:5-8).

Recuerden que en el Milenio, el proceso educativo sobre las leyes de Dios será una de las prioridades. “Y el Eterno será rey sobre toda la tierra…Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, al Eterno de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos. Y acontecerá que los de las familias de la tierra que no subieren para adorar al Rey, el Eterno de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia” (Zacarías 14:9, 16-17). Así finalmente, las leyes de Dios serán guardadas por todos, incluyendo las Fiestas Santas, hasta que “la tierra será llena del conocimiento del Eterno (las leyes de Dios), como las aguas cubren el mar” (Isaías 11:9).

En Éxodo 19:5-6, Dios les dice que “si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis un reino de sacerdotes, y gente santa”. Dios les está ofreciendo a la casa de Jacob nada menos que el hacerlos su Reino sobre la tierra.

Este sería un reino de administradores (no modificadores) de su Ley con el destino final de gobernar al mundo entero y establecer la paz mundial. “Y andarán las naciones a tu luz y los reyes al resplandor de tu nacimiento” (Isaías 60:3). Desde luego, que el pueblo de Israel se descalificó al no obedecer, pero la promesa sigue intacta cuando vuelva Cristo.

Esta nación de administradores se divide en el representante directo ante Dios, el profeta o apóstol, y luego, el ministerio supervisado por la rama sacerdotal de Aarón, ahora reemplazada por Cristo, pero en el Milenio, será oficiado bajo su mando (Éxodo 44:15). Subordinado a los sacerdotes está el ministerio levita que administra los asuntos nacionales, o el servicio civil y religioso, que incluyen a los predicadores, jueces, abogados, médicos, recaudadores y profesores.

En los siguientes estudios estaremos desarrollando los temas según las diversas clases de leyes de Dios. Vamos a dedicar un estudio a cada uno de los códigos legales. Veamos la forma en que se organiza el reino de Dios:

El REINO

1. LA IDENTIDAD EL GOBERNANTE – El Eterno Dios (Éxodo 3:14-15).

2. LA ELECCIÓN DEL PUEBLO – Israel o la Casa de Jacob (Éxodo 19:3-6).

3. LA CONSTITUCIÓN – Los mandamientos y leyes (Éxodo 20-23).

4. EL TERRITORIO – Israel luego el mundo (Éxodo 3:8; Romanos 4:13).

LA CONSTITUCIÓN: LOS MANDAMIENTOS Y LAS DEMAS LEYES

I. EL ESPÍRITU QUE ENCIERRA LA LEY.

II. LOS DIVERSOS CÓDIGOS DE LA LEY.

 

1. EL CÓDIGO DEL TRABAJO (Leyes laborales y provisionales).

2. EL CÓDIGO CIVIL Y PENAL (Leyes jurídicas, contratos y matrimonio).

3. EL CÓDIGO DE COMERCIO Y TRIBUTARIO (Leyes económicas).

4. EL CÓDIGO EDUCACIONAL (Leyes de la enseñanza privada y pública).

5. EL CÓDIGO SANITARIO (Leyes alimenticias y de salubridad).