#037 - Éxodo 2-3
"La huida de Moisés a Madián"
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#037 - Éxodo 2-3: "La huida de Moisés a Madián"
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"La edad de Moisés cuando fue llevado al palacio de los egipcios no se nos dice; pero tenía edad suficiente para estar ya bien instruido en los principios de la verdadera religión; y aquellas primeras impresiones, profundizadas por el poder de la gracia divina, nunca fueron olvidadas ni borradas" (Comentario de la Biblia, Jamieson, p. 62).
La Biblia nos dice que durante esa etapa "fue Moisés enseñado en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus Palabras y obras. Cuando hubo cumplido la edad de los cuarenta años..." (Hechos 7:22,23). Noten que la referencia de su poder en las palabras y obras fue durante los primeros 40 años en Egipto.
Moisés en este periodo no era un simple príncipe egipcio, sino tenía también renombre. "Él pensaba que sus hermanos comprendían que Dios les dará libertad por mano suya; mas ellos no lo habían entendido así". (Hechos 7:25). Fíjense que dice "por mano suya" y no "por mano de Dios". He aquí el problema con el intento de liberación que hizo Moisés. El confiaba más en su fama y poder que en Dios. Era una de las razones que "fue llevado al desierto" como tantos hombres de Dios, para ser calmado de su ímpetu ambicioso; para ser aislado y purificado de la sociedad corrupta y pecaminosa; para ser abatido ese yo engreído que surge de un hombre de éxito en el mundo, y finalmente, para ser moldeado mediante el arrepentimiento y la humildad y así convertirse en un instrumento útil de Dios.
"Sus cuarenta años en el desierto: Esto, en la providencia de Dios, fue la preparación de Moisés. La soledad y las asperezas del desierto desarrollaban cualidades apenas posibles en la comodidad del palacio. También se familiarizó con la región por donde debía conducir a Israel durante otros cuarenta años" (Halles, p. 116).
Todos los hombres de Dios han sido probados y abatidos primero hasta que digan "Heme aquí, Señor". El Señor Armstrong es un ejemplo vivido de ello, y su relato aparece en muchos de sus escritos. ¿También hemos pasado por esa etapa en nuestra vida?
MADIAN: El centro del territorio madianita, donde estuvo Moisés fue la costa este del Golfo de Akaba, aunque vagaban muy lejos al norte y al oeste. En los días de Moisés dominaban ellos los ricos pastos alrededor del Sinaí. Sin duda los 40 años de pastoreo de Moisés le llevó a recorrer la región entera. Moisés se casa con una madianita llamada Séfora (2:21), hija de Reuel, también llamado Jetro (3:1). Jetro, como sacerdote de Madián, debe de haber sido un caudillo. Los madianitas descendían de Abraham y Cetura (Génesis 25:2) y deben de haber retenido tradiciones del Dios de Abraham. Moisés tuvo dos hijos, Gersón y Eliezer (18:3-4)" (Halley, p. 116).
Moisés, entonces, va al desierto de Madián. Para él, era una huida desesperada ante el Faraón, pero para Dios, Moisés entraba en el crisol cuya duración sería de cuarenta años. Así conocería de verdad al único Dios, así aprendería a obedecerlo en todo, y de ese modo, se convertiría, de un caudillo impetuoso a un magnífico y humilde servidor de Dios. ¡Cómo cambió durante esos cuarenta años! "Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que habían sobre la tierra" (Números 12:3).
"Era por la vara y no por la espada, por la mansedumbre y no por la ira de Moisés, como Dios había de efectuar aquella grande obra de liberación. Tanto él como el pueblo de Israel, por cuarenta años, fueron echados al horno de la aflicción, a pesar de lo cual Dios los había escogido. "He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción" (Isaías 48:10)" (Comentario Biblico, Jamieson, p. 62).
El cambio para Moisés debía ser devastador. Sus esperanzas de liberar a su pueblo se esfumaron. La gran vida de príncipe egipcio había desaparecido. En vez era un fugitivo de la justicia, huyendo al rincón más inhóspito del Medio Oriente, el desierto de Madián, actualmente, el lado occidental de Arabia Saudita. Se unió a una tribu de pastores y mercaderes itinerantes que recorrían la zona del Sinaí. Ahora Moisés se había convertido en lo que era lo más bajo en la sociedad egipcia – un pastor de ovejas "porque para los egipcios es abominación todo pastor de ovejas" (Génesis 46:34).
"Los empleados del estado disfrutan en todas partes de la protección oficial. En tiempos de los Faraones ocurría lo mismo que en nuestros días. Así, a Moisés, después de haber dado muerte al capataz llevado por la justa cólera, no le queda otro recurso que la huída, a fin de escapar a un seguro castigo. Moisés hace lo que, antes que él, hizo el egipcio Sinuhe. Huye del territorio egipcio en dirección a Oriente. Como Canaán es territorio ocupado por Egipto, Moisés escoge, para su exilio, la montañosa comarca de Madián, situada al este del golfo de Akaba, con la cual se siente unido por lazos de parentesco (eran descendientes de Abraham y Cetura)" (Keller, p. 12.4).
Durante esos 40 años, el pueblo de Israel sufrió mucho más bajo Totmes III.
"Todos los edificios públicos o reales, en el antiguo Egipto, fueron construidos por esclavos, y en algunos de ellos fue colocada una inscripción de que a ningún ciudadano libre se había ocupado en este empleo servil... Las ruinas de grandes edificios de ladrillos se hallan en todas partes de Egipto. El uso de ladrillo crudo, cocido al sol, era universal en el alto y bajo Egipto, tanto para edificios públicos como privados; todos menos los templos mismos, eran de ladrillo crudo. Es digno de notarse que han sido descubiertos más ladrillos que llevan el nombre de Totmes III...que en ningún otro período cualquiera" (Comentario Bíblico, Jamieson, p. 61).
Por fin murió Totmes III, y tomó el mando su hijo primogénito, Amenhotep II. Este sería el faraón del Éxodo.
"Cuando murió Totmes III en 1450 a.C, Amenhotep II asumió el mando total del país. A su lado estaba su hermosa esposa, la reina Taa. El egiptólogo Sir Flinders Petrie (1853-1942) calcula que tenía alrededor de 19 años al convertirse en faraón. Amenhotep fue un hijo digno del gran Totmes III. Físicamente, Amenhotep era un hombre forzudo. Las inscripciones egipcias relatan que nadie en Egipto tenía su fuerza. Para ilustrar, Amenhotep tenía un arco tan poderoso que ninguno de sus soldados podía doblarlo. Solo Amenhotep podía tensarlo. Este arco, el símbolo de su fuerza descomunal, fue enterrado junto a él cuando murió en 1425 A.C. Este hecho ayuda a entender por qué este faraón no estaba dispuesto a "doblegarse" ante el Dios de Moisés. Él estaba acostumbrado a salirse con la suya. No tenía iguales. Era un hombre de gran orgullo y dado a jactarse. En una antigua inscripción se refiere a él como "el señor de la gloria". La crianza de Amenhotep II fue cuidadosamente planificada por su padre guerrero. Se hizo mucho énfasis en la destreza atlética y militar. Fue un estudiante sobresaliente. Al asumir el mando de Egipto, se fue con gran confianza a conquistar un renombre como su padre. Él dirigió personalmente sus soldados en las batallas. Tuvo dos campañas en Palestina para aplastar una insurrección. En la primera de ellas, demostró su gran destreza con el arco ante el pueblo de Cades al lado del Río Orontes. Estos eventos están registrados en el Templo de Amón en la ciudad egipcia de Karnak. Nos informan que "fue un terrible león" contra sus enemigos. Se encuentran varias escenas en unos monumentos donde él está destruyendo a sus adversarios. Otra inscripción lo nombra "el buen dios, el león de Egipto, el señor de la fuerza, que entrega la vida como el sol". Dios, desde luego, conocía el gran orgullo y la porfía de Amenhotep. En Madián, Dios le dice a Moisés "Mas yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir sino por mano fuerte" (Éxodo 3:19)".
De este modo, durante la estadía de Moisés en Madián, el pueblo de Dios sufrió muchísimo bajo este poderoso tirano. "Aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto (Totmes III), y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre (bajo el reinado de Amenhotep II), y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios" (Éxodo 2:23,24).
Por fin llegó el momento en que Dios le había profetizado a Abraham que iba a actuar, 400 años tras su muerte. Todo el escenario estaba listo para llevar a cabo un drama que no tiene precedentes en la historia en cuanto a los milagros que se llevarían a cabo en ese año 1443 A.C. Moisés estaba ya ablandado y listo para ser el poderoso instrumento dócil y obediente de Dios. El pueblo estaba ya a punto de destruirse bajo la dura mano del faraón cruel y poderoso.
En este año, se verían milagros insólitos en la historia de la humanidad. Se vería como un pueblo de esclavos derrotaría sin armas a la nación más poderosa en ese entonces sobre la faz de la tierra. Se entregaría la Ley de Dios en el Monte Sinaí que ha tenido mucha influencia sobre las naciones que cualquier otro código de leyes en la historia, y se preparara el pueblo para convertirse en una nación de Israel que desembocaría en una nación guiada por el verdadero Dios y que traería al Mesías al mundo. Todo esto comienza en ese año crucial para la historia de la humanidad.
En el próximo estudio, comenzaremos a estudiar ese año clave.