Respuestas bíblicas a . . . Cómo tomar buenas decisiones
Uno de los beneficios de estudiar la Biblia es que aprendemos a tomar decisiones según la manera de pensar de Dios, especialmente cuando tiene que ver con nuestra vida espiritual. Los sabios principios que la Biblia nos entrega pueden ayudarnos a tomar buenas decisiones en todas las áreas de nuestra vida, pero cuando nos enfrentamos a decisiones que tienen una amplia gama de opciones, el comprender los principios bíblicos nos puede ayudar a escoger las mejores.
Esperamos que este estudio le entregue información práctica y útil que pueda utilizar a diario. ¡Le deseamos lo mejor en la toma de decisiones!
Decisiones, decisiones . . .
Todos enfrentamos decisiones a diario. ¿Cómo podemos determinar cuáles son las mejores opciones, especialmente con respecto a las decisiones importantes y aquellas que parecen no tener respuesta?
Es interesante analizar las decisiones que Abram (quien luego fue llamado Abraham) y Lot tomaron en cierta situación conflictiva, y los resultados que obtuvieron. Leamos el relato:
“Lot, quien viajaba con Abram, también se había enriquecido mucho con rebaños de ovejas y de cabras, manadas de ganado y muchas carpas. Pero la tierra no era suficiente para sustentar a Abram y a Lot si ambos vivían tan cerca el uno del otro con todos sus rebaños y manadas. Entonces surgieron disputas entre los que cuidaban los animales de Abram y los que cuidaban los de Lot. (En aquel tiempo, también vivían en la tierra los cananeos y los ferezeos).
“Finalmente, Abram le dijo a Lot: No permitamos que este conflicto se interponga entre nosotros o entre los que cuidan nuestros animales. Después de todo, ¡somos parientes cercanos! Toda la región está a tu disposición. Escoge la parte de la tierra que prefieras, y nos separaremos. Si tú quieres la tierra a la izquierda, entonces yo tomaré la tierra de la derecha. Si tú prefieres la tierra de la derecha, yo me iré a la izquierda.
“Lot miró con detenimiento las fértiles llanuras del valle del Jordán en dirección a Zoar. Toda esa región tenía abundancia de agua, como el jardín del Señor o la hermosa tierra de Egipto. (Esto ocurrió antes de que el Señor destruyera Sodoma y Gomorra). Lot escogió para sí todo el valle del Jordán, que estaba situado al oriente. Se separó de su tío Abram y se mudó allí con sus rebaños y sus siervos. Entonces Abram se estableció en la tierra de Canaán, y Lot movió sus carpas a un lugar cerca de Sodoma y se estableció entre las ciudades de la llanura. Pero los habitantes de esa región eran sumamente perversos y no dejaban de pecar contra el Señor.
“Después de que Lot se fue, el Señor le dijo a Abram: Mira lo más lejos que puedas en todas las direcciones: al norte y al sur, al oriente y al occidente. Yo te doy toda esta tierra, tan lejos como alcances a ver, a ti y a tu descendencia como posesión permanente” (Génesis 13:5-15, Nueva Traducción Viviente, 2010).
Esta historia no acaba aquí, por supuesto. Pero es interesante notar que Dios bendijo la generosa decisión que Abram tomó en bien de la paz. Lot, por otra parte, escogió la tierra fértil alrededor de Sodoma, aparentemente bajo la convicción de que no sería influenciado por esta ciudad pecaminosa y corrupta. Pero se equivocó.
¿Qué dice la Biblia acerca de la toma de decisiones?
La Biblia está especialmente diseñada para ayudarnos a tomar la decisión más importante: la de arrepentirnos, cambiar y seguir a Jesucristo por el resto de nuestras vidas (Hechos 2:38; 1 Juan 2:6). Dios nos dice que lo pongamos a él primero, que le obedezcamos y escojamos las bendiciones y la vida eterna (Mateo 6:33; Deuteronomio 30:19-20).
Todas las otras determinaciones que tomemos contribuyen a esta decisión y meta principal. Debemos evitar las decisiones que nos desvían de poner a Dios y su justicia primero en nuestra vida.
Sin embargo, no toda decisión es una elección entre el bien y el mal. Muchas de nuestras decisiones diarias tienen varias opciones aceptables. Algunas de las más importantes también tienen una variedad de posibilidades, como qué carrera escoger, con quién casarse, o dónde vivir. Pero la Biblia también nos entrega principios que nos pueden ayudar a identificar y escoger las mejores opciones. Exploremos la sabiduría bíblica para encontrar algunas de esas claves.
- ¿Cuál es el punto de partida para adquirir sabiduría?
“El principio de la sabiduría es el temor del Eterno; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza” (Proverbios 1:7).
“Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor del Eterno, y hallarás el conocimiento de Dios. Porque el Eterno da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia” (Proverbios 2:2-6).
Una vez que comprendemos cuán grande es Dios y vemos cuán pequeños somos en comparación, nuestra reverencia y temor hacia él aumentan. Eso nos lleva a pedirle que nos guíe, y a estudiar su Biblia para crecer no solo en conocimiento, sino también en la comprensión de sus principios fundamentales. Meditar y aplicar ese conocimiento y entendimiento bíblico mediante el espíritu de Dios conlleva a la sabiduría según suforma de pensar.
Por lo tanto, debemos temer a Dios, buscar su sabiduría, orar para que nos ayude y estudiar su Biblia para encontrar los principios que tenemos que aplicar a la hora de tomar decisiones.
- ¿De qué otra manera nos dice la Biblia que busquemos la sabiduría?
“Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; mas en la multitud de consejeros hay seguridad” (Proverbios 11:14).
Tanto los expertos como las personas de confianza, especialmente aquellas que son mayores o tienen más experiencia que nosotros, pueden ser una buena fuente de consejos. Es posible que otros vean nuestros problemas desde un ángulo distinto al nuestro, permitiéndoles concebir soluciones que tal vez somos incapaces de ver.
- ¿De qué manera podemos definir y comprender el problema o la decisión que enfrentamos?
“El avisado ve el mal y se esconde; mas los simples pasan y reciben el daño” (Proverbios 22:3).
“Al que responde palabra antes de oír, le es fatuidad y oprobio” (Proverbios 18:13).
“No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio” (Juan 7:24).
Antes de tomar una decisión y determinar el curso a seguir, una persona sabia mira cuidadosamente hacia el futuro, tratando de anticipar las consecuencias a largo plazo.
Cuando se trata de una decisión importante, debemos invertir el tiempo necesario para reunir todos los hechos, examinar la situación en profundidad para definir el problema con claridad, y considerar sus ramificaciones. Una vez que podemos describir el problema o la oportunidad con precisión, podremos ver más claramente el bosquejo de la solución ideal.
Pero aun así, determinar cómo llegar a esa solución final puede ser difícil. Propóngase varias opciones posibles e incluya las sugerencias de los consejeros que está usando.
Así, podemos concluir esta fase de toma de decisiones con un problema claramente definido y una lista de posibles soluciones de entre las cuales escoger.
- ¿Cómo podemos llegar a una decisión?
“A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia” (Deuteronomio 30:19).
“Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar” (Lucas 14:28-30).
Si una posible solución requiere desobedecer una instrucción o principio bíblico, bórrela de su lista. Luego compare las opciones restantes con instrucciones y principios bíblicos positivos, el consejo de otros, la posibilidad de un resultado exitoso y los efectos que su decisión tendrá en los demás. Evalúe cuidadosamente las ventajas y desventajas y “calcule los gastos”.
Si la decisión aún no es clara, puede que tenga que repetir el paso de reunir los hechos, proponer ideas y buscar sabiduría. Al final, si hay dos o más opciones que le parecen igualmente buenas, quizá simplemente tenga que adoptar una resolución y (nuevamente pidiéndole a Dios que lo guíe) actuar en consecuencia. La indecisión y la inacción a veces pueden ser peores que una solución imperfecta — mientras que esta no viole los principios bíblicos.
Cuando intentamos buscar la sabiduría de Dios y seguir los principios bíblicos, podemos confiar a Dios nuestras decisiones y las preocupaciones que estas conllevan (Proverbios 3:5-6; Mateo 6:33-34).
Póngalo en práctica ahora mismo
Ponga en práctica estos pasos con alguna decisión que esté enfrentando ahora. Escribir las cosas en una hoja de papel puede ayudarle a clarificar ciertos aspectos cuando enfrente un problema complejo o difícil. Ponga estos pasos en práctica con cada decisión significativa, ¡y disfrute la tranquilidad mental que esto le traerá! -