Preparémonos hoy para ayudar a Jesucristo a gobernar en el futuro

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Preparémonos hoy para ayudar a Jesucristo a gobernar en el futuro

¿Quién ayudará a servir y enseñar a las personas? ¿Qué nos dice la Biblia acerca de los ciudadanos del Reino de Dios?

En el mini-estudio anterior repasamos el regreso de Jesucristo como Rey para rescatar a la humanidad de la autodestrucción. El rey es uno de los cuatro elementos necesarios para que exista un reino. Hoy estudiaremos el segundo componente: los ciudadanos.

Una historia de transformación

Considere la historia de uno de los personajes más fascinantes de la Biblia: Simón hijo de Jonás. Él era un pescador rudo, valiente, audaz y entusiasta. Con toda seguridad no tenía ninguna intención de convertirse en un sofisticado predicador ni en un aristocrático y poderoso rey. Sin embargo, cuando escuchó el mensaje de Jesucristo, se convenció de la autenticidad de sus palabras. Este era un mensaje poderoso y verdadero proveniente de Dios.

Así que cuando Jesús le pidió que dejara sus redes y se convirtiera en un “pescador de hombres”, Simón no lo dudó ni por un segundo.

Lo que siguió a continuación fue un extraordinario periodo de transformación y preparación. Día tras día Simón caminaba con Jesús por caminos polvorientos, escuchando sus parábolas y enseñanzas. Observó cómo Jesús servía a otros y fue enviado a practicar lo mismo.

Simón experimentó el gozo de ser alabado por Jesús, pero también la desazón que le provocaban sus correcciones. Todas estas cosas estaban ayudando a moldear y formar a quien se convertiría en el gran apóstol Pedro. Y estas mismas experiencias estaban preparándolo para el trabajo que Jesús le prometió en el Reino de Dios: ¡ser rey de una de las tribus de Israel! (Lucas 22:29-30).

Jesús dio dos órdenes finales a Pedro: “Apacienta mis ovejas” y “Sígueme” (Juan 21:17, 19). El registro bíblico nos muestra a un hombre que hizo ambas cosas a lo largo de toda su vida.

Lo maravilloso es que el entrenamiento que Dios usó con Pedro está también disponible para nosotros a través de la Biblia y la experiencia de la vida cristiana. Las últimas palabras de Pedro al rebaño de Cristo registradas en la Biblia nos alientan a seguir el mismo proceso de preparación: “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén” (2 Pedro 3:18).

Los leales súbditos de Cristo

En 6.000 años de historia ha habido pocos momentos de verdadera justicia, felicidad y paz entre las personas. Y las ocasiones en que las personas han obedecido verdaderamente a su Dios Creador son aún más escasas. El camino del “obtener” ha llevado a la humanidad a una espiral descendente que amenaza nuestra existencia.

Pero como hemos visto en los últimos dos estudios, ¡las cosas cambiarán! Jesucristo se convertirá en Rey y sus leyes se convertirán en la constitución del Reino de Dios. No obstante, estos dos elementos no son suficientes. Será imperativo que los mismos ciudadanos cambien. La transformación de los rebeldes seres humanos en pacíficos súbditos del Reino de Dios es una historia fascinante, que en el caso de usted ¡puede comenzar hoy mismo!

¿Cuáles serán las actitudes y acciones que predominarán en las personas en los últimos días antes de la segunda venida de Jesucristo?

“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita” (2 Timoteo 3:1-5).

“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9).

“Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 14:12).

“Como está escrito: ‘No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos’” (Romanos 3:10-18).

Debido a que el camino egoísta del “obtener” ha invadido al mundo entero, las personas no se dan cuenta que pensar y hacer “lo que les parece correcto” es realmente lo que produce los problemas mundiales. Quieren paz, pero viven de forma que hace imposible la  tranquilidad, y las cosas solo empeorarán a medida que se acerque el fin.

¿En qué estado se encontrará la humanidad al regreso de Jesucristo?

“Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá” (Mateo 24:21).

“Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos” (Apocalipsis 9:20-21).

La rebelión humana traerá como consecuencia los peores tiempos que la humanidad habrá presenciado. Será peor que la Inquisición, los linchamientos, los genocidios y el Holocausto. Sin embargo, a pesar de las plagas y problemas, las personas rehusarán arrepentirse y las naciones intentarán incluso luchar contra Cristo a su regreso. Pero, al final de todo, el remanente de seres humanos que sobreviva estará dispuesto a someterse y necesitará sanación física, mental y espiritual.

¿A quiénes gobernará Jesús, y qué  aprenderán?

“Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido” (Daniel 7:14).

“Oh Eterno, fortaleza mía y fuerza mía, y refugio mío en el tiempo de la aflicción, a ti vendrán naciones desde los extremos de la tierra, y dirán: ‘Ciertamente mentira poseyeron nuestros padres, vanidad, y no hay en ellos provecho’” (Jeremías 16:19).

“Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: ‘Conoce al Eterno; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande’, dice el Eterno; ‘porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado’” (Jeremías 31:34).

Todas las personas finalmente comprenderán que las tradiciones y sistemas humanos no valen la pena. Cada una de ellas tendrá la oportunidad de aprender el camino de Dios y podrá desarrollar una relación personal con él.

¿Quiénes ayudarán a Jesucristo a enseñar y gobernar a los seres humanos?

“Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre” (Daniel 7:18; ver también Apocalipsis 2:26-27; 3:21).

Jesucristo asignará a sus seguidores transformados la tarea de ayudarle a enseñar y cuidar a la gente. Todos los escogidos en esta época actual, y que tienen el don del Espíritu de Dios, son conocidos como santos (Romanos 1:7; 5:5).

¿Qué trabajos específicos en el Reino de Dios se mencionan en la Biblia?

“Mi siervo David será rey sobre ellos (israelitas), y todos ellos tendrán un solo pastor; y andarán en mis preceptos, y mis estatutos guardarán, y los pondrán por obra. Habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David será príncipe de ellos para siempre” (Ezequiel 37:24-25; ver también Jeremías 30:9).

“Y Jesús les dijo (a los apóstoles): ‘De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel’” (Mateo 19:28).

Es interesante notar que en el Reino de Dios, el rey David reinará sobre todo Israel y cada uno de los doce apóstoles reinará sobre las tribus individuales de esta nación, lo que demuestra que la estructura de gobierno será jerárquica.

¿Qué otras habilidades debemos desarrollar para ayudar en el Reino de Dios?

“. . . tus maestros nunca más te serán quitados, sino que tus ojos verán a tus maestros. Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: ‘Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda’” (Isaías 30:20-21).

“Aconteció que vuelto él (noble que representa a Jesús en la parábola), después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno. Vino el primero, diciendo: ‘Señor, tu mina ha ganado diez minas’. Él le dijo: ‘Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades’. Vino otro, diciendo: ‘Señor, tu mina ha producido cinco minas’. Y también a éste dijo: ‘Tú también sé sobre cinco ciudades’” (Lucas 19:15-19).

La Biblia describe futuras responsabilidades, tales como enseñar el camino de Dios a las personas y servirles como gobernadores sobre las ciudades. ¡El pueblo de Dios tiene el desafío de prepararse ahora para aquellas tareas en el futuro!

¿Cómo debemos prepararnos para servir en el Reino de Dios?

“. . . creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo . . .” (2 Pedro 3:18).

“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono” (Apocalipsis 3:21).

“Mas Jesús, llamándolos [a sus discípulos], les dijo: ‘Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos’”
(Marcos 10:42-45).

Para poder enseñar y ayudar a otros a vivir el camino de Dios en el futuro, debemos aprender y practicar sus caminos ahora. Si vamos a mostrarles cómo vencer el pecado y transformar sus vidas, primeramente debemos vencer el pecado y transformar nuestras propias vidas. Para servir efectivamente a Jesús y a nuestro prójimo en el futuro, debemos aprender a servirles ahora. Jesucristo traerá paz y verdadero gozo, que se harán extensivos a todas las personas alrededor del mundo. Él quiere que nos preparemos ahora para ayudarle en esta sublime obra, y hoy es el momento de aceptar el desafío.

Apliquemos lo aprendido

Dios ordenó a los reyes israelitas que escribieran una copia de las leyes de Dios y la leyeran regularmente (Deuteronomio 17:18-20). Cuando escribimos los versículos es más fácil recordar lo que estamos estudiando, y el reflexionar profundamente en las palabras de Dios puede ayudarnos a mantener una perspectiva correcta.

Hoy, hágase un tiempo para escribir los últimos seis mandamientos, que aparecen en Éxodo 20:12-17.

Estos seis mandamientos se enfocan en las relaciones con otros y ayudan a explicar cómo “amar a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39).

Después de escribir estos seis mandamientos, vuelva a leerlos y medite sobre cómo puede aplicarlos diariamente. En nuestro folleto gratuito Los Diez Mandamientos encontrará un capítulo dedicado a cada uno de ellos, algo que le será muy útil en el estudio posterior de este tema. BN