Los sabios buscarán a Dios

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Los sabios buscarán a Dios

Repasemos juntos una fascinante historia, que incluye a los magos (o sabios) de Oriente justo después del nacimiento de Cristo, ciertos hechos científicos, al profeta Daniel, al malvado rey Belsasar, a Babilonia, a usted y a mí. El tema del relato es la eterna y siempre vigente sabiduría, pero en este caso la enfocaremos desde una perspectiva distinta.

El famoso escritor y filósofo estadounidense Elbert Hubbard escribió: “Todos los hombres son necios durante al menos cinco minutos cada día; la sabiduría consiste en no exceder este límite”.

En el libro bíblico de Santiago leemos: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Santiago 1:5). Tal como los hombres que vivieron en tiempos de Jesús, quienes tienen sabiduría buscan la verdad y buscan a Dios.

Los sabios de Oriente y Jesús

Para empezar, demos inicio a la historia recordando a los sabios que buscaban a Jesús cuando nació. A continuación veremos una breve sinopsis del relato, según se registra en el libro de Mateo:

“Cuando Jesús nació en Belén de Judea . . . vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle . . .

“Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: Y tú, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; porque de ti saldrá un guiador, que apacentará a mi pueblo Israel.

“Entonces Herodes . . . enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.

“Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra” (Mateo 2:1-11).

En la antigua Babilonia el rey se valía de hombres conocedores de la ciencia, o magos, para que lo aconsejaran. Por lo general, éstos eran expertos en asuntos de astronomía, calendarios y medicina. Es probable que estos hombres sabios vinieran de Partia (un gran imperio al este del río Éufrates), al oriente de Jerusalén. Babilonia había pasado a ser parte de este imperio.

El territorio de Partia también incluía las tierras a las cuales siglos antes habían sido llevadas cautivas las diez tribus de Israel por los asirios. Por lo tanto, en el Imperio parto y en las regiones circundantes vivían muchos descendientes de las tribus exiliadas.

Es muy posible que estos sabios de Oriente en la historia de Jesús hayan sido descendientes del antiguo patriarca Abraham. De haber sido así, deben haber tenido un interés muy especial en el Rey de los judíos que había sido profetizado. Y como el profeta Daniel había estado a cargo de los sabios en la antigua Babilonia, sus profecías (y otras más) relativas al Mesías de Israel pueden haber sido transmitidas entre ellos. Quizá estuviesen familiarizados con una antigua profecía que hablaba de un tiempo en el cual “Saldrá estrella de Jacob, y se levantará cetro de Israel” (Números 24:17).

Cuando los sabios de Oriente vieron la estrella, se regocijaron, y ella los guió hasta el lugar preciso donde Jesús vivía.

Note que los sabios viajaron desde muy lejos para ver a Cristo. Buscaron al futuro gobernador del mundo, lo adoraron y se postraron de rodillas para venerarlo.

¿Apreciamos verdaderamente el hecho de que gracias a Jesucristo y su sacrificio tenemos la libertad para acercarnos al trono de Dios en cualquier momento? ¿Lo buscamos con ese mismo ahínco? Hágase el diario propósito de buscar a Dios y su misericordia, porque tanto las mujeres como los hombres sabios lo buscarán.

Ciencia y sabiduría

En nuestro mundo cada vez más irreligioso, la sociedad busca menos y menos al Dios de la Biblia y presiona a la gente para que se aleje de él. Ya es muy frecuente escuchar que la Biblia es nada más que un mito.

Pero la verdadera ciencia es compatible con la evidencia de la existencia de Dios. Los descubrimientos muestran consistentemente que un diseñador inteligente, un Creador divino, es la única explicación posible para que estemos en esta Tierra. Tome en cuenta este interesante análisis del autor Eric Metaxas en un reciente artículo publicado por el periódico estadounidense The Wall Street Journal, titulado “Science Increasingly Makes the Case for God” (La ciencia le da cada vez más la razón a Dios):

“En 1966, la revista Time publicó una historia cuyo título preguntaba: ¿Está muerto Dios? . . . El astrónomo Carl Sagan declaró que había dos requisitos indispensables para que un planeta pudiera sostener la vida: un astro adecuado, y un planeta ubicado a perfecta distancia de ese astro . . .

“Pero, ¿qué sucedió? A medida que aumentó nuestro conocimiento del universo, se hizo evidente que se requerían muchos más factores para permitir la vida que los que había supuesto Sagan. Sus dos parámetros aumentaron a 10, luego a 20 y después a 50.

“Conforme se siguieron descubriendo factores, la cifra de posibles planetas [que pudieran sostener vida en el universo] se redujo a cero, y siguió bajando.En otras palabras, la evidencia negó toda posibilidad de vida en cualquier planeta en el universo, incluyendo el nuestro. Hasta la ley de las probabilidades dejó en claro que ni siquiera nosotros deberíamos existir en la Tierra.

“Hoy en día se conocen más de 200 parámetros necesarios para que un planeta pueda sostener la vida, y cada uno de ellos debe ser perfecto, o todo el conjunto fracasa . . . Las probabilidades en contra de la vida en el universo son simplemente asombrosas.

“Sin embargo, aquí estamos, y no solo existimos, sino que además hablamos sobre la existencia. ¿En qué momento se admitirá que la ciencia misma sugiere la imposibilidad de que seamos el resultado de fuerzas fortuitas?” (Dic. 25, 2014, énfasis nuestro en todo este artículo).

El libro de Romanos afirma que toda la creación que nos rodea testifica a favor del Creador. Al examinar concienzudamente la evidencia, tanto la ciencia como los seres humanos llegan a la conclusión de que los atributos invisibles de Dios son manifiestamente visibles: “Porque lo que de Dios es invisible, o sea su poder eterno y todo aquello que lo hace ser Dios, se ha hecho claramente visible desde la creación del mundo. El ser humano ha podido entender todo eso con facilidad al observar la creación de Dios” (Romanos 1:20, Palabra de Dios para Todos).

La ciencia tiene el deber de admitir la evidencia, o al menos eso es lo que dicta la verdadera sabiduría. Pero veamos el ejemplo de un hombre que se rehusó a reconocer al Creador, el Dios Altísimo y Omnipotente.

El hombre sabio y Belzasar

A continuación veremos un relato de sabiduría y necedad al mismo tiempo, cuyo protagonista fue un hombre que no buscó la sabiduría de Dios sino que creyó en su propio poder y fuerza y mostró su desprecio por el pueblo de Dios profanando los vasos sagrados sacados del templo en Jerusalén. Esta es la historia de un rey necio y de un hombre sabio. Se encuentra en el libro de Daniel, capítulo 5:

“El rey Belsasar hizo un gran banquete a mil de sus príncipes, y en presencia de los mil bebía vino. Belsasar, con el gusto del vino, mandó que trajesen los vasos de oro y de plata que Nabucodonosor su padre [o ancestro, en este caso, su abuelo] había traído del templo de Jerusalén, para que bebiesen en ellos el rey y sus grandes, sus mujeres y sus concubinas. Entonces fueron traídos los vasos de oro que habían traído del templo de la casa de Dios que estaba en Jerusalén, y bebieron en ellos el rey y sus príncipes, sus mujeres y sus concubinas. Bebieron vino, y alabaron a los dioses de oro y de plata, de bronce, de hierro, de madera y de piedra.

“En aquella misma hora aparecieron los dedos de una mano de hombre, que escribía delante del candelero sobre lo encalado de la pared del palacio real, y el rey veía la mano que escribía. Entonces el rey palideció, y sus pensamientos lo turbaron, y se debilitaron sus lomos, y sus rodillas daban la una contra la otra.

“El rey gritó en alta voz que hiciesen venir magos, caldeos y adivinos; y dijo el rey a los sabios de Babilonia: Cualquiera que lea esta escritura y me muestre su interpretación, será vestido de púrpura, y un collar de oro llevará en su cuello, y será el tercer señor en el reino [Belsasar era el segundo en el reino, después de su padre Nabónido] . . .

“Entonces Daniel fue traído delante del rey. Y dijo el rey a Daniel: ¿Eres tú aquel Daniel de los hijos de la cautividad de Judá, que mi padre [nuevamente se refiere a su abuelo] trajo de Judea? . . . Yo, pues, he oído de ti que puedes dar interpretaciones y resolver dificultades. Si ahora puedes leer esta escritura y darme su interpretación, serás vestido de púrpura, y un collar de oro llevarás en tu cuello, y serás el tercer señor en el reino.

“Entonces Daniel respondió y dijo delante del rey: Tus dones sean para ti, y da tus recompensas a otros. Leeré la escritura al rey, y le daré la interpretación”.

Aunque los eruditos no se ponen de acuerdo respecto a la edad de Daniel en el año 539 a. C., él debe haber tenido al menos 80 años. Es posible que para entonces estuviera semijubilado, ya que no se encontraba con los otros así llamados sabios. El rey no se acordaba de su nombre ni de sus previos logros bajo el reinado de su abuelo. Y ahora, Daniel le da a Belsasar la interpretación de la escritura en la pared:

“El Altísimo Dios, oh rey, dio a Nabucodonosor tu padre el reino y la grandeza, la gloria y la majestad . . . Mas cuando su corazón se ensoberbeció, y su espíritu se endureció en su orgullo, fue depuesto del trono de su reino, y despojado de su gloria . . . Y tú, su hijo [o descendiente, en este caso, nieto] Belsasar, no has humillado tu corazón, sabiendo todo esto; sino que contra el Señor del cielo te has ensoberbecido, e hiciste traer delante de ti los vasos de su casa, y tú y tus grandes, tus mujeres y tus concubinas, bebisteis vino en ellos; además de esto, diste alabanza a dioses de plata y oro, de bronce, de hierro, de madera y de piedra, que ni ven, ni oyen, ni saben; y al Dios en cuya mano está tu vida,y cuyos son todos tus caminos, nunca honraste.

“Entonces de su presencia fue enviada la mano que trazó esta escritura . . . Esta es la interpretación del asunto: Mene: Contó Dios tu reino, y le ha puesto fin. Tekel: Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto. Peres: Tu reino ha sido roto, y dado a los medos y a los persas . . .

“La misma noche fue muerto Belsasar rey de los caldeos”.

¿Qué lección debemos rescatar de esta historia, y cómo se aplica a nosotros? Respuesta: debemos analizar cada “escritura en la pared” en nuestra propia vida,es decir, las señales que nos advierten sobre lo que está pasando y cuáles podrían ser sus consecuencias.

No ignore “la sabiduría que es de lo alto” (Santiago 3:17), y recuerde que Dios tiene nuestra vida en sus manos (Daniel 5:23). Manténgase alerta ante cualquier advertencia o admonición de Dios.

En esta historia registrada por Daniel, muchos años de hostilidad hacia el Dios de Israel culminaron con la muerte de Belsasar. Ese es el fin que les espera a todos los que rechacen al Creador del universo y actúen neciamente. En algún momento en el futuro, toda la humanidad adorará al Padre y al Hijo, tal como adoraron a Jesús los sabios de Oriente. ¡La sabiduría prevalecerá!

Alguien que rechazó la fe — pero volvió a ella

Deseo compartir con ustedes la historia de un hombre de esta era contemporánea que rechazó a Dios y la fe de sus padres, despreciando todo lo bueno. Tal vez usted haya oído hablar de él, tal vez no. Cito a continuación algunos párrafos de una historia publicada por CNS News (Noticiero CNS) en diciembre de 2014:

“Alice Cooper, la megaestrella del rock, puso fin a su estilo de vida de fiestas desenfrenadas y retomó sus raíces bíblico--cristianas a fines de la década de 1980 . . . [Él] ascendió al estrellato en los años setenta y a comienzos de los ochenta . . . y fue famoso por su maquillaje y atuendos demoniacos y sus macabras actuaciones en el escenario . . .

“Cooper explicó que a pesar de toda la riqueza y fama que adquirió en sus inicios, había un profundo vacío en su vida. ‘Crecí en un hogar cristiano’, dijo Cooper. ‘Mi papá fue un pastor religioso, un evangelista, durante 25 años, y yo solía acompañarlo en su labor misionera entre los indios apaches de Arizona. Mi abuelo fue pastor por 75 años, crecí en un hogar religioso, y el padre de mi esposa es un pastor bautista . . . Ella y yo éramos hijos de predicadores, así que nos casamos.

“Salí al mundo y el Señor me dejó hacer todo lo que quisiera . . . O quizá no me dejó hacerlo, pero me lo permitió, y luego comenzó a jalarme lentamente hacia él . . . Cuando uno alcanza la cima y se da cuenta de que posee todos los automóviles, todas las casas y todo lo demás que desea, se da cuenta de que esa no es la respuesta . . . Al final de todo aquello solo hay un gran vacío; el materialismo no significa nada.

“Mucha gente dice que en nuestro corazón hay un gran agujero del tamaño de Dios, y que cuando ese agujero es llenado, uno se siente verdaderamente satisfecho, y así es como yo me siento ahora . . . Dejé de beber y comencé a asistir de nuevo a la iglesia . . . y había un pastor en Phoenix . . . [que] me daba duro.

“Cada fin de semana volvía de la iglesia exhausto. Salía de allí y decía: ‘No quiero volver’. Era una verdadera tortura, pero siempre regresaba. Finalmente me di cuenta . . . de que tenía que decidirme por una cosa o la otra . . .” (Michael Chapman, “Alice Cooper, Christian: ‘The World Belongs to Satan’” [Alice Cooper, el cristiano: “El mundo pertenece a Satanás”], dic, 31, 2014).

Es alentador ver cómo alguien rechaza un estilo de vida tan corrupto y regresa, tal como el hijo pródigo, a un sistema de vida cristiano. Todos debemos tomar en cuenta lo que Salomón concluyó al final de su vida: “Aquí culmina el relato. Mi conclusión final es la siguiente: teme a Dios y obedece sus mandatos, porque ese es el deber que tenemos todos. Dios nos juzgará por cada cosa que hagamos, incluso lo que hayamos hecho en secreto, sea bueno o sea malo” (Eclesiastés 12:13-14, Nueva Traducción Viviente).

¡Al fin y al cabo, no podemos negar que Dios existe!

Los sabios de los últimos tiempos

¿Cuán sabio será usted? Los sabios de tiempos antiguos nos dejaron un ejemplo que debemos imitar. Leamos la siguiente historia de sabiduría, o de falta de ella,en este ejemplo de un grupo de mujeres en el tiempo del fin. Este relato se encuentra en Mateo 25: 

“Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.

“Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir” (vv. 1-13).

¿Está usted usando sabiduría a diario, el tipo de sabiduría que se deriva del Espíritu de Dios que mora en nosotros? ¿Tiene su lámpara llena de aceite? Como muestra la parábola, ¡uno no puede llegar y llenarla a último minuto, solo porque piensa que Cristo ya está a las puertas! Esta es la lección de sabiduría para quienes vivan en el tiempo del fin.

Belsasar, Babilonia y el tiempo del fin

Hemos estudiado la historia de Daniel y Belsasar. Esta historia tiene un significado dual para el tiempo del fin, y su cumplimiento profético se describe en el libro de Apocalipsis. El gobernador mundial del tiempo del fin, llamado la bestia,actuará con la misma arrogancia y necio orgullo de Belsazar, y su acto final será desafiar a Jesucristo a su regreso:

“Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre” (Apocalipsis 19:19-20).

Belsasar no pasó la prueba, y lo mismo sucederá al bestial gobernante mundial del tiempo del fin.

¿Cómo nos irá a usted y a mí en la prueba? ¿Usaremos la sabiduría de este mundo, o la sabiduría de lo alto? ¿Quiénes  serán los hombres sabios del tiempo del fin? ¡Tenemos que ser nosotros, usted y yo! ¿Por qué? Porque tenemos los medios para comprender la escritura en la pared. Daniel mostró cómo hacerlo, declarando: “Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios” (Daniel 2:28).

Debemos permitirle al gran Dios de las alturas que nos enseñe su grandioso plan, y debemos obedecerle.Los seres humanos pueden aprender si se humillan bajo su mano todopoderosa. ¿Recuerda Daniel 5:22?: “Y tú, su hijo Belsasar, no has humillado tu corazón, sabiendo todo esto”.

Nos estamos acercando a un momento en la historia en el cual los gobiernos y las religiones se unirán y harán declaraciones de paz y seguridad en todo el mundo. Pero esa paz desaparecerá en un instante, cuando la bestia y el falso profeta comiencen a ejercer su poder. Muchos perecerán, como Cristo mismo advirtió en Mateo 24.

Pero la persona que verdaderamente conoce a Dios tiene su lámpara llena del Espíritu Santo, procura la sabiduría de lo alto,y como cristiano sabio que busca al Eterno, será capaz de entender la escritura en la pared profética. Los hombres y
mujeres sabios del tiempo del fin lo buscarán a él.

La copa de su ira

¿Cuántos admitirán que Dios realmente existe? Eric Metaxas entrega más detalles increíbles en su artículo publicado en TheWall Street Journal que citáramos al comienzo:

“El preciso afinamiento que se requiere para que la vida exista en un planeta no es nada comparado con el preciso afinamiento que se requiere para que el universo exista . . . Por ejemplo, si la proporción entre la fuerza nuclear fuerte y la fuerza electromagnética hubiese sido incompatible por una minúscula fracción de la más pequeña fracción –por tan solo una parte en 100.000.000.000.000.000–, ninguna estrella podría haberse formado . . .

“Multiplique ese simple parámetro por todas las otras condiciones necesarias, y las probabilidades en contra del universo existente son tan increíblemente astronómicas, que la noción de que todo ‘simplemente ocurrió’ desafía al sentido común.

“El milagro más grande de todos los tiempos, sin la más mínima sombra de duda, es el universo. Este milagro entre milagros, con el resplandor combinado de todas las estrellas, apunta inequívocamente hacia algo –o Alguien– extraordinario”.

Quienes viven en este planeta y son verdaderamente sabios, seguirán buscando a Dios. Tal como los sabios de Oriente cuando nació Jesús, los hombres y mujeres sabios de hoy reconocen la existencia de Dios y lo siguen.

Dios no olvida, y lo que prometió, sucederá. Al momento de la venida de Cristo, la poderosa Babilonia y el poder de la bestia llegarán a su fin:

“Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira” (Apocalipsis 16:19).

Este es un paralelo fascinante,ya que Dios utiliza un lenguaje que caracterizó la caída de la antigua Babilonia. Belsasar bebió vino en vasos sagrados que estaban dedicados al uso exclusivo de Dios, y esa fue su ruina. En los días finales del gobierno humano, la bestia, el falso profeta y la moderna Babilonia beberán el vino de la ira de Dios. La humanidad nunca aprende del pasado.

Un espíritu superior

Dios da a todos los hombres y mujeres una opción, pero los hombres y mujeres sabios lo buscarán a él.La humanidad puede seguir el arrogante camino del rey Belzasar, desafiando a Dios Todopoderoso y cegándose ante la escritura en la pared, o seguir el ejemplo de Daniel, quién poseía “un espíritu superior” (Daniel 5:12; 6:3).

Dios ha prometido y ha dado ese mismo “espíritu superior” a los discípulos de Jesucristo que lo obedecen. Esa es la promesa que encontramos en Hechos 5:32. El Espíritu Santo es ese Espíritu de excelencia, que no solo nos revela el honor y la gloria que debemos darle a Jesucristo sino que también nos guía para comprender toda la verdad de Dios.

Cualquiera sea el camino que usted o yo elijamos, una cosa es absolutamente cierta: la escritura todavía está en la pared. Mantenga su lámpara llena, tal como todos los hombres y mujeres sabios que aún buscan a Dios.

J.E.B. Spredemann, una escritora cristiana de novelas de ficción, escribió en su obra A Secret of the Heart (Un secreto del corazón):

“Negar la existencia de Dios es lo mismo que cerrar los ojos ante la belleza que nos rodea, taparse los oídos para no escuchar la sinfonía de la naturaleza, cubrirse la nariz ante los aromas de la brisa, cerrar la boca para no experimentar el placer del alimento, cruzar las manos para no sentir la delicadeza de las texturas, bloquear nuestra mente para que no goce la habilidad de pensar, y cerrar nuestro corazón al único amor capaz de penetrar las profundidades del alma. Porque por él [Dios] todas las cosas existen, por él vivimos, nos movemos y existimos,y sin él no somos más que necios”.

Me gusta la manera y el lenguaje tan poético que Spredemann utiliza para expresar esta verdad. ¿Cómo podemos evitar ser necios? Siguiendo el ejemplo de los sabios. Buscamos a Dios porque los sabios lo seguirán a él; evite ser contado entre los necios; busque la sabiduría; ¡busque a Dios!