Los hallazgos de Tel Gezer apoyan el relato bíblico del reinado de Salomón
La Biblia describe varios proyectos de construcción de gran envergadura pertenecientes al rey Salomón: “En cuanto al trabajo forzado, el rey Salomón reunió trabajadores para construir el templo del Señor, su propio palacio, los terraplenes, el muro de Jerusalén, y Jazor, Meguido y Guézer [Gezer]” (1 Reyes 9:15, Nueva Versión Internacional).
La importancia de estos proyectos es más que evidente: Salomón edificó un magnífico templo a Dios en Jerusalén, construyó su propio palacio, reforzó lo que según se cree eran los muros y terrazas de apoyo en la parte más inclinada de la ciudad, frente al monte de los Olivos, y fortaleció las murallas defensivas de la ciudad. Todas estas mejorías fueron dignas de la capital del creciente imperio israelita.
Pero, ¿qué pasó con las otras tres ciudades mencionadas: Hazor, Meguido y Gezer? Aunque el valor de estas ciudades no sea aparente para la mayoría de la gente en la actualidad, cualquier persona en tiempos de Salomón –casi 3000 años atrás– hubiera reconocido su importancia.
Desde tiempos muy antiguos, la Tierra Santa estaba dividida en dos por una importante ruta comercial que se extendía entre Egipto y Mesopotamia, conocida como “Vía Maris” (la ruta del mar). Esta ruta partía en Egipto, bordeaba el mar Mediterráneo, y luego se internaba en el territorio del antiguo Israel. También era la ruta más utilizada por las superpotencias de ese entonces, Egipto y Mesopotamia, para sus invasiones. Por esta razón es que en la Biblia se registran tantas guerras que involucraron a los reinos de Israel y Judá.
Las ciudades de Hazor, Mequido y Gezer se hallaban en puntos estratégicos a lo largo de la ruta, por lo cual Salomón las convirtió en poderosas fortalezas. Al hacerlo, pudo proteger los accesos a su reino tanto por el norte como por el sur, y controlar y cobrar impuestos a las caravanas que usaban esta antigua supercarretera. Mediante esta estrategia, el sabio rey Salomón logró proveer seguridad militar a su reino y mejorar su crecimiento económico.
En el siglo xx se llevaron a cabo excavaciones arqueológicas en estos tres sitios, y los arqueólogos observaron un extraordinario paralelo: las puertas de la ciudad –el punto más vulnerable frente a un ataque enemigo–, construidas en el siglo x a. C. (en tiempos de Salomón), eran idénticas. Todas compartían el mismo diseño, y obviamente habían sido hechas según el mismo plano del diseñador de las fortalezas.
Esto fue un sólido apoyo a la afirmación bíblica de que Salomón fortificó las tres ciudades al mismo tiempo durante su reinado. Y aunque algunos críticos han cuestionado la fecha de construcción de las puertas, los hechos concretos son evidencia de cuán exacto es el relato bíblico.
Después de un paréntesis que duró décadas, en 2006 se reanudaron las excavaciones en Tel Gezer. En la temporada más reciente de excavaciones, el verano de 2016, se ha encontrado aún más evidencia que confirma el relato bíblico.
A pesar de que no se menciona en el registro bíblico, los excavadores descubrieron un enorme edificio palaciego del tiempo de Salomón adyacente a la puerta de la ciudad. La estructura contaba con un gran patio central, tal como otros edificios similares encontrados en Hazor y Meguido que datan del mismo periodo. Y aunque no hay evidencia de que allí hayan vivido reyes israelitas (ellos vivían en Jerusalén), estas estructuras demuestran la importancia de estas ciudades para el reino israelita de aquel entonces.
Otro hecho que respalda el registro bíblico es una capa de artefactos de arcilla filisteos que preceden al edificio palaciego. La Biblia muestra que los filisteos ocupaban Gezer (2 Samuel 5:25; 1 Crónicas 14:16) hasta que fue capturada por el faraón egipcio y entregada a Salomón como dote cuando este se casó con su hija (1 Reyes 9:16-17). Las excavaciones han mostrado que la ciudad efectivamente fue destruida y que una nueva ciudad, nuevas fortalezas, una nueva puerta y el recién descubierto edificio palaciego fueron construidos sobre las ruinas anteriores.