Los beneficios del sábado

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Los beneficios del sábado

A todos nos gusta recibir beneficios — ese poquito extra. Queremos empleos que ofrezcan buenas condiciones laborales y que vengan acompañados de buenas prestaciones y beneficios. Para muchos, estos últimos son incluso más importantes que el sueldo.

Sin embargo, algunas personas no siempre aprovechan tales beneficios. Tengo un amigo que se niega a ser parte del programa de ahorros para el fondo de salud de su empresa. Otra amiga decidió no contribuir a su fondo de jubilación, y como resultado no recibe la parte que aporta su compañía en estos casos. A estas personas no les interesan mucho los beneficios adicionales que ofrece su compañía.

Pero existe un programa de beneficios diferente, del cual toda persona debería participar ¡y que es muy superior a cualquier privilegio que ofrecen las empresas! ¿Cuál? Digamos que es el programa de beneficios del sábado.

No obstante, el problema es que tal como mis amigos  que rechazaron sus beneficios empresariales, la mayoría de gente no participa de este programa de beneficio espiritual y opta por ignorarlo.

Como sus trabajadores, Dios nos ha dado su sábado, de viernes por la tarde a sábado por la tarde, como el día para descansar, meditar y adorar en comunidad. ¡Ese es un gran plan de beneficios!

Guardar el sábado sin duda nos ofrece beneficios tangibles. Personalmente, he sido muy bendecido por guardarlo.

Cuando Jesús declaró: “El sábado se hizo para el hombre” (Marcos 2:27, Dios Habla Hoy), quiso decir que este fue hecho con el fin de ayudarnos y de que fuera unabendición para todos los seres humanos como parte del plan de beneficios de Dios para todo el mundo. ¡Él quiere que “escojamos” su día especial, y que disfrutemos plenamente de todas sus ventajas!

Un día apartado por nuestro Creador para estar en contacto con él
 

Quizá usted esté de acuerdo con que nuestro mundo moderno es muy ajetreado. El trajín y bullicio de la vida diaria pueden impedir que apreciemos las bendiciones que tenemos.

Pero Dios quiere que durante el sábado dejemos a un lado el trabajo y otras actividadespara pasar tiempo con él, con la familia; que disfrutemos de buena comida, música y otras cosas sencillas pero estimulantes.

El sábado es un respiro del frenético ritmo semanal. Los seres humanos no están diseñados para trabajar sin descanso, y por ello nuestro Creador quiso que reposáramos y dedicáramos tiempo a aprender de él. Con esta intención, apartó un tiempo para que nos alejáramos de nuestras preocupaciones, el trabajo, las compras, las diligencias y las tareas domésticas.

Piense en esto: ¿cuándo fue la última vez que se detuvo a mirar el cielo para disfrutar realmente de la belleza de una noche estrellada? Ese tiempo extra que Dios nos da para meditar durante el día de reposo nos ayuda a apreciar lo que de otro modo pasaríamos por alto. Es una maravillosa oportunidad de acercarnos más a nuestro Creador, que hizo todas estas cosas bellas.

El día de reposo es un tiempo que Dios ha destinado para que podamos llegar a conocerlo mejor y que él pueda conocernos mejor.

Una vez que usted entiende que el sábado es la increíble bendición que Dios diseñó para nuestro provecho, ¿por qué no habría de guardarlo cada semana? ¡No hay mejor oportunidad para dedicarse a estar cerca de él!

Tiempo de descanso

Imagine no tener que trabajar un día a la semana, un día en el cual pueda descansar de las tareas domésticas y sin una  lista de cosas por hacer, ¡pero sin tener que sentirse culpable por ello! Imagine un día para estar con su familia y amigos, en contacto con la naturaleza, para ayudar a alguien. No es un sueño, es una realidad, porque eso fue lo que Dios tuvo en mente al crear el día sábado.

Dios nos dio su ejemplo cuando descansó en el séptimo día de la creación. Con esto nos demostró que quiso hacer de este un día santo en el cual reposáramos cada minuto. El sábado es un tiempo para suspender la actividad normal a partir del atardecer del viernes para disfrutar de 24 horas de rejuvenecimiento físico, emocional y, sobre todo, espiritual.

Para la mayoría, lo más seguro es que su semana laboral es agotadora. La actividad y los retos del trabajo pueden ser algo bueno, pero después de trabajar toda la semana, uno quiere algo diferente. Así fue como Dios nos diseñó. En la Biblia nos dice: “Porque en seis días hizo el Eterno los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, el Eterno bendijo el día de reposo y lo santificó” (Éxodo 20:11).

La palabra sábado literalmente significa “cesar” o “parar”. Así como Dios descansó de su trabajo de creación, debemos descansar de nuestras ocupaciones y actividades diarias para centrarnos en lo más importante. En el último día de cada semana hay que dejar de hacer lo que estamos haciendo para pensar y estudiar más acerca de Dios, ir a los servicios de adoración del sábado, y aprender cómo vivir mejor su camino de vida.

Cada sábado que Dios nos concede es como un nuevo comienzo. Quizá le suceda como a mí, que fácilmente me olvido de las personas y cosas más importantes. ¡El sábado de Dios me ayuda a retomar el rumbo y restablecer las prioridades! ¡Cada semana se nos ofrece la misma posibilidad de recomenzar y decir “sí” a su propósito para nuestras vidas!

Tiempo para desarrollar fe

El sábado nos reorienta para que podamos concentrarnos en Dios y su guía para nuestras vidas. Significa confiarle a él su tiempo, sus sentimientos, su carácter, sus finanzas, sus opiniones, sus actitudes, sus relaciones, toda su existencia.

En esencia, Dios le está diciendo: “Este es el día que yo quiero que guardes. Te he escogido porque quiero que seas diferente, y quiero que entiendas que esta es la manera en que debes vivir”. Obedecer, haciendo lo que Dios quiere, aun cuando sea algo diferente y tal vez extraño, fundamenta la fe en él.

De hecho, se podría decir que guardar el sábado es un acto de fe. Es además un recordatorio de que sin importar lo que hagamos, Dios está en control. Él dice: “Además, les di mis días de descanso como una señal entre ellos y yo. El propósito era recordarles que soy el Señor, quien los apartó para que fueran santos” (Ezequiel 20:12, Nueva Traducción Viviente).

Cuando nos alejamos de nuestras metas materiales y nuestro trabajo habitual durante un día a la semana, en realidad estamos diciendo: “Dios, tú estás a cargo, quiero honrarte. Quiero dedicarme a ti, a tu reposo. A pesar de que trabajo solo seis días, confío en que me darás provisión para siete. No importa cuánto dinero pudiera ganar hoy, o cuantas cosas pudiera hacer. Es tu día de reposo y quiero participar de él. Quiero disfrutar de este tiempo para descansar, renovar mi pensamiento, mi cuerpo, y rendirte culto y adoración”.

Obedecer el cuarto mandamiento ayuda a desarrollar y fortalecer nuestra fe, pues observar el día de reposo desde la puesta del sol del viernes hasta la puesta del sol del sábado parece contraponerse a las expectativas del mundo que nos rodea. Cimentar una fe viva en Dios significa preocuparse más porla opinión del Eterno que por la de los hombres.

Dios no quiere que guardemos un período de 24 horas de descanso del viernes al sábado solo porque le parece una buena idea para usted o para mí; por el contrario, quiere que lo hagamos motivados por un deseo sincero de obedecer su mandamiento. “Acuérdate del día de reposo para santificarlo” es el cuarto de los Diez Mandamientos (Éxodo 20:8).

El sábado es un día de libertad y adoración

Dios le dio el mandamiento del sábado a un pueblo que acababa de sacar del yugo de la esclavitud y que en raras ocasiones, quizá nunca, descansaba. Ni siquiera un solo día. El hecho de que el sábado fue un regalo queda claro en esta frase: “Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que el Eterno tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual el Eterno tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo” (Deuteronomio 5:15).

A veces tal vez seamos esclavos del trabajo, las preocupaciones o la vorágine de la vida. Dios quiere que por un día dejemos de trabajar, y que sea una ocasión para restaurarnos y concentrarnos en los asuntos espirituales. El sábado no fue creado solamente como día de descanso físico, sino también como un día de renovación espiritual, de liberación. Dios quiere liberarnos de nuestra acostumbrada, pero vana, rutina semanal.

El sábado es una brújula espiritual que al final de cada semana nos guía hacia Dios y nos recuerda nuestro destino eterno.

Este propósito espiritual es la razón por la cual Dios santificó el sábado y como día de reunión para adorar en comunidad.

Durante el sábado se nos ordena congregarnos en santa convocación (Levítico 23:2-3). Veámoslo de esta manera: ¡cada día de reposo tenemos una cita con el Dios celestial! ¡Es un beneficio demasiado bueno como para rechazarlo!

El sábado bíblico va desde el ocaso del viernes hasta el ocaso del sábado, lapso en el cual los cristianos se congregan para adorar a Dios como su pueblo. Todos podemos seguir el ejemplo de Jesús y elegir estar en contacto con nuestro gran Dios de manera especial en su día.

Su Palabra nos dice: “Alaben a Dios en su templo . . . Alaben a Dios por sus grandes obras; alábenlo por su tremenda grandeza . . .Que todo lo que respira alabe al Señor. ¡Aleluya!” (Salmos 150:1-2, 6, Palabra de Dios para Todos).

Si en verdad desea seguir a Dios, no olvide que tiene una cita muy especial con él: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo” (Éxodo 20:8).

¿Está listo para seguir a Dios y disfrutar de los beneficios de su día de reposo?

¡Optar por el plan de beneficios del sábado de Dios es algo de lo que querrá participar plenamente! Esto nos recuerda que él ha allanado el camino para que lleguemos a ser miembros plenamente desarrollados de su familia divina y eterna. Cada semana es un recordatorio de su plan y propósito a través de la observancia del séptimo día, el sábado, un día muy especial para conocer y acercarse a Dios. Es un día de alegría, de libertad y de comunión con otras personas que quieren adorar a Dios como él ordena.

Dios quiere que ustedtome la mejor decisión, y que haga su voluntad. Al principio puede parecer un poco difícil hacer algo diferente, pero él quiere darle la mejor de las bendiciones: ¡quiere que elija su plan de beneficios espirituales!

¿Va a responder al llamado de Dios? ¿Va a dar ese primer paso esta semana para participar plenamente de su día especial de beneficios? ¡Este es el momento de comprometerse con Dios en cada aspecto de su vida, y de empezar a adorarlo en su día sábado!

A la Iglesia del Nuevo Testamento se le encomendó guardar el cuarto mandamiento, el día hecho para la humanidad: “Por consiguiente, queda todavía un reposo especial para el pueblo de Dios” (Hebreos 4:9, Nueva Versión Internacional).

Usted también puede formar parte de ello. Haga del sábado de Dios susábado, desde el viernes por la tarde hasta el sábado por la tarde. ¡Honre a Dios en el día que él apartó para nosotros, y reciba beneficios espirituales!  BN

 

Para una lista de congregaciones cercanas a usted, visite iduai.org/contacto. Los miembros de la Iglesia de Dios Unida se reúnen cada semana para guardar el sábado. Lo invitamos a contactar a uno de nuestros ministros para más información.