Lo que le falta a la ciencia
El elemento espiritual en el hombre
La mente del hombre es algo asombroso, fascinante y a la vez desconcertante. ¿Por qué sus capacidades son tan superiores a las de otras criaturas que habitan la Tierra?
Nos maravillamos ante los logros humanos, que superan cualquier cosa que los animales son capaces de lograr. Hace más de 50 años, los seres humanos pisaron la Luna. El hombre ha estudiado desde tiempos inmemoriales el movimiento de los cuerpos celestes, para calcular con antelación sus posiciones. Los altos rascacielos de las ciudades de todo el mundo, maravillas de la ingeniería, hoy en día se dan por sentados. El hombre ha desarrollado la tecnología informática para ayudar en esta tarea, pero las grandes construcciones se remontan incluso a los inicios de la civilización.
La antigua torre de Babel en Génesis 11:1 fue un proyecto basado en una motivación errónea, que Dios detuvo para frenar la aceleración del desarrollo tecnológico. “Y dijo el Eterno: He aquí el pueblo es uno, y todos estos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer”.
Ahora, miles de años después, vivimos en un mundo de automóviles, aviones, electricidad, televisión, viajes espaciales, Internet, todo tipo de redes sociales que permiten la comunicación global instantánea, avances médicos, etc., pero en gran parte del mundo todo esto se da por sentado y se considera parte normal de la vida.
Estamos en pleno apogeo de los avances en inteligencia artificial, y los ingenieros procuran crear máquinas con mentes auténticas. Otros quisieran implantar en nuestros cerebros enlaces con el mundo de Internet y convertir a los seres humanos en entes cibernéticos que abandonen paulatinamente la biología para vivir en la inmortalidad electrónica.
Pero esto no sucederá, porque a la ciencia le falta un componente fundamental de la mente humana que los científicos no pueden reproducir. Y es precisamente ese elemento lo que hace posible los avances científicos.
En este número de Las Buenas Noticias analizamos lo que la Biblia explica sobre el “espíritu” del hombre, que es dado por el Dios Creador. En 1 Corintios 2:11, el apóstol Pablo escribe: “Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él?” Este componente espiritual es lo que da a las personas el entendimiento humano. En el plano físico, el hombre tiene el mismo tipo de existencia que los animales; lo que marca la diferencia entre ambos es el espíritu humano.
¿Cuál es la naturaleza de este espíritu? En su búsqueda de la vida inmortal, las diferentes culturas han ideado todo tipo de conceptos y creencias, pero ¿proceden estos realmente de Dios? En este número arrojamos luz sobre una de esas creencias comunes y populares que sencillamente no está en la Biblia.
Pero las Escrituras también nos dicen que necesitamos algo más que el espíritu humano. Dejé inconcluso el versículo anterior de Pablo para ilustrar cómo el hombre, a pesar de contar con ese espíritu para comprender el universo y tomar decisiones morales, sigue estando incompleto. Para que llegue a ser completo, Dios debe suministrarle algo más, algo que el ser humano debe elegir adecuadamente para poder recibir.
Y si bien el hombre ha logrado magníficos avances gracias a las capacidades que Dios le ha dado, también ha tomado muchas decisiones equivocadas en relación con el bien y el mal, apartándose de Dios y de sus caminos justos.
Los seres humanos se han infligido horribles sufrimientos y aflicciones unos a otros. La familia de Adán y Eva fue la primera que comprendió el dolor del asesinato cuando Caín mató a su hermano Abel, y el tormento continúa. Arrecian las guerras, la violencia está fuera de control, la gente roba a los demás y por todas partes abundan el odio y la mentira. Pero incluso en tiempos de relativa paz, muchos se ven acosados por pensamientos negativos y destructivos.
Hoy en día, muchos malgastan sus energías mentales en el uso interminable de las redes sociales o en el entretenimiento desmedido y no permiten que sus mentes piensen, creen, ideen y comprendan. La falta de propósito y satisfacción en la vida lleva a algunos a la desesperanza y el desánimo, lo que a veces conduce a resultados catastróficos. En uno de los artículos de este número destacamos el gran aumento de este problema entre los adolescentes y también indicamos cómo obtener ayuda constructiva, especialmente de parte
de Dios.
El espíritu de la mente humana es algo maravilloso. Nos da entendimiento, propósito y una manera de conectarnos con Dios. Gracias a él por semejante don y también por esta época de la Pascua, en la que nuestro Salvador Jesucristo fue sacrificado para que nuestros pecados y los de toda la humanidad a lo largo de la historia pudieran ser perdonados si nos arrepentimos verdaderamente. ¡Toda la gloria y la gratitud a Dios y a Jesucristo, nuestro Salvador!
Quienes trabajamos en Las Buenas Noticias esperamos que los artículos de esta edición le sean de beneficio y le brinden mayor comprensión y deseos de comprometerse para acercarse a Dios y, con su ayuda, llegar a ser como él.
Rick Shabi, presidente
Iglesia de Dios Unida