La Pascua Florida: ¿Por qué no debemos celebrar la resurrección de Jesús?
La Pascua Florida es una de las festividades religiosas más populares y cientos de millones de personas la celebran cada año. Para la mayoría, esta celebración supuestamente conmemora la resurrección de Cristo. Sin embargo, hay cristianos que no están de acuerdo con ello y se rehúsan a participar en esta tradición.
¿Pero qué hay de malo con la Pascua Florida? ¿Cómo puede ser que los cristianos no celebren la resurrección de Cristo? Analicemos algunos de los problemas relacionados con la tradición de la Pascua Florida.
Los orígenes de la Pascua Florida preceden al cristianismo
Para comenzar, las raíces de la Pascua Florida no se originan en el cristianismo bíblico sino en prácticas religiosas paganas que existían mucho antes. Costumbres tales como conejos, huevos de colores, panes calientes decorados con cruces y servicios religiosos al amanecer, provienen de antiguos ritos de fertilidad que se llevaban a cabo en la primavera para honrar a dioses y diosas de la antigüedad.
El nombre en inglés de esta festividad, Easter, asociado con la aurora en el este, se refiere a la diosa antigua del amanecer, Eostre en inglés antiguo, u Ostara en alemán. Y esto aparentemente se deriva de la diosa babilonia Ishtar, que en otras partes se conoce como Astarté y Astarot, la reina del cielo, cuya adoración es específicamente condenada en la Biblia.
Lo cierto es que la Biblia condena la adoración de todo dios falso y también la utilización de prácticas derivadas de religiones paganas para adorar al Dios verdadero. Dios no acepta tal adoración, aunque sea para honrarlo.
Fíjese en su clara instrucción en Deuteronomio 12:29-32: “Cuando el Eterno tu Dios haya destruido delante de ti las naciones adonde tú vas para poseerlas, y las heredes, y habites en su tierra, guárdate que no tropieces yendo en pos de ellas, después que sean destruidas delante de ti; no preguntes acerca de sus dioses, diciendo: De la manera que servían aquellas naciones a sus dioses, yo también les serviré. No harás así al Eterno tu Dios; porque toda cosa abominable que el Eterno aborrece, hicieron ellos a sus dioses . . . Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás” (énfasis nuestro en todo este artículo).
La cronología es absolutamente incorrecta
Algunos dirán, “Bueno, pero se pueden eliminar los símbolos paganos de esta celebración y hacer que se enfoque únicamente en honrar la resurrección de Cristo”. Pero debemos entender que la cronología misma de esta observancia proviene de la religión falsa. No es bíblica.
En las lenguas romances (aquellas que se derivan del latín, como el italiano y el español) la festividad no se conoce con el nombre pagano de Easter sino con el nombre de un festival bíblico, Pascua. No obstante, esta no es la Pascua bíblica auténtica. En este día, a partir del Éxodo en Egipto, los israelitas ofrecían corderos representando la ofrenda de Jesucristo, “el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). Y fue durante el verdadero día de la Pascua que Cristo fue crucificado.
Una mirada más acuciosa a los relatos de los evangelios muestra que en aquel tiempo el pueblo judío había llegado a llamar “Pascua” tanto al día de la Pascua como a la fiesta completa de siete días de los Panes sin Levadura que le sigue inmediatamente después (Levítico 23:4-8). Por tanto, “Pascua” se refería a todo el período de fiestas a principios de la primavera (en el hemisferio norte).
Y como Jesús estuvo en la tumba tres días y tres noches (Mateo 12:40), fue resucitado durante la Fiesta de los Panes sin Levadura o “semana de la Pascua”. Esto permitió que una fiesta de resurrección inventada posteriormente durante esa semana se llamara “Pascua”, pero realmente no era la Pascua de la Biblia. De hecho, a la Pascua Florida en las lenguas latinas a veces se le llama “Pascua de Resurrección” para distinguirla de la verdadera Pascua en la que murió Cristo.
Sin embargo, reiteramos, este alcance de nombre es un absoluto error, especialmente porque la fecha de la fiesta de Pascua Florida no depende de las fechas bíblicas de la Pascua y la Fiesta de los Panes sin Levadura en el calendario hebreo. La verdad es que la Pascua Florida se fijó para que cayera en el primer domingo después de la primera luna llena que ocurriera en el equinoccio de primavera, o con posterioridad (tema acerca de cuya interpretación existen algunas divergencias entre la cristiandad oriental y occidental). Esto coincide solo esporádicamente con las fechas bíblicas de la Pascua y los Días de los Panes sin Levadura. No se trata de la misma observancia, ni en el tema ni en el día en que se celebra.
Otro problema con la cronología aquí es que Jesús no resucitó el día domingo — la supuesta razón para la adoración semanal en este día y la observancia anual del Domingo de Pascua. El período del Viernes Santo al Domingo de Pascua es erróneo. Al examinar la Biblia se puede demostrar de manera concluyente que Jesús murió y fue enterrado el miércoles y salió de su tumba tres días y tres noches después (vea Mateo 12:40 y lea nuestro artículo “Del Viernes Santo al Domingo de Resurrección” en la página 8).
Su resurrección en realidad ocurrió el día sábado, durante el sábado semanal. Por lo tanto, si quisiésemos celebrar el día en que Jesús resucitó, debiera ser el séptimo día de la semana, que es el sábado (observado desde la puesta de sol del viernes a la puesta de sol del sábado cada semana). Desde luego esto es algo que debemos hacer de todas maneras, ya que observar el sábado es uno de los Diez Mandamientos, sin importar el día en que Jesús resucitó. (La adoración semanal en el día domingo también tiene orígenes en la religión pagana, ya que este era el día en que se honraba al dios sol en la antigüedad).
¿Resucitado en la Fiesta de las Primicias?
Algunos creen que el domingo que cae durante la Fiesta de los Panes sin Levadura es el día correcto para celebrar la resurrección de Jesús y lo llaman Fiesta de las Primicias. ¿Tiene esto validez?
Es verdad que el domingo que caía durante los Días de los Panes sin Levadura marcaba una ocasión especial. Dios les había ordenado a los israelitas que en este día trajeran la ofrenda de las primicias y ofrecieran una gavilla de cebada que se mecía ante él para ser aceptada (vea Levítico 23:4-14).
Jesús mismo es la primicia (o primeros frutos) de la cosecha espiritual de Dios entre los seres humanos (vea 1 Corintios 15:20-23). Y evidentemente él ascendió brevemente al cielo el día después de su resurrección, ya que primero le dijo a María Magdalena que no lo tocara porque aún no había ascendido al Padre, pero más adelante sí permitió que la gente lo tocase y adorase (compare Juan 20:16-17; Mateo 28:9-10; Lucas 24:39). Por tanto, Jesús debió haber ascendido en algún momento en el día de la ofrenda de la gavilla mecida, cumpliendo así lo que esta ofrenda representaba.
Debe aclararse que esta ocasión, la Fiesta de las Primicias, no era una fiesta distinta. Más bien era una ofrenda de las primicias de la cosecha de cebada durante la Fiesta de los Panes sin Levadura. El nombre “Fiesta de las Primicias” se aplica más exactamente a Pentecostés o Fiesta de las Semanas, cincuenta días después, con sus panes de trigo leudados que representan al pueblo de Dios de esta era como primicias espirituales, siendo Jesús mismo la primera de las primicias (véase Éxodo 23:16; 34:22; Números 28:26; Santiago 1:18).
En cuanto a la ofrenda de la gavilla, debemos entender que no conmemoraba específicamente la resurrección de Jesús. Nótese que la gavilla no se mecía ante Dios al final del sábado, cuando Jesús resucitó, sino a la mañana siguiente, cuando ya había resucitado. Como dijimos, la gavilla mecida mostraba la aceptación de Jesús por parte de su Padre Celestial como la primera de las primicias, representando a todos aquellos cristianos que más tarde encontrarían la aceptación de Dios por medio de Jesús. También debemos tomar en cuenta que aunque la ofrenda de la gavilla figura como uno de los tiempos señalados por el Eterno en Levítico 23, no hay ningún mandato para una asamblea de adoración en esta ocasión como en los otros días santos nombrados aquí.
El hecho es que la Biblia no da ninguna instrucción en cuanto a celebrar la resurrección de Jesús. No vemos una conmemoración del tiempo o fecha de la resurrección (a pesar de que, como se hizo notar anteriormente, de todas maneras debemos observar el séptimo día de la semana como sábado semanal).
Puede que algunos digan, ¿pero qué hay de malo en observar el día de resurrección, aunque Dios no lo haya instruido? Pero una pregunta mucho mejor sería, ¿por qué hacer esto y no observar las ocasiones que Dios sí ha ordenado específicamente?
El simbolismo en las fiestas de primavera ordenadas por Dios
Dios sí ha ordenado dos festivales anuales vinculados entre sí a principios de la primavera (en el hemisferio norte) que definitivamente debemos observar como cristianos, tal como hicieron Jesús y los apóstoles. Estos son la Pascua y los Días de Panes sin Levadura.
Jesús murió en el día de la Pascua. Por siglos este día ha simbolizado su muerte por nuestros pecados como el Cordero de Dios sacrificado, y él les ordena a sus seguidores guardar la Pascua como conmemoración o recordatorio de su sacrificio por nosotros (Mateo 26:26-28; Lucas 22:19-20; 1 Corintios 11:23-26).
Tres días después, durante la Fiesta de los Panes sin Levadura, Jesús fue resucitado. ¿Significa esto que la fiesta de siete días debe ser una celebración de la resurrección que dure toda la semana, como un tipo de Pascua Florida prolongada a la que se le ha extraído el paganismo? No, porque la Fiesta de los Panes sin Levadura es mucho más que eso. La resurrección de Jesús es un tema vital en el significado de esta fiesta, pero como parte de un panorama más amplio.
Considere lo que en realidad ocurrió: Jesús murió y fue sepultado durante los primeros tres días de esta fiesta, resucitó a la vida en medio de ella, luego fue aceptado como la primicia de la cosecha espiritual de Dios, y continuó viviendo entre sus discípulos e impartiendo sus enseñanzas. Todo esto es parte del significado de la Fiesta de los Panes sin Levadura.
La Fiesta de los Panes sin Levadura, como la Pascua, fue revelada a los israelitas durante el tiempo del éxodo (Éxodo 12-13). En el curso de estos días los israelitas dejaron la esclavitud de Egipto. Eliminar y evitar la levadura (un agente que causa que la masa se expanda al hornearla) simboliza nuestra salida del pecado.
Igualmente, comer pan sin levadura, como se ordena hacer durante este mismo tiempo, simbolizaba el verdadero “pan de vida”, Jesucristo (Juan 6:32-35, 48-51, 53-58). Solo por medio de Jesucristo viviendo en nosotros es que podemos desarrollar un carácter piadoso y llevar una vida justa.
Debemos ser crucificados y morir con Cristo de manera figurativa: al bautizarnos, nuestro ser antiguo y pecador muere y es enterrado con él para que podamos ser resucitados simbólicamente y caminemos en una nueva vida, que es lo que representa el bautismo (Gálatas 2:20, Romanos 6, Colosenses 3:1-10 y Filipenses 3:10-11).
La Fiesta de los Panes sin Levadura representa nuestra salida del pecado, pero debemos darnos cuenta de que esta salida del pecado refleja a la persona que anteriormente murió y fue enterrada simbólicamente con Cristo y luego resucitó con él a una nueva forma de vivir – a su forma.
Como el verdadero “pan de vida” representado por el pan sin leudar que los cristianos ingieren durante la Fiesta de los Panes sin Levadura, Jesucristo vive su vida resucitada en nosotros por medio del Espíritu Santo. Esto nos permite llevar una vida de santificación y transformación hasta la culminación, es decir, nuestra resurrección literal al regreso de Cristo. Así, lo que estos días simbolizan, nuestra salida del pecado para encontrar finalmente una nueva vida y ser aceptados por Dios, fue posible gracias a que Jesús fue literalmente resucitado y aceptado por Dios durante estos mismos días. ¡Esto claramente no fue una coincidencia!
Tenemos que comprender que la resurrección de Jesús es vital para el proceso de salir del pecado. Como Pablo escribió: “Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados” (1 Corintios 15:17). Y es aquí donde fracasa la idea de una resurrección en la Pascua Florida, porque simplemente se enfoca en un héroe que conquistó la muerte. En el caso de Jesucristo, esto es sin duda impresionante y maravilloso, pero en sí mismo carece del contexto de su muerte y resurrección como la base de nuestro propio perdón por una vida de pecado, y de cómo nuestras vidas se renuevan con Jesucristo viviendo nuevamente en nosotros, lo que en última instancia nos lleva a nuestra propia resurrección futura.
Al guardar los Días de los Panes sin Levadura conmemoramos el hecho de que Jesús fue resucitado para vivir en nosotros y ayudarnos a superar el pecado, pero no como una celebración específica de la resurrección según es para muchos la Pascua Florida. Esta no abarca el panorama general del gran plan de salvación de Dios y carece de un enfoque equilibrado y apropiado en cuanto a la necesidad de mantener nuestro antiguo ser sepultado y vivir una nueva vida a través de Cristo, ansiando la transformación final en el futuro, cuando él regrese (1 Corintios 15:50-54).
Quienes reconocen los problemas que presenta la Pascua Florida no deben permitir que la corrupción pagana les impida tener una perspectiva correcta respecto a la resurrección de Jesús y el reconocimiento de su rol como “pan de vida” en el significado de la fiesta bíblica de los Panes sin Levadura, por medio del cual también podremos recibir la vida eterna cuando resucitemos nosotros mismos de entre los muertos (Juan 6:50-58).
Finalmente, en respuesta a la pregunta inicial, podríamos a la vez preguntar: ¿Cómo puede alguien ser cristiano y no observar los días que Dios ordenó — los días que representan su gran plan para salvar a la humanidad por medio de Jesucristo? Antes de saber de estos, uno podría decir que era por ignorancia. Pero después de enterarse de su existencia, ahora usted sabe. ¡Lo animamos a aprender más y a honrar a Dios el Padre y a Jesucristo como ellos nos han instruido! BN