¡La maravillosa noticia anticipada que trajo Jesucristo!

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¡La maravillosa noticia anticipada que trajo Jesucristo!

Millones de personas se ven gravemente afectadas actualmente por la guerra, la anarquía, la delincuencia, las angustias financieras, las enfermedades, el deterioro de la salud y muchos otros problemas. ¿Qué tiene que ocurrir para que todos los seres humanos de todas las naciones puedan experimentar alegría duradera, verdadera satisfacción y una paz auténtica?

Algunos creen que todo esto podría ser producido por un nuevo sistema de gobierno propuesto por organizaciones mundiales como el Foro Económico Mundial o la Cumbre Mundial de Gobiernos. Sin embargo, cuando se toma en cuenta la reiterada incapacidad de la humanidad para gobernarse a sí misma de manera competente, ¿debería la gente creer realmente que otra metodología ideada por los seres humanos traerá  paz, prosperidad y seguridad reales?

¿Será acaso que el mundo está destinado a seguir encadenado a sistemas de gobierno que conducen a la frustración, la contienda y el fracaso? ¿Debe la gente seguir depositando sus esperanzas y sueños en líderes políticos falibles y a menudo corruptos que hacen promesas y luego no las cumplen? ¿O hay algo mucho mejor en el horizonte?

La respuesta a esta última pregunta es: ¡por supuesto que sí! Y aunque a la mayoría de la gente pueda parecerle asombroso, esta opción infinitamente mejor es revelada proféticamente en las páginas de la Santa Biblia.

De hecho, Jesucristo dio la maravillosa noticia anticipada de una era de mil años de tranquilidad, prosperidad y felicidad universales que llegará a todo el planeta (Mateo 4:23; 24:14; Apocalipsis 20:6). Este fue su evangelio, o mensaje de buenas nuevas, del Reino de Dios (Marcos 1:14).

Se avecina una extraordinaria transformación

Una de las cosas destacables de esta magnífica era profetizada es que no dependerá de las ideas, planes o esfuerzos de los seres humanos. En realidad, quien llevará a buen término este hecho trascendental en la existencia humana será el Dios Creador. Lo pondrá en marcha Jesucristo en su gloriosa segunda venida, cuando instaure en la Tierra el impecable gobierno mundial de su Padre: el Reino de Dios (Apocalipsis 11:15; Daniel 2:44).

En ese momento crucial, Cristo rescatará primero a la humanidad de una horrible guerra global y la salvará de la autoaniquilación total (Mateo 24:22). Y entonces dará a conocer a todos los seres humanos el camino de Dios que conduce a la verdad y la justicia genuinas, y que fue diseñado para el beneficio de todos (Juan 14:6; Salmos 119:30; Proverbios 12:28).

Luego se pondrá en acción una asombrosa transformación en todo el mundo cuando Jesús y sus santos (sus fieles seguidores de esta era que luego resucitarán) comiencen a instruir a la gente en el camino de vida de Dios (Daniel 12:3; 1 Tesalonicenses 3:13). Y como la sociedad será guiada y gobernada directamente por Jesucristo, se producirán  una paz y una prosperidad impresionantes, hasta entonces desconocidas para la humanidad (Salmos 119:165). Todo ello traerá abundante  bondad, alegría, paz y bienestar a cada individuo, familia, raza y nación (Isaías 54:13).

A esta maravillosa condición contribuirá el hecho de que la guerra, azote de la humanidad, será completamente abolida (Salmo 46:9-10; Miqueas 4:3). “La violencia desaparecerá de tu tierra; se terminarán la desolación y la destrucción de la guerra” (Isaías 60:18, Nueva Traducción Viviente). El entrenamiento para la guerra y la producción de armas militares cesarán totalmente, ya que la energía de la gente será encauzada exclusivamente hacia fines pacíficos.

Se eliminarán los conflictos entre las naciones a medida que los enemigos de siempre aprendan a trabajar en armonía unos con otros (Isaías 19:24-25). “No harán mal ni dañarán en todo mi monte santo [se refiere al Reino de Dios], porque la tierra será llena del conocimiento del Eterno, como las aguas cubren el mar” (Isaías 11:9). La gente nunca más vivirá con miedo ni experimentará ansiedad (Isaías 54:14).

Se avecinan una paz y una prosperidad asombrosas

A lo largo del Milenio, el periodo de mil años, la gente vivirá segura y criará a sus hijos en buenas casas en tierras hermosas, bien cuidadas y altamente productivas. La comida será abundante, reinará la paz y todos serán prósperos. “Mi pueblo habitará en un lugar de paz, en moradas seguras, en serenos lugares de reposo” (Isaías 32:18, Nueva Versión Internacional).

¿Qué tan asombrosa será la vida durante aquel maravilloso tiempo futuro? “Todos vivirán en paz y prosperidad, disfrutarán de sus propias vides e higueras, porque no habrá nada que temer” (Miqueas 4:4, NTV). “En esos días, la gente vivirá en las casas que construya y comerá del fruto de sus propios viñedos” (Isaías 65:21, NTV). “Ya está cerca el día en que tendrán abundantes cosechas. No habrán terminado de cosechar el trigo cuando tendrán que volver a sembrar; no habrán acabado de preparar el vino cuando tendrán que plantar más viñas” (Amós 9:13, Traducción en Lenguaje Actual).

Piense en lo que todo esto significa para las personas que vivan durante ese magnífico periodo milenario. No habrá gastos gubernamentales en programas frívolos y despilfarradores. En su lugar, Jesucristo dirigirá todos sus esfuerzos y los de sus santos inmortales, nacidos del espíritu, a satisfacer las necesidades físicas y espirituales de la gente.

Como resultado, cada persona estará sumamente alegre, optimista y confiada. “Yo los guiaré constantemente, les daré agua en el calor del desierto, daré fuerzas a su cuerpo, y serán como un jardín bien regado, como una corriente de agua” (Isaías 58:11, TLA). La gente tendrá todo lo que necesita y se regocijará en Dios Todopoderoso y en lo que él ha hecho por ella. Todos estarán felices, contentos, serán productivos y tendrán toda la energía necesaria para construir, aprender y crecer.

Aunque los aspectos físicos del plan de Dios son verdaderamente asombrosos, hay algo aún más magnífico que tendrá lugar y que implica la transformación espiritual de la humanidad. Jesucristo y sus santos resucitados enseñarán a toda la gente el modo de vida perfecto de Dios. “Y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos” (Hebreos 8:11). “. . . tus maestros nunca más te serán quitados, sino que tus ojos verán a tus maestros. Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda” (Isaías 30:20-21).

A todos se les dará un maravilloso don espiritual

Para que todos comprendan la profundidad de las enseñanzas de Dios y vivan de acuerdo con ellas, él les proporcionará un maravilloso don espiritual: “Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes. Les quitaré ese terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo. Pondré mi Espíritu en ustedes para que sigan mis decretos y se aseguren de obedecer mis ordenanzas” (Ezequiel 36:26-27, NTV).

A fin de que las personas logren esto, Dios les concederá el arrepentimiento y el perdón de los pecados, allanando así el camino para que reciban la salvación divina y la vida eterna en su familia (2 Timoteo 2:25; Hechos 11:18; Efesios 2:19).

A lo largo de esta era venidera de mil años, la gente aprenderá que el conocimiento y la aplicación de los mandamientos de Dios dan como resultado maravillosas bendiciones y una gran paz mental. Al poner en práctica el amor y poder del Espíritu Santo en sus vidas, todos se sentirán motivados por un sincero deseo de honrar, respetar y obedecer profundamente a Dios, al tiempo que se preocuparán genuinamente por las necesidades de los demás (Marcos 12:30-31; Gálatas 5:22-23).

¡Todo el mundo necesita oír esta maravillosa noticia anticipada!

Como resultado de la intervención de Dios que se avecina, la rectitud, la paz y la cooperación serán la forma de vida de todas las personas en todas las naciones. Además, se producirán cambios extraordinarios en los animales ya que Dios alterará su naturaleza para que se vuelvan mansos y amistosos. Como revela Isaías 11:6: “Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará”. Los padres se sentirán plenamente confiados y tranquilos al saber que sus hijos estarán a salvo sin importar dónde se encuentren.

Todo esto y mucho más describe el asombroso futuro que aguarda a la humanidad. El gobierno mundial perfecto, el Reino de Dios, ¡está a las puertas! ¡Se hace evidente en la maravillosa noticia anticipada de Jesucristo que todas las personas en todas partes necesitan escuchar! Y, lo que es más importante, usted puede participar en la difusión de este maravilloso anuncio volviéndose humildemente a Dios y apoyando hoy su gran obra en la Tierra. ¡Esperamos que se una a nosotros en esta gran causa!  BN