La creación de acuerdo a un plan

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La creación de acuerdo a un plan

Muchos de nosotros enfrentamos serias dificultades. Buscamos soluciones, sanidad, ayuda. Tratamos de encontrarle sentido a nuestro mundo y queremos creer en un Creador de todo lo que existe: un gran Dios que se preocupa por nosotros. Pero en medio de este mundo turbulento es muy fácil desorientarse, especialmente cuando hay tantos eruditos de renombre que nos instan a rechazar esta opinión que consideran una superstición primitiva y una esperanza falsa.

Quienes creen en Dios a veces necesitan escudriñar con mayor profundidad para reafirmar su fe. Y los que han sido convencidos por fe necesitan razones válidas para creer, no a ciegas, sino con base en la evidencia y en un razonamiento sólido.

Y la evidencia es abundante. Como nos dice la Biblia: “Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa” (Romanos 1:20, Nueva Versión Internacional).

¿Cuánta mayor validez tiene esto ahora? Cada día surge algo nuevo para demostrar que nuestro universo no es producto del azar, sino que fue diseñado con un propósito y es la obra de un Creador que planificó todo con anticipación antes de poner en marcha su plan. Y usted es parte de ese plan.

El darwinismo colapsa a medida que aumenta la evidencia de la creación

Probablemente el engaño más nocivo de los tiempos modernos, con el cual se les ha lavado el cerebro a nuestros jóvenes en las escuelas primarias y en las universidades prestigiosas para que lo acepten, es el de la evolución darwiniana, una teoría que ha sido una maldición para nuestros sistemas educativos y para nuestra sociedad. Pero su popularidad se está debilitando a medida que se hacen manifiestos sus errores.

Una de las imágenes emblemáticas del cambio que está ocurriendo es una noticia reciente sobre una conocida formación rocosa en las islas Galápagos, en donde Charles Darwin estuvo estudiando la naturaleza antes de desarrollar su teoría evolutiva. El Instituto Discovery informó:

“Durante generaciones, el ‘Arco de Darwin’ en las islas Galápagos se mantuvo como símbolo inamovible de la vida y obra de Charles Darwin. Hace unos meses, el 17 de mayo, el arco se derrumbó. Y si bien la pérdida de esta formación emblemática es lamentable, también es oportuna, ya que el darwinismo como teoría científica y social se está derrumbando de igual manera. Veamos:

“En marzo, el físico y ganador del Premio Nobel de física Brian Josephson declaró que ‘el diseño inteligente es ciencia válida’. En abril, investigadores que escribieron en la revista Current Biology preguntaron si ‘el árbol de la vida’ de Darwin [que muestra supuestos eslabones evolutivos] debiera ‘abandonarse’.

“En mayo, se informó que la Universidad de Sheffield [Inglaterra] dejó de ocultar a los estudiantes las fatalistas opiniones de Darwin acera de la sociedad. Un manual de la universidad ahora informa claramente que Darwin ‘creía . . .
que su teoría de la selección natural justificaba la opinión de que la raza blanca era superior a otras, y usó su teoría de la selección sexual para justificar por qué las mujeres eran claramente inferiores a los hombres’” (15 de junio de 2021).

A medida que la teoría darwiniana se debilita, el título de un nuevo e importante libro anuncia: El regreso de la hipótesis de Dios: Tres descubrimientos científicos que revelan la mente detrás del universo (Return of the God Hypothesis: Three Scientific Discoveries That Reveal the Mind Behind the Universe). En él, el autor de éxitos de venta Stephen C. Meyer, quien tiene un doctorado de la Universidad de Cambridge en historia y filosofía de la ciencia, presenta poderosa evidencia científica de un Creador del universo y de la vida. Ninguna otra teoría o hipótesis, incluso la creencia en otros dioses o en religiones distintas de las que encontramos en las Escrituras, ofrece una mejor explicación de por qué estamos aquí.

El Dios personal de las Escrituras declara haber hecho el universo que habitamos (Génesis 1:1). El cosmos revela su gloria y obra de sus manos (Salmos 19:1). Y al contemplar las profundidades y las interrelaciones de todo esto, encontramos un requisito claro para la existencia de un Dios omnisciente y todopoderoso en el diseño, la fina calibración y la sostenibilidad del universo. Esto no podría ser el producto de procesos aleatorios sin control, y la vida tampoco hubiera podido progresar por medio de la evolución darwiniana, ni siquiera los microbios más diminutos, que son inmensamente complejos.

Por el contrario, tuvo que haber existido una extraordinaria planificación.

El universo y la vida requerían de planificación

Gran parte del mundo que nos rodea muestra no solo un ingenio asombroso, sino también una planificación detallada de las interrelaciones entre varios sistemas y la necesidad de resolver los problemas que podrían surgir. La planificación en este contexto es la capacidad de ver o programar lo que sucederá en el futuro.

Vemos que hay planificación en la vida humana diaria actual. Por ejemplo, cuando en la construcción de una casa nueva se instala una cocina de gas, o una persona ahorra dinero en un fondo de emergencia en caso de que pierda su trabajo, o no salir de casa sin tener a mano un grueso abrigo de invierno cuando pasa un frente frío invernal. En la interacción humana, la planificación y la previsión pueden evitar las crisis de último momento que suelen culminar con un proyecto inconcluso o un cliente insatisfecho.

Dios claramente hizo su creación con gran planificación. Cuando un constructor hace una casa, piensa de antemano en todo lo que se necesitará para que sea funcional y se mantenga así.

Marcos Eberlin, miembro de la Academia Brasileña de Ciencias, es químico y exprofesor del Instituto de Química de la Universidad de Campinas [Brasil]. Uno de sus libros más recientes se titula Foresight: How the Chemistry of Life Reveals Planning and Purpose (Previsión: Cómo la química de la vida revela planificación y propósito), 2019. Ya hemos citado algunos de sus ejemplos en el pasado (consulte “¿Previsión o evolución ciega?” En nuestra edición de enero-febrero de 2020).

En una entrevista en video del Instituto Discovery sobre su libro, disponible en YouTube [solo en inglés], el Dr. Eberlin explica por qué la idea de la previsión es tan importante en la investigación de los orígenes de la vida. Citamos del video:

“Al estudiar la vida en el universo, vemos que hay soluciones para problemas realmente complejos. Cuando vemos esas soluciones, nos preguntamos: ¿Podría la evolución haber previsto tales soluciones?”

“Al observar dichas soluciones y buscar mecanismos que puedan proporcionarlas, vemos que la previsión es muy importante. Cuando estudiamos esas soluciones a nivel molecular, vemos que ellas tienen que estar ahí desde el principio” (21 de octubre de 2019, énfasis nuestro en todo este artículo).

En efecto, es imposible que nuestro universo haya esperado millones o miles de millones de años para que aparecieran esas soluciones. Los problemas exigen que las soluciones estén ahí listas. La supervivencia de la vida no puede esperar a que esas soluciones evolucionen gradualmente para que los problemas se vayan resolviendo paulatinamente.

Por ejemplo, cada célula animal puede considerarse como una gran industria con muchos departamentos, como fabricación, embalaje, envío y contabilidad, cada uno de los cuales debe estar presente desde el principio y apoyarse mutuamente para que la célula sobreviva.

Antes de que existiera la primera célula, alguien tenía que considerar las circunstancias futuras de esa célula y prever que enfrentaría grandes problemas que exigirían soluciones inmediatas. La previsión del diseño es fundamental. ¡Solo una mente con inteligencia racional es capaz de predecir los diversos problemas y proporcionar los medios para resolverlos desde el propio inicio de la vida!

Los problemas de la membrana celular se resolvieron con anticipación

Piense en lo que hacen hoy los diseñadores e ingenieros humanos. Instalan frenos en los autos, porque saben que en algún momento tendremos que detenernos. Eso es previsión. También instalan cinturones de seguridad, para que en caso de que tengamos un accidente no salgamos disparados por el parabrisas. Eso es previsión. Nos anticipamos a los meses de invierno, sabiendo que debemos tener calefacción en nuestros hogares y hacer lo necesario para garantizarla. El azar (la evolución) no podría haber previsto el primer invierno frío, y por tanto las primeras formas de vida habrían muerto con la primera helada por falta de piel o de una capa de grasa.

Una vez que aparecen los problemas, no hay forma de que una evolución gradual de soluciones los resuelva, y no se puede revertir el proceso evolutivo para comenzar de nuevo. En cambio, es esencial una mente creadora para que la vida y el universo en su conjunto funcionen. Para citar nuevamente al Dr. Eberlin durante la entrevista mencionada más arriba:

“Por ejemplo, en el nivel más simple de la biología, tenemos la membrana que encierra la célula. Obviamente, las células no pueden existir sin membranas que las encapsulen. Cuando miramos las membranas, cuando comenzamos a estudiar la forma en que funcionan, descubrimos que esas membranas simples no son tan simples después de todo . . . Las moléculas que forman esas membranas constituyen una barrera para el mundo exterior. Esa barrera tiene que evitar que entren algunos tipos de moléculas, pero además . . . tiene que dejar que otras salgan . . .

“Entonces, para dejar entrar y salir algunas moléculas, se necesitan puertas desde el comienzo de la formación de la membrana celular. La celda necesita portones, puertas que abran y cierren. Este es el problema más crucial para las membranas celulares (lo que se denomina el problema de la permeabilidad), ¡que debió resolverse antes de que se formara la primera célula!

“Las membranas que han propuesto los evolucionistas no son capaces de proporcionar esas puertas instantáneamente . . . No, sino que un ser inteligente debió diseñar esas membranas y ver la necesidad explícita de permeabilidad –la necesidad de puertas– e igualmente la necesidad de resistencia mecánica para la apertura y cierre de esas puertas. Y todo al mismo tiempo, ya que todo debe estar listo desde la primera vez que la membrana celular comienza a funcionar como tal”.

Luego, Eberlin continúa explicando por qué se requiere una mente para diseñar la célula y su membrana aislante. La previsión es necesaria desde el principio. La tarea de construir esas membranas es extraordinaria: se necesita mucha ingeniería mecánica y química compleja. Deben seleccionarse las moléculas adecuadas, lo cual no puede confiarse al azar.

Sistema de reparación operativo desde el principio

Y hay otra muestra de planificación en el diseño de las membranas celulares. Estas se rompen fácilmente, ¡y deben tener mecanismos de reparación incorporados anticipadamente en su diseño!

Un artículo en EvolutionNews.org, del Instituto Discovery, dice: “La reparación de la membrana habría sido necesaria con la primera célula. Aun en el escenario milagroso más fantástico (contra toda probabilidad), en el que una protocélula emergió de la sopa primitiva [en la que supuestamente se originó la vida], todo hubiera terminado rápidamente si la membrana hubiera tenido una fuga . . .

“Las membranas necesitan canales de transporte activo para controlar lo que entra y lo que sale. También necesitan mecanismos de reparación si se rompen . . . Junto con el código, la maquinaria debe estar presente para interpretar el código y pasarlo a otras máquinas de tal manera que sepan qué hacer cuando se rompe una membrana. Las membranas desatendidas son vulnerables a las fugas . . .

“Sin previsión y supervisión, las protocélulas serían como burbujas que estallan en algún momento. Esto es lamentable para los ingredientes vivos en el interior, a los que tanto les costó llegar a vivir . . . ” (“Zip It: How Cells Repair Leaking Membranes” [Cierre: Cómo las células reparan membranas que se filtran], 27 de mayo de 2021). Una vez más, si no hubiera habido previsión en la creación, ¡ninguna vida habría sobrevivido!

Ahora vemos la necesidad de previsión en el diseño y preservación de una membrana unicelular. ¡Pero nuestros cuerpos están compuestos por 30 billones de células! ¡Imagínese cómo tienen que trabajar todas unidas y cuánta planificación anticipada se necesita para que lleven a cabo todas sus diferentes funciones!

Como dijimos, solo una mente sumamente inteligente podría planificar todo de antemano y tener la previsión de considerar las necesidades futuras para facilitar la interacción y resolución de problemas.

El salmista escribió sabiamente acerca de nuestros asombrosos cuerpos humanos: “Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien” (Salmos 139:13-14). ¡Esto es algo que nosotros también debemos saber muy bien!

Como concluye Eberlin en su entrevista: “Cuando consideramos la previsión vemos que es, lejos, la mejor explicación en el universo para resolver muchas cosas en la vida. Los científicos deben seguir la evidencia dondequiera que los lleve, y cuando lo hacen, la previsión es clara y evidente. Nos vemos obligados a aceptarla como la mejor prueba de diseño en el universo”.

La evidencia de intencionalidad en el diseño derriba el concepto de materialismo

De la previsión y las operaciones complejas de los sistemas vivos podemos inferir otro aspecto claro de la mente: la intencionalidad.

La intencionalidad es un término filosófico que significa dirigir el pensamiento hacia un objetivo deseado, ya sean otras personas, cosas, lugares o circunstancias. Está basado en nuestra mente, en nuestra conciencia, y no en la materia física. La intencionalidad no puede existir en los objetos materiales.

Michael Egnor, neurocirujano pediátrico y profesor del Departamento de Cirugía Neurológica de la Universidad de Stony Brook [Nueva York, EE. UU.], tiene un blog y defiende el diseño inteligente en el Instituto Discovery. En otro video de Discovery disponible en YouTube, titulado “The Evidence Against Materialism” [La evidencia contra el materialismo, solo en inglés], el Dr. Egnor explica varias formas en las que el materialismo –la negación de cualquier existencia más allá de la realidad material– no es una teoría viable del origen de la vida. Su último punto se refiere a la intencionalidad.

Recuerde que para los materialistas solo existe el reino físico y que incluso consideran nuestros pensamientos como una mera confluencia de átomos. A continuación se citan algunos fragmentos del video del Dr. Egnor:

“Intencionalidad . . . es la capacidad de que algo tenga que ver con otra cosa. Por ejemplo, si ahora estoy pensando en Washington D. C., mi pensamiento es intencional en el sentido de que estoy pensando en algo que no soy yo. Estoy pensando en una ciudad, en una puerta, o en mi esposa. Por tanto, la capacidad de un pensamiento de tener que ver con algo es exclusiva de la mente, porque ningún objeto físico tiene que ver con otra cosa en ausencia de una mente. Una roca en una playa no tiene que ver con nada. Un árbol no tiene que ver con nada. Solo un pensamiento puede tener que ver con algo” (10 de junio de 2019).

Además, señala: “No se puede explicar la intencionalidad utilizando preceptos materialistas . . . No se puede explicar un ser vivo sin explicar cuál es el propósito de las partes de ese ser vivo. No se puede explicar el corazón a menos que se explique que su propósito es bombear sangre. No se puede explicar el ojo a menos que se comprenda que su propósito es ver. ¿De dónde provienen estos propósitos? Bueno, estos propósitos son como la intencionalidad, son como una mente. Y la implicancia es que detrás del universo hay una mente, una mente grandiosa, una mente que se refleja en la forma en que funciona el universo”.

Es como su taza de café o té. Su forma muestra intencionalidad: su propósito es contener una bebida caliente. Asimismo, vemos que toda la creación muestra un propósito, una meta, una intencionalidad. Lo que vemos a nuestro alrededor es un reflejo de una mente mucho más elevada. Es un reflejo de Dios.

Egnor continúa diciendo: “Desde mi punto de vista, el materialismo ni siquiera es realmente una perspectiva filosófica; es solo un error . . . Es como afirmar que 2 + 2 = 5 es matemáticas. Pero en realidad no es matemáticas, sino un simple error. Y en mi opinión el materialismo ni siquiera es lo suficientemente coherente para calificar como una perspectiva filosófica . . .

“En biología debemos centrarnos en los propósitos de las estructuras biológicas, no solo en los detalles de la estructura en sí. Necesitamos saber por qué están haciendo lo que están haciendo. Y una vez que uno comienza a buscar propósitos, comienza a mirar los aspectos inmateriales de la naturaleza, su forma. Y eso lo saca a uno del materialismo”.

Los planes de Dios para usted

No caiga más en las mentiras de la pseudociencia materialista. Acepte la evidencia de un Creador divino y su testimonio en las Escrituras. Deje atrás sus viejas costumbres y su confusión gracias a la misericordia y la ayuda de Dios el Padre y su Hijo Jesucristo. (Vea “La salvación se halla en Cristo, no en la ciencia”, en la página 12).

Sí, hay una mente infinita detrás de la creación del universo: un Diseñador maestro que exhibe su asombrosa intencionalidad, propósito y planificación. Usted es parte del increíble propósito de Dios. Él tiene un plan para su vida, y aún está planeando su futuro eterno con él, si lo acepta.

Como Dios le dijo a su pueblo hace mucho tiempo, así le declara hoy a usted: “Pues yo sé los planes que tengo para ustedes, dice el Señor. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11, Nueva Traducción Viviente).

Esa esperanza está en un futuro más allá de lo imaginable. El propósito final de Dios, como se explica en nuestra guía de estudio gratuita ¿Por qué existimos?, es que todos nos convirtamos en sus hijos divinos, ¡para elevarnos de esta existencia terrenal a su gloria eterna como su familia divina y compartir a su lado el dominio sobre toda la creación! BN.


La salvación se halla en Cristo, no en la ciencia

Junto a una autopista no muy lejos de la oficina central de la revista Las Buenas Noticias, un cartel publicitario dice en llamativas letras rojas: “La esperanza está en la ciencia”. El letrero pertenece a UC Health, el Centro Médico de la Universidad de Cincinnati.

Su sitio web dice, además: “Debido a que UC Health capacita a uno de cada tres médicos en la región, somos los maestros que los demás buscan. Somos los autores de los mayores avances del campo médico. Y siempre le mostramos al mundo cómo la ciencia puede ganar. UC Health, la esperanza está en la ciencia”.

La ciencia: buena y mala

Dado que nuestro mundo se halla en medio de una pandemia que según crecientes afirmaciones fue creada en un laboratorio científico, tales afirmaciones no necesariamente generan confianza en la ciencia. Sí, la ciencia ha creado cosas maravillosas como viajes en avión, automóviles, refrigeración y agua potable. Pero la ciencia también se ha convertido en un dios para muchas personas.

Piense en algo de lo que es responsable “la ciencia”: bombas nucleares que podrían exterminar toda la vida humana; científicos de la Segunda Guerra Mundial que condujeron experimentos horripilantes en niños para avanzar en la comprensión científica.

Luego están los científicos que quieren protegernos del calentamiento global. A más de uno de los llamados “expertos” le gustaría cambiar la órbita de la Tierra para alejarnos más del Sol. ¡Seguro, intentémoslo!

Palabras sin sabiduría

Cuando Job cuestionó la sabiduría de Dios, fue llamado a responder por su arrogancia. La misma respuesta que Dios le dio a Job podría darse a muchos evolucionistas y científicos de hoy.

“Entonces respondió el Eterno a Job desde un torbellino, y dijo: ¿Quién es ése que oscurece el consejo con palabras sin sabiduría? Ahora ciñe como varón tus lomos; yo te preguntaré, y tú me contestarás. ¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia. ¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel? ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular cuando alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios? ¿Quién encerró con puertas el mar, cuando se derramaba saliéndose de su seno, cuando puse yo nubes por vestidura suya, y por su faja oscuridad, y establecí sobre él mi decreto, le puse puertas y cerrojo, y dije: Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante, y ahí parará el orgullo de tus olas?” (Job 38:1-11).

Supongo que hoy podríamos agregar algunas reflexiones nuevas: “¿Dónde estabas cuando diseñé la membrana celular con la capacidad de permitir que entren los nutrientes y salgan los desechos, y de repararse cuando se rompa?” ¡Dios le está hablando a Job sobre cosas claramente intencionales!

¿Hay esperanza para nuestro futuro? Sí, pero no en la ciencia. Nuestra esperanza está en Dios a través de Jesucristo.

Un mejor cartel publicitario

La ciencia no puede cambiar el corazón de una persona. La ciencia nunca ha salvado un matrimonio. La ciencia nunca ha hecho que un criminal se arrepienta. Pero Dios ha hecho estas cosas muchas veces.

Y, lo más importante: la ciencia nunca ha perdonado a un hombre por su pecado. El cartel publicitario de la autopista, en cambio, tendría que expresar lo que debiera ser nuestro lema personal: “En Jesucristo vive la esperanza”.

Nunca debemos olvidar que Dios el Padre “amó tanto al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16), y que Jesús “llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero [en la crucifixión], para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia” (1 Pedro 2:24).

En Cristo está nuestra salvación

Isaías 40 dice: “¿No has sabido, no has oído que el Señor es el Dios Eterno, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio . . . los que esperan en el Eterno tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” (vv. 28, 31).

Quizá usted se sienta cansado y desanimado. A veces, todos necesitamos que nos levanten con alas como de águilas. Y, en última instancia, necesitamos una fe profunda y permanente en nuestro Creador que nos ayude a ponernos de pie nuevamente y seguir adelante.

Nunca debemos perder de vista nuestro destino como hijos en la familia de Dios. Debemos entender cuán maravilloso es nuestro Dios, creer en lo que nos ha prometido con previsión e intencionalidad para nuestro beneficio, y para que mantengamos siempre en perspectiva la meta más grande: nuestra vida eterna.

¡Gracias a nuestro Padre que está en los cielos y a Jesucristo es que realmente han sucedido todas las cosas, incluida nuestra vida y nuestra salvación!