¿Existe vida extraterrestre?

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¿Existe vida extraterrestre?

La ciencia de la astronomía se inició en el siglo 15 teniendo como punto de partida los descubrimientos de Galileo Galilei y Nicolás Copérnico, los cuales demostraron que la Tierra no era el centro del universo. Basándose en la información recopilada con sus primitivos telescopios, concluyeron que la Tierra gira alrededor del Sol y no al contrario, como se creyó por siglos. Los sofisticados telescopios del siglo 20 revelaron miles de millones de puntos luminosos, que resultaron ser galaxias distantes a millones de años luz de la Tierra.

A medida que ha aumentado el conocimiento acerca de nuestro sistema solar, los astrónomos han empezado a interesarse en el planeta Marte, uno de los dos más cercanos a la Tierra y en el que, según se cree, existe la mayor probabilidad de vida. Hace más de 40 años, en 1965, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de los Estados Unidos (NASA, por sus siglas en Inglés) envió una sonda a dicho planeta, el Mariner IV, el cual emitió débiles señales radiales que mostraron un planeta desolado y parajes escarpados, un mundo muerto sin ninguna posibilidad aparente de sostener vida.

Los científicos, siempre curiosos, querían saber más. En agosto de 2012, millones de personas centraron su atención en el aterrizaje de una nueva nave espacial en Marte. Entre su equipamiento se contaba el explorador robótico más avanzado jamás diseñado para explorar la superficie de otro planeta. Mediante maniobras increíblemente complejas, dicho vehículo, conocido como Curiosity (Curiosidad), aterrizó exitosamente en la superficie marciana el 5 de agosto.

Del tamaño de un automóvil compacto, el Curiosity fue diseñado con un propósito específico: buscar señales de vida en el planeta rojo. Todo un laboratorio ambulante, el Curiosity estará por lo menos dos años tratando de desentrañar la historia científica de Marte. Este vehículo, equipado con un aparejo de sensores y otros instrumentos muy avanzados, tomará muestras de suelo y rocas para analizar y determinar si existe, o alguna vez existió, vida en Marte. Por ejemplo, es capaz de analizar el suelo para establecer si en éste hubo alguna vez condiciones ambientales propicias para la vida microbiana.

Los científicos buscan los llamados “biomarcadores”, o evidencia, por pequeña que sea, de que alguna vez hubo vida en Marte. Uno de esos biomarcadores, quizá el más importante, es la presencia de agua, ingrediente clave y necesario incluso para la vida microbiana.

Aun antes de este proyecto, los astrónomos ya habían notado la similitud entre Marte y la Tierra. Ambos planetas cuentan con una atmósfera, aunque la de Marte es mucho menos densa que la terrestre y químicamente muy diferente. La superficie de ambos planetas está cubierta de tierra. El Curiosity ha analizado muestras que prueban la composición volcánica del suelo marciano, muy similar al suelo volcánico de la Tierra. Asimismo, la existencia de grandes casquetes polares en Marte, muy parecidos a los que hay en la Tierra, siempre ha intrigado a los científicos.

El Curiosity ha hecho honor a su nombre: en los tres meses posteriores a su descenso en Marte ha enviado a la Tierra miles de fotografías y comunicación equivalente a centenares de horas. En septiembre pasado, el mundo científico se emocionó con el descubrimiento de evidencias de que alguna vez hubo una corriente de agua en el sitio donde el vehículo se encontraba explorando. A principios de octubre, un dispositivo tipo martillo del Curiosity recogió muestras de polvo de una roca marciana, cuya composición mineral resultó ser similar a la de las rocas comunes aquí en la Tierra.

A finales de octubre y principios de noviembre, el Curiosity experimentó tormentas de arena como las que se producen en la Tierra. Tal como nuestra atmósfera terrestre, la atmósfera marciana provee cierta protección contra la radiación externa y también ayuda a controlar la temperatura. Sin embargo, debido a que es una atmósfera más delgada, el explorador detectó (como se esperaba) evidencias de grandes cantidades de radiación. Se encontró que la atmósfera marciana mantiene la temperatura en el rango de -90 a -15 grados centígrados, un ambiente difícil aun para la vida microbiana.

La singularidad del planeta Tierra

Aquí cabe preguntar: ¿indican estas similitudes con la Tierra la posibilidad de vida en Marte?

En realidad, más allá de dichas similitudes hay enormes diferencias que reducen drásticamente las probabilidades de encontrar vida, al menos tal como la conocemos, en Marte o en cualquier otro planeta de nuestro sistema solar.

Debido a que la distancia entre Marte y el Sol es más del doble de la distancia entre la Tierra y el Sol, en Marte las temperaturas rara vez superan los -18° centígrados. La vida como la conocemos no podría existir en la delgada atmósfera marciana (cuya densidad equivale al 1% de la terrestre), que está compuesta básicamente de dióxido de carbono y cantidades mucho más pequeñas de nitrógeno y argón. El equipo científico del Curiosity esperaba encontrar gas metano, que hubiera sido un indicador de vida, pero ello no ha ocurrido.

El 3 de diciembre se informó que en las muestras de suelo marciano el Curiosity detectó “agua y sustancias con azufre y cloro”, como también “carbono orgánico”, elementos necesarios para la vida; sin embargo, “es posible que ese carbono lo haya llevado desde la Tierra el mismo Curiosity y que su laboratorio, extremadamente sensible, lo haya detectado”. (“NASA Mars Rover Fully Analyzes First Soil Samples” [El Curiosity de la NASA analiza  exhaustivamente las primeras muestras de suelo marciano], NASA.gov). De todos modos, en todo este tiempo el Curiosity no ha presentado ninguna evidencia concreta de vida en ese planeta.

No obstante, aun cuando no se encuentre vida en Marte, ello no significa que no existe fuera de nuestro planeta. De hecho, sí existe vida, solo que no como la conocemos.

Otra clase de vida extraterrestre

El Dios Todopoderoso, Creador del universo, vive en una morada celestial. En algún momento del remoto pasado, Dios creó seres espirituales que le ayudan a gobernar y administrar el vasto universo. Esos seres son los ángeles. En la Biblia, Salmos 148:1-5 declara que ellos y el universo físico ¡fueron creados por órdenes de Dios! Hay millones de ángeles (Daniel 7:9-10), a quienes Dios creó con algunos de los mismos poderes sobrenaturales que él posee.

Dios se refiere a estos ángeles de diversas maneras. En Job 38:7 los llama “estrellas de la mañana” y dice que cantaron de júbilo cuando Dios creó la Tierra. Así pues, los ángeles han existido indefinidamente.

Durante los últimos 35 años, millones de personas han visto la saga de la película La Guerra de las Galaxias y se han emocionado con las aventuras de los guerreros jedi Luke Skywalker y Yoda, en su lucha contra Darth Vader y los malvados Sith—una clásica lucha entre las fuerzas del bien y del mal.

¡Tal vez le sorprenda saber que en una ocasión realmente hubo una batalla cósmica en el universo entre las fuerzas del bien y del mal! Este cataclismo ocurrió antes de que existiera el ser humano. Las devastadas superficies de la Luna y de otros planetas, lunas y asteroides de nuestro sistema solar, bien pueden ser evidencia de dicha batalla. Pero, ¿qué fue lo que la desencadenó?

Uno de los arcángeles creados por Dios, Lucifer, según es nombrado en algunas traducciones de Isaías 14:12, fue un ser de extraordinaria belleza y perfección, como consta en Ezequiel 28:17, y a quien Dios le asignó grandes responsabilidades. Pero Lucifer se sintió insatisfecho y lideró la rebelión de un tercio de los ángeles en contra de Dios (Apocalipsis 12:3-4).

¿Parece esto pura ficción? Isaías 14:13-15 revela que Lucifer planeaba “levantar [su] trono sobre las estrellas de Dios” y “ser semejante al Altísimo”. En otras palabras, ¡este ser lideró una rebelión de ángeles para destronar a Dios!

Así que realmente hubo lo que podríamos llamar una “guerra de las galaxias” original, una guerra literal en los cielos entre seres sobrenaturales. “Y hubo una gran batalla en el cielo: Miguel [otro arcángel] y sus ángeles luchaban contra el dragón [Lucifer, convertido ahora en Satanás, que significa “el adversario”]; y luchaban el dragón y sus ángeles” (Apocalipsis 12:7).

Apocalipsis 12:9 relata que Satanás y sus ángeles fueron llamados demonios luego de su rebelión, y fueron derrotados y arrojados del cielo a la Tierra (ver Apocalipsis 12:4). Jesucristo se refirió así a aquel suceso: “Yo vi a Satanás caer del cielo como un rayo” (Lucas 10:18). Cabe recalcar que esa gran catástrofe cósmica puede ser la razón por la cual ahora hay tal dispersión de escombros (en forma de cometas, asteroides y restos de esa naturaleza) en el espacio sideral.

Quizás haya sido entonces cuando Marte se convirtió en un gran desierto. ¿Fue creado Marte como un desierto, o llegó a serlo? No lo sabemos. El hecho es que ninguno de los descubrimientos del Curiosity cambia la desolada realidad de su condición actual.

Dios creará vida en todo el universo

¿Qué sabemos hasta ahora? Indudablemente estamos familiarizados con la vida en la Tierra, incluyendo los siete mil millones de personas que la habitan. La Biblia dice que Dios creó a los ángeles para que le sirvieran, y a pesar de que un tercio de ellos se rebeló, sabemos que los otros dos tercios aún obedecen a Dios como sus mensajeros y servidores.

Pero aún hay más: ¡Dios no ha terminado su creación! Él nos revela que habrá más vida en todo el universo, y a pesar de que a muchos les parezca increíble, ¡los seres humanos son parte de ese plan!

Será una sorpresa para muchas personas religiosas enterarse de que la recompensa de los seguidores de Dios no consiste en flotar en el cielo donde se halla su trono, una vez que mueren. Veamos lo que Dios dice en Mateo 5:5 “Bienaventurados los mansos; porque ellos heredarán la tierra”; estas son las palabras que Cristo pronunció en el Sermón del Monte. Juan 3:13 agrega, “Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del Hombre que está en el cielo”.

Pero si la recompensa de los que mueren no es ir al cielo, ¿entonces, cuál es? Reflexionemos sobre esto: ¿tendría sentido que Dios, habiendo dotado al ser humano con el deseo de saber más sobre el universo y la capacidad de explorarlo, no tuviera un propósito más excelso para la humanidad que vivir una efímera vida física y luego morir?

En tanto que los científicos se esfuerzan por averiguar si hay vida en otros planetas, la Palabra de Dios revela, si uno quiere comprobarlo, el increíble potencial de la vida humana. En el libro de Hebreos leemos: “¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él . . . ? Le hiciste un poco menor que los ángeles, le coronaste de gloria y de honra. Todo lo sujetaste bajo sus pies” (Hebreos 2:6-8).

¿Alcanzamos a comprender esto? La condición actual del hombre es “un poco menor que los ángeles”, o “inferior por poco tiempo”, según otras traducciones, pero Dios revela que a su tiempo, ¡el hombre controlará toda la creación!

Podemos vislumbrar nuestro futuro y nuestro lugar en el universo cuando reconocemos que “todas las cosas” que Dios nos ha prometido en varios versículos incluyen todo: la Tierra, el cielo, ¡todo el universo físico! Dios dice que aquellos que estén dispuestos a creer lo que él dice tendrán a su cargo el vasto universo, con todos sus miles de millones de galaxias y sus innumerables estrellas y planetas.

Romanos 8:22 es muy elocuente: “Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está en dolores de parto hasta ahora”. Toda la exploración científica ha comprobado que esta afirmación es cierta—que los planetas que hemos podido observar, descontando el nuestro, son lugares inhabitados, estériles y carentes de condiciones aptas para la vida. Pero veamos Romanos 8:20-21: “Pero . . . la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para alcanzar así la gloriosa libertad de los hijos de Dios” (NVI).

Todavía no se ha encontrado ninguna evidencia de vida en otros planetas. Pero incluso si se llegara a encontrar alguna otra forma de vida física, como bacterias o algo más complejo, eso no significaría otra cosa más que Dios también la creó y no que evolucionó por cuenta propia. Sin embargo, aparte de las vanas ilusiones de algunos, no hay razón para pensar que existe alguna forma de vida física más allá de la Tierra.

En todo caso, ya existe “vida extraterrestre” en nuestro universo, ¡y habrá más en el maravilloso futuro que Dios nos tiene preparado!  BN

—Mike Kelley