Enfoque en el Medio Oriente

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Enfoque en el Medio Oriente

Bienvenido a la decimoprimera lección de la serie “La profecía bíblica y usted”.

Durante muchas décadas el Medio Oriente ha atraído la atención del mundo, especialmente desde los ataques terroristas perpetrados el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington D. C., Estados Unidos, y las guerras en Irak, Afganistán y Siria.

El centro geográfico de la Biblia se encuentra en el territorio entre el mar Mediterráneo y el río Jordán. En la Biblia es llamado (en diferentes períodos) Canaán, Israel y Judá, y en el Nuevo Testamento Judea, Samaria y Galilea. El nombre “Palestina” no se encuentra en la Biblia, pero fue utilizado por Heródoto y posteriormente por autores griegos y romanos como una evidente derivación del término filisteos, quienes habían residido ahí anteriormente. Los romanos decidieron utilizar esta antigua designación después de acabar con la rebelión de los judíos y expulsar a muchos de ellos.

El área que ocupa la nación de Israel es muy pequeña, no mucho más grande que el estado de Nueva Jersey en los Estados Unidos, y un poco más pequeña que Sicilia [en Italia]. ¿Por qué, entonces, atrae tanto la atención de los noticieros? Se debe a muchos factores de índole histórica, religiosa, cultural y política: el antisemitismo sigue vigente alrededor del mundo, Irán procura adquirir armas nucleares, Siria está devastada por la guerra civil, el conflicto árabe-israelí es explosivo, ¡y muchos militantes musulmanes desean acabar con la existencia misma del Estado de Israel! Además, esa misma gente por lo general odia a los Estados Unidos por apoyar a Israel.

Todo esto puede ser terriblemente confuso, pero gracias a las revelaciones de Dios en la Biblia podemos comprender el pasado, presente y futuro del Medio Oriente. Y felizmente, a pesar de que primero deben tener lugar terribles acontecimientos, ¡la historia tendrá un final alegre!

Una breve historia de Jerusalén y la Tierra Santa

La “tierra de Canaán” se menciona por primera vez en Génesis 11:31. Después que Abraham viviera ahí por veinticuatro años, Dios le prometió que le daría “toda la tierra de Canaán” a él y a sus descendientes “en heredad perpetua” (Génesis 17:8).

Luego, cuatrocientos treinta años más tarde, después de que los israelitas fueran esclavizados en Egipto, Dios milagrosamente los liberó de su cautiverio bajo el liderazgo de Moisés (Éxodo 12:40). Dios prometió “darles la tierra de Canaán”, una “tierra que fluye leche y miel” (Éxodo 6:4; 3:8).

Bajo el liderazgo de Josué, Dios permitió que los israelitas conquistaran a los cananeos y se establecieran en esa tierra. Sin embargo, por aproximadamente cuatrocientos años los israelitas nunca llegaron a conquistar por completo a los jebuseos, los habitantes de Jerusalén (Josué 15:63). Fue el rey David quien finalmente tomó control total de la ciudad, también llamada “Sion”, cuyo nombre llegó a conocerse como “la ciudad de David” (2 Samuel 5:6-7).

Israel se convirtió en una nación poderosa bajo David y Salomón, con Jerusalén como su capital. Salomón construyó un templo magnífico en el monte Moriah, el mismo donde se suponía que Abraham debía sacrificar a su hijo Isaac (Génesis 22:2; 2 Crónicas 3:1). Después de la muerte de Salomón, cuando la nación se dividió en dos, Jerusalén continuó siendo la capital de Judá, el reino del sur.

Judá fue conquistado por el rey babilonio Nabucodonosor alrededor de 587 a. C. Como resultado, Jerusalén y el templo fueron destruidos y los sobrevivientes fueron llevados en cautiverio a Babilonia. Pero en 539 a. C. Babilonia fue conquistada por los persas, y a los cautivos se les permitió regresar a sus respectivas patrias. Bajo el liderazgo de Zorobabel, Esdras y Nehemías, los judíos que optaron por regresar reconstruyeron la ciudad y el templo, aunque no con el esplendor que solía tener.

Cuando posteriormente Judea cayó bajo el dominio del Imperio romano en el siglo I a. C., el rey Herodes expandió y embelleció el templo. Jesucristo llevó a cabo la mayor parte de su ministerio en Galilea y Judea, y muchos de los sucesos importantes durante ese tiempo ocurrieron en Jerusalén, incluyendo su crucifixión y resurrección. El comienzo de la Iglesia se llevó a cabo cuando los discípulos de Cristo recibieron el Espíritu Santo al reunirse en Jerusalén para observar la fiesta bíblica de Pentecostés (Hechos 2:1-4).

Cuando las legiones de Roma aplastaron la rebelión judía en 70 d. C., Jerusalén y el templo una vez más fueron destruidos. Los romanos sofocaron por última vez la rebelión de los judíos en 135. Siglos más tarde, en 638, los árabes musulmanes tomaron la ciudad y en 692 completaron el Domo de la Roca que, según muchos creían, había sido construido en el lugar donde antes había estado el templo. Desde entonces, Jerusalén ha cambiado de manos en varias ocasiones. En 1517, los turcos otomanos tomaron control y dominaron el Medio Oriente por cuatro siglos.

En 1917, durante la Primera Guerra Mundial, los británicos derrotaron al Imperio otomano y se apoderaron de Tierra Santa, que en ese entonces aún era llamada Palestina. Finalmente, en 1948, después de que Gran Bretaña anunció que renunciaría al control del área, las Naciones Unidas votaron por dividir la tierra entre árabes y judíos.

Una vez que se retiraron los británicos, nació el moderno Estado de Israel. Solo unas cuantas horas después, los ejércitos de cinco naciones árabes vecinas atacaron a Israel, determinadas a destruirlo. Después de una lucha que duró meses, Israel ganó la victoria. Sin embargo, desde entonces esta nación ha tenido que luchar en otras guerras para defenderse: en 1956, 1967 y 1973, como también en varios otros conflictos de gran magnitud.

En la guerra de los Seis Días de 1967, los israelíes se apoderaron de la ciudad vieja, es decir, del lado este de Jerusalén, incluyendo el Monte del Templo. Sin embargo, para aminorar las tensiones y evitar una confrontación peor, Israel les permitió a los musulmanes mantener el control religioso del Monte del Templo.

Actualmente hay cincuenta y siete naciones islámicas en el mundo, incluyendo a veintidós países árabes. Como muchas de las naciones que rodean a Israel le son hostiles, la diminuta nación frecuentemente se siente como David enfrentando al gigante Goliat.

Hoy en día Jerusalén es considerada una ciudad santa por el cristianismo, el judaísmo y el islam. Dios escogió a Jerusalén para que fuese la “ciudad santa” pero, lamentablemente, durante gran parte de su historia se ha parecido más a “Sodoma y Egipto” (Apocalipsis 11:2, 8).

Jerusalén significa “posesión de paz”, pero anteriormente se le decía simplemente Salem, que significa “paz” (vea Génesis 14:18; Salmos 76:2; Hebreos 7:1-2). No obstante, la ciudad tampoco le ha hecho honor a su nombre. En el curso de su historia Jerusalén ha sido destruida dos veces; atacada, cincuenta y dos; sitiada, veintitrés; y capturada, cuarenta y cuatro.

En el futuro, después que Jesucristo, el Príncipe de Paz, regrese a la Tierra, Jerusalén se convertirá en la capital de todo el mundo (Isaías 2:1-3). ¡Será verdaderamente una ciudad santa y una ciudad de paz! Luego, después del Milenio, será reemplazada por una ciudad incluso más grandiosa: la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:2).

Usted puede leer mucho más acerca de la fascinante historia del Medio Oriente en nuestro folleto gratuito El Cercano Oriente en la profecía bíblica.

>¿Qué dice la Biblia acerca del Medio Oriente?

La historia bíblica, las noticias del mundo actual y la profecía de los últimos tiempos están enfocadas principalmente en el Medio Oriente. Los conflictos y potenciales conflictos en dicha zona afectan en gran manera al resto del mundo y esto continuará en aumento. Es crucial que comprendamos lo que sucede en el Medio Oriente desde la perspectiva bíblica.

>¿Se profetizó que Jerusalén sería el centro de gran parte del conflicto de los últimos tiempos?

“He aquí yo pongo a Jerusalén por copa que hará temblar a todos los pueblos de alrededor contra Judá, en el sitio contra Jerusalén. Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que se la cargaren serán despedazados, bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella . . . ” (Zacarías 12:2-3).

Se predijo que Jerusalén sería el centro de controversia y conflicto de los últimos tiempos, “una copa que hará temblar” y “piedra pesada a todos los pueblos”.

>¿Estará Israel en el centro mismo de grandes guerras en el tiempo del fin?

“Pero al cabo del tiempo el rey del sur contenderá con él; y el rey del norte se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y muchas naves; y entrará por las tierras, e inundará, y pasará. Entrará a la tierra gloriosa, y muchas provincias caerán; mas éstas escaparán de su mano: Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón [donde se ubica Jordania en la actualidad].

“Extenderá su mano contra las tierras, y no escapará el país de Egipto. Y se apoderará de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto; y los de Libia y de Etiopía le seguirán. Pero noticias del oriente y del norte lo atemorizarán, y saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos.

“Y plantará las tiendas de su palacio entre los mares y el monte glorioso y santo; mas llegará a su fin, y no tendrá quien le ayude” (Daniel 11:40-45).

La tierra de Canaán, que luego se llegó a conocer como Israel y posteriormente como Palestina, siempre ha sido un cruce vital, y frecuentemente fue codiciada y conquistada por otras naciones poderosas. “Al cabo del tiempo” habrá un gran conflicto entre los dos poderes especificados aquí: reyes o reinos del norte y del sur, según la perspectiva geográfica de la nación de Israel.

Ciertas profecías en Daniel, Apocalipsis y otros lugares dejan en claro que “el rey del norte” será un resurgimiento europeo del Imperio romano. Pero hasta tiempos recientes, era difícil imaginarse una coalición de fuerzas al sur de Israel que fuese lo suficientemente fuerte como para competir con la potencia europea. Sin embargo, en las últimas décadas hemos visto la creciente y poderosa influencia del fundamentalismo islámico, lo cual podría unir cada vez más al mundo musulmán.

>¿Por qué fueron 1948 y 1967 momentos proféticos claves en la historia?

“Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes” (Mateo 24:14-16).

Este pasaje se refiere al “lugar santo”, implicando un lugar para la adoración de Dios. Jesús se refirió a la profecía que “habló el profeta Daniel”, por lo que debe haber aludido a Daniel 12:11, especialmente porque sabemos que esa profecía es para “el tiempo del fin” (versículo 9).

En Daniel 12:11 vemos que el establecimiento de la “abominación desoladora” coincide con el tiempo en que “[será quitado] el continuo sacrificio”. Por lo tanto, “el lugar santo” tiene que referirse a un templo u altar judío (o a ambos) donde se ofrecen sacrificios animales. Para el judaísmo solamente existe en el mundo una ciudad calificada para tener un templo o altar: Jerusalén. Y los judíos solo ganaron el control de la Tierra Santa en 1948, y el Monte del Templo en Jerusalén en la guerra de los Seis Días de 1967.

Muchas profecías son duales y tienen un cumplimiento inicial y otro más completo y final después. De hecho, la profecía de Daniel ha tenido dos cumplimientos anteriores, uno en 168 o 167 a. C. En el primero, Antíoco Epífanes profanó el templo y prohibió los sacrificios judíos, como registra Daniel 11:31. El otro se llevó a cabo en 70 d. C., cuando los romanos destruyeron el templo y abolieron el sacerdocio y los sacrificios judíos (Lucas 19:43-44).

Para comprender Daniel 12:11 (un acontecimiento futuro) es vital entender estos sucesos pasados, ya que Dios frecuentemente dirige la historia para que se repita a sí misma. Como ya dijimos, muchos detalles históricos y proféticos son explicados en nuestra guía de estudio gratuita El Cercano Oriente en la profecía bíblica.

>¿Qué otra cosa podemos aprender al comparar el relato paralelo de la profecía de Jesús que se encuentra en Lucas?

“Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella. Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas.

“Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! porque habrá gran calamidad en la tierra, e ira sobre este pueblo. Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan” (Lucas 21:20-24).

La “destrucción” de Jerusalén ocurre justo después de que es “rodeada de ejércitos”. Habrá destrucción espiritual y “gran calamidad” cuando se elimine la libertad religiosa. Habrá destrucción (devastación) de la ciudad cuando “Jerusalén [sea] hollada por los gentiles”. Y Jerusalén será en su mayor parte “hollada” (pisoteada) porque muchos de sus ciudadanos “caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones”.

>¿Habla la Biblia de una confederación de árabes y de otros que en el tiempo del fin determinarán destruir a la nación de Israel y a su mayor partidario, los Estados Unidos?

“Oh Dios, no guardes silencio; No calles, oh Dios, ni te estés quieto. Porque he aquí que rugen tus enemigos, y los que te aborrecen alzan cabeza. Contra tu pueblo han consultado astuta y secretamente, y han entrado en consejo contra tus protegidos. Han dicho: Venid, y destruyámoslos para que no sean nación, y no haya más memoria del nombre de Israel.

“Porque se confabulan de corazón a una, contra ti han hecho alianza las tiendas de los edomitas y de los ismaelitas, Moab y los agarenos; Gebal, Amón y Amalec, los filisteos y los habitantes de Tiro. También el asirio se ha juntado con ellos; sirven de brazo a los hijos de Lot” (Salmos 83:1-8).

¿Quiénes son estos pueblos y lugares en la actualidad? Note el siguiente pasaje, citado del capítulo “Alianza árabe profetizada”, de nuestro folleto El Cercano Oriente en la profecía bíblica: “Entre los edomitas se cuentan los palestinos y algunos de los turcos. Los ismaelitas, descendientes de Ismael, son muchos de los pueblos árabes del Cercano Oriente y del norte de África. Moab es la zona central de Jordania. Parece que el término agarenos se refiere a otros descendientes de Agar, la madre de Ismael.

Gebal, que significa ‘montaña’, por lo general se identifica como la ciudad fenicia de Biblos, conocida como Yabail, Líbano. Algunos creen que se refiere a los montes de Jordania. Amón se refiere a la región del norte de Jordania, cerca de Ammán (nombre derivado de Amón). Amalec parece referirse a una rama de edomitas de palestina. Los filisteos probablemente son los moradores de lo que ahora se conoce como la franja de Gaza.

“Tiro, en la antigüedad, fue una ciudad-estado de mucha importancia en el sur del Líbano. Los asirios, en el sentido étnico, parece referirse a gente que emigró hacia Europa central hace muchos siglos; geográficamente, Asiria estaba en lo que ahora es el norte de Irak. Los hijos de Lot se refiere una vez más a Moab y Amón, en la región de la actual Jordania”.

La última parte aquí parece indicar que al principio algunas potencias de Europa y del Medio Oriente se unirán en contra Israel antes de enfrentarse mutuamente en el conflicto entre el norte y el sur mencionado anteriormente.

>¿Se librará en Tierra Santa la gran batalla comúnmente llamada “Armagedón”?

“Pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso. He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza. Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón” (Apocalipsis 16:14-16).

La batalla final en realidad es llamada “la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso”. Pero antes de la batalla misma, los espíritus demoniacos reunirán a los ejércitos “en el lugar que en hebreo se llama Armagedón”, una referencia a Meguido, al noroeste de Jerusalén en la parte norteña de Israel (v. 16).

La batalla se librará en el “valle de Josafat” (nombre que significa “Dios juzga”, Joel 3:2, 12), ubicado en Jerusalén. Dios dice: “Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén”, y que “saldrá el Eterno y peleará con aquellas naciones” (Zacarías 14:2-3). Entonces, los ejércitos que planean luchar entre sí se volverán y “pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Rey de reyes y Señor de señores” (Apocalipsis 17:14). Vamos a estudiar más acerca de estos acontecimientos apocalípticos en futuras lecciones.

Póngalo en práctica ahora mismo

Para comprender mejor lo que está ocurriendo en el Medio Oriente, asegúrese de leer nuestro folleto gratuito El Cercano Oriente en la profecía bíblica. Después ore “por la paz de Jerusalén” (Salmo 122:6). Más aún, ore para que Jesucristo regrese pronto a traer paz no solo a Jerusalén, sino a todas las naciones. En ese día, por fin, las naciones “no se adiestrarán más para la guerra” (Isaías 2:4). BN