¿Quiénes son los palestinos?

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¿Quiénes son los palestinos?

Para las naciones árabes, el nacimiento del Estado judío de Israel en 1948 no fue ni es motivo de celebración. Por el contrario, ellos llaman a este acontecimiento Nakba, o “Desastre”. La proclamación del Estado de Israel fue seguida de una inmediata invasión por parte de las naciones árabes vecinas. Estas invitaron a los habitantes no judíos y musulmanes (en su mayoría árabes) del territorio que entonces se llamaba Palestina, a unirse a la lucha o a retirarse temporalmente mientras los israelíes eran derrotados, para luego regresar a un país libre de judíos. Y, de hecho, muchos se fueron.

Pero las cosas no salieron según lo planeado. Los israelíes judíos derrotaron a las fuerzas árabes invasoras, y los habitantes que se habían ido se convirtieron en desplazados. La mayoría de ellos se reubicaron en los países árabes a los cuales habían emigrado, pero no se incorporaron a la población en general, sino que se quedaron en condición de refugiados.

Algo similar ocurrió en 1967 a raíz de la guerra de los Seis Días. Como consecuencia, muchos más huyeron o fueron expulsados y se unieron a los refugiados en los países árabes.

Los habitantes no judíos del territorio, incluidos muchos de los que se dispersaron como refugiados, llegaron a ser conocidos como palestinos. La mayoría de estas personas ahora viven en Jordania y en los territorios conocidos como Cisjordania y la Franja de Gaza, y en menor número en Siria, el Líbano y otros países. A menudo se describen a sí mismos como oriundos del territorio que correctamente es denominado Palestina, o Filastin en árabe.

Arguyen que los judíos sionistas que inmigraron a dicha zona desde fines del siglo XIX hasta mediados del siglo XX no tenían ningún derecho nacional legítimo sobre el territorio del que supuestamente despojaron a los antiguos palestinos. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, dijo recientemente que Israel es “una empresa colonial que nada tiene que ver con el judaísmo”, dando a entender que los judíos son invasores extranjeros de la tierra “palestina”.

¿Fue eso lo que realmente sucedió hace setenta años y en las décadas anteriores y posteriores? ¿A quién pertenece realmente aquella tierra? ¿Quiénes son los palestinos?

¿Cananeos nativos o árabes de otros lugares?

Como muestra la historia, la idea de una nación o pueblo “palestino” es una invención. Nunca ha existido un pueblo que se distinguiera con este nombre, ni étnica ni culturalmente. Está claro que los palestinos actuales son en su mayoría árabes, pero de muchas otras regiones, así como de otros pueblos.

Los líderes palestinos, sin embargo, insisten en afirmaciones absurdas. En palabras de Mahmoud Abbas: “Le dijimos [al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu], cuando declaró que a los judíos los respalda un derecho histórico que se remonta 3000 años a. C., que afirmamos que la nación de Palestina, radicada en la tierra de Canaán, tiene 7000 años de historia. Esta es la verdad que debe decirse: Netanyahu, eres incidental en la historia. Somos la gente de la historia. Somos los dueños de la historia” (citado por David Bukay, “Founding National Myths: Fabricating Palestinian History” [La creación de mitos nacionales: Invención de la historia palestina], Middle East Quarterly, verano de 2012).

Yasser Arafat, el líder de la Autoridad Palestina que precedió a Abbas, afirmó que los palestinos son descendientes de los jebuseos, el pueblo cananeo de la antigua Jerusalén.

Sin embargo, es interesante lo que dijo Fathi Hammad, ministro del interior y de seguridad nacional palestino de Hamás, en marzo de 2012: “¿Quiénes son los palestinos? ¡Hay muchas familias llamadas al-Masri [apellido egipcio] cuyas raíces son egipcias! Pueden ser de Alejandría, de El Cairo, de Dumietta, del norte, de Asuán, del Alto Egipto. Somos egipcios; somos árabes. Somos musulmanes. Somos parte de ustedes. ¡Egipcios! Personalmente, la mitad de mi familia es egipcia, y la otra mitad es saudí” (citado por Pinhas Inbari, “Who Are the Palestinians?”, Jerusalem Center for Public Affairs [¿Quiénes son los palestinos?, Centro para Asuntos Públicos de Jerusalén], 7 ago. 2017, énfasis nuestro en todo este artículo). De hecho, los apellidos palestinos muestran diversos orígenes nacionales.

Tenga en cuenta lo que no son: un pueblo único, oriundo de la antigua Palestina. De hecho, Arafat y sus compatriotas lo admitieron. En una entrevista dada al periódico holandés Trouw el 31 de marzo de 1977, un miembro del comité ejecutivo de la Organización Para la Liberación de Palestina (OLP), Zahir Muhsein, dijo:

“El pueblo palestino no existe. La creación de un Estado palestino es solo un medio para continuar nuestra lucha por la unidad árabe contra el Estado de Israel. En realidad, hoy no hay diferencia entre jordanos, palestinos, sirios y libaneses. Solo por razones políticas y tácticas hablamos hoy de la existencia de un pueblo palestino, ya que los intereses nacionales árabes exigen que propongamos la existencia de un ‘pueblo palestino’ distinto para oponernos al sionismo” (citado por Joseph Farah, “Palestinian People Do Not Exist” [El pueblo palestino no existe], WND.com, 11 jul., 2002).

Efectivamente, el primer artículo de la carta fundacional de la OLP de 1964 establece: “Palestina es una patria árabe ligada por fuertes lazos nacionales árabes con el resto de los países árabes, y juntos forman la gran patria árabe”.

“Palestino”: ¿Un calificativo para los judíos?

Desde luego, esta declaración presenta un gran problema en términos de territorio, ya que considera a este como una patria árabe y no judía. De hecho, se debe señalar que los palestinos no creen que Cisjordania y la Franja de Gaza son los únicos territorios palestinos ocupados por Israel. Según ellos, la totalidad de lo que se llama la tierra de Israel es la tierra de Palestina que pertenece a los palestinos, incluyendo todo lo que ilegalmente invadió el Estado judío.

Irónicamente, “Cisjordania” lleva este nombre (en vez del de Palestina oriental) porque es el territorio que Jordania anexó y ocupó en el lado occidental del río Jordán después de 1948, mientras que los judíos llaman a este territorio “Judea y Samaria”, el corazón mismo de los antiguos reinos israelitas de Judá e Israel.

Aún más irónico es el hecho de que “antes de que naciera el Estado de Israel, los judíos usaban el término ‘palestinos’ para referirse a ellos mismos y a sus organizaciones. El ‘Diario de Palestina’, el Fondo Para la Fundación Palestina, las Aerolíneas Palestinas y la Orquesta Sinfónica de Palestina eran todas empresas puramente judías” (Daniel Grynglas, “Debunking the Claim That the ‘Palestinians’ Are the Indigenous People of Israel” [Cómo desenmascarar la afirmación de que los ‘palestinos’ son el pueblo nativo de Israel], blog en Jerusalén Post, 12 mayo, 2015).

De hecho, “el término Palestina era occidental y normalmente usado por los judíos que inmigraban al país; los sionistas se autodenominaban palestinos, mientras que los árabes simplemente se identificaban a sí mismos como árabes. Las instituciones sionistas, como el Banco Anglo-Palestino, el Diario de Palestina, etc., eran ‘palestinas’, mientras que las instituciones árabes, como el Alto Comité Árabe, eran simplemente ‘árabes’” (Inbari).

Sin embargo, posteriormente la terminología cambió drásticamente. “Primero oímos hablar de árabes llamados ‘palestinos’ cuando el presidente egipcio Nasser, con la ayuda de la KGB rusa, estableció la ‘Organización Para la Liberación de Palestina’ en 1964. Fue solo durante la década de 1970 que los recién nombrados ‘palestinos’ comenzaron a difundir su historia por medio del crimen. Los árabes han justificado sus ataques como actos de los pobladores nativos que luchan por la liberación nacional” (Grynglas). Pero esto es completamente inventado — ¡una completa farsa!

De la ocupación cananea al desalojo judío

Examinemos brevemente la historia de esta tierra desde una perspectiva bíblica. La Biblia se refiere a esta antigua tierra con el nombre de Canaán (Génesis 11:31; 12:5; 13:12), cuyos moradores, los filisteos, vivían a lo largo de la costa mediterránea antes de que los patriarcas hebreos Abraham, Isaac y Jacob y sus descendientes, los israelitas, se establecieran ahí. Sin embargo, el Dios de la Biblia, dueño del mundo y de todo lo que en él hay, declaró su intención de dar esta tierra a su pueblo Israel (Génesis 12:5-7; 17:8; Éxodo 13:5,11). Por lo tanto, por decreto divino, incluso si aún quedaban allí remanentes de los cananeos nativos, la tierra les fue quitada a sus habitantes originales y otorgada a Abraham y sus descendientes.

Los israelitas formaron una nación que se dividió en dos: Israel y Judá. Después de que pecaran persistentemente, Dios permitió que las tribus del norte de Israel fueran deportadas por los asirios y que el pueblo sureño de Judá, los judíos, fuera llevado en su mayor parte a Babilonia. Unos pocos se quedaron en ese territorio y posteriormente otros cuantos regresaron para reavivar el Estado judío bajo el gobierno de los persas y más tarde el de los griegos y los romanos.

Los romanos aplastaron dos insurrecciones judías en los años 70 d. C. y 135 d. C., y los judíos en su mayoría se dispersaron, aunque un considerable número de ellos permaneció siempre en el territorio. (Los judíos fueron expulsados de Jerusalén en 135, pero un grupo de ellos permaneció en otras comunidades de Tierra Santa).

Uno podría suponer que la expulsión de Israel y de Judá de ese territorio significaba que sus pretensiones habían llegado a su fin. Pero Dios les dio esta tierra a los descendientes de Israel para siempre (véase Éxodo 32:13). E incluso cuando les advirtió sobre su deportación, que finalmente ocurrió, de todas maneras anunció que los reuniría en su tierra natal. Entonces, según Dios, ningún otro pueblo tiene derecho a esta tierra. ¡Y sería bueno que todos recordaran esto!

Historia del término Palestina

¿De dónde surgió el nombre Palestina? Cuando los romanos aplastaron la revolución judía de 135, fusionaron la provincia romana de Judea y Siria y llamaron a la nueva provincia Siria-Palestina, presumiblemente para eliminar su origen judío.

El término Palestina, si bien se deriva de los antiguos filisteos, anteriormente hacía referencia a una designación geográfica común del territorio, mucho antes del cambio de nombre. Había sido usado por escritores griegos y romanos como Heródoto, Aristóteles, Plinio el Viejo, Plutarco y otros, e incluso algunas veces por los historiadores judíos del primer siglo Filón de Alejandría y Flavio Josefo.

El área siguió llamándose Palestina más tarde, en el período bizantino, y ciertas variaciones de este nombre se mantuvieron bajo los califas árabes y el Imperio turco otomano, aunque habitualmente se conocía como “Siria del Sur”. “Después de la Primera Guerra Mundial [cuando los otomanos cayeron ante los aliados occidentales], el nombre ‘Palestina’ se utilizó para designar el territorio que quedó bajo el Mandato británico; esta área incluía no solo el actual Israel sino también la Jordania moderna . . . [En ese momento] era común que la prensa internacional calificara a los judíos, no a los árabes que vivían en la región, como palestinos” (Jewish Virtual Library, “Israel: Origins of the Name ‘Palestine’” [Biblioteca virtual judía, Israel: Orígenes del nombre ‘Palestina’).

Habitantes desde los periodos bizantino e islámico

¿Cuál fue la distribución de la tierra de Israel después de que los romanos aplastaran las revoluciones judías en los años 70 y 135? Como se indicó, la mayoría de los judíos huyeron o fueron llevados a la fuerza; sin embargo, muchos otros permanecieron en el territorio. Los romanos alentarían a otros a establecerse ahí, particularmente después de que el imperio se declarara oficialmente cristiano.

Cuando los árabes musulmanes le quitaron el control de Tierra Santa al Imperio Romano de Oriente, o Bizantino, en el siglo vii, muchos de ellos se asentaron en la tierra conquistada, y los judíos siguieron siendo la minoría más numerosa. Sin embargo, se ha argumentado que “gran parte de la población nativa, tanto judía como no judía, fue obligada a convertirse al islam y el país fue arabizado a la fuerza . . . [convirtiéndose] en un país de habla árabe.

“Ello no significa que las personas que vivían allí fueran ‘árabes auténticos’ . . . En realidad eran descendientes de la población judía original y de la población de habla griega que los bizantinos llevaron para cristianizar la tierra” (Schlomo Sherman, “The Myth of the So-Called ‘Palestinians’” [El mito de los así llamados ‘palestinos’] 1994, reproducido de los comentarios del Middle East Forum [Foro del Medio Oriente] de Daniel Pipes).

Más tarde, los turcos seléucidas y los kurdos (bajo el líder kurdo Saladino) lucharon contra los cruzados europeos en Tierra Santa. Muchos de estos musulmanes no árabes permanecieron aquí, y como resultado, “numerosas familias de Hebrón . . . son de origen kurdo. Los kurdos también se establecieron en otras partes del país y en Transjordania. Por ahora, los kurdos se han arabizado por completo, y no guardan ninguna conexión con sus orígenes” (Inbari).

Una tierra desolada durante la época otomana

A fines del siglo XVII, durante el gobierno otomano, un geógrafo y experto en lenguaje llamado Hadriani Relandi recorrió el territorio, investigando unos 2500 lugares donde vivían personas que se mencionaban en la Biblia o en la Mishná. Él registró sus observaciones en un libro publicado en 1714. ¿Qué dice el libro?

“1. Ningún asentamiento en la Tierra de Israel tiene un nombre que sea de origen árabe . . . ningún asentamiento árabe tiene un nombre árabe original . . .

“2. La mayor parte de la tierra estaba vacía, desolada, y sus escasos habitantes se concentraban principalmente en las ciudades de Jerusalén, Acre, Safed, Jaffa, Tiberíades y Gaza. La mayoría de los habitantes eran judíos y el resto, cristianos. Los pocos musulmanes que había eran en su mayoría beduinos nómadas . . . que llegaron a la zona como refuerzo para trabajo agrícola y de construcción, obreros temporales . . .

“3. El libro contradice de plano cualquier teoría posmoderna que reivindique una herencia palestina o nación palestina. Además refuerza la conexión, la relevancia, la pertinencia y la familiaridad entre la tierra de Israel y los judíos y la absoluta falta de pertenencia a los árabes” (Avi Goldreich, “A Tour of Palestine; the Year is 1965” [Una gira por Palestina; el año es 1965]), Think-Israel.org, 4 ago., 2007).

La población disminuyó debido a varios factores que hacían cada vez más difícil vivir allí. La ruina del territorio había comenzado con la destrucción romana de Judá; el historiador romano Cassius Dio escribió en aquel momento que “toda Judea se volvió un desierto” después de la destrucción de cientos de pueblos y aldeas, pero las cosas empeoraron después de la conquista árabe, y más tarde bajo el dominio otomano” (Joseph Katz, “Palestine, a Land Virtually Laid Waste With Little Population” [Palestina, un territorio prácticamente abandonado, con poca población], EretzYisroel.org, 2001).

En el último período, la tierra “había quedado casi desolada”. El gobierno turco cobraba impuestos a los terratenientes según la cantidad de árboles en sus tierras. Los bosques eran talados en un esfuerzo por evitar los impuestos. Las ovejas y las cabras arrasaban con la vegetación en colinas y llanuras. Grandes extensiones dejaron de ser cultivadas, perdiendo su fertilidad, y muchas ciudades fueron abandonadas. Pantanos y desiertos abundaban en el paisaje maltrecho. La legendaria Tierra Santa se había hundido en un sueño mortal” (presentación en video The Galilee Experience [La experiencia de Galilea], 1997).

Los visitantes de aquella tierra en los años 1700 y 1800 comentaban sobre su abrumadora desolación. El cónsul británico en Palestina informó en 1857: “En un grado considerable, el país está exento de habitantes y, por lo tanto, su mayor necesidad es la de un conjunto de pobladores” (citado por Katz).

El más famoso comentarista sobre la condición de aquel territorio fue el escritor estadounidense Mark Twain, quien habló de él en su libro The Innocents Abroad (Inocentes en el extranjero), después de su visita en 1867. Joseph Katz resume lo que Twain encontró: “Lugar tras lugar, Twain se mostró triste por sus hallazgos: ‘Escenas emocionantes . . . ya no ocurren en el valle [de Jezreel]. No hay una sola aldea en toda su extensión, ninguna en casi 50 kilómetros a la redonda . . .’ [Además escribió] ‘. . . estos desiertos despoblados, estas colinas áridas y estériles . . . esa melancólica ruina de Capernaum . . . No vimos un solo ser humano en todo el camino’”.

Otros pueblos forman parte de la mezcolanza

No obstante, hubo un influjo menor de personas a principios de la década de 1830 con la invasión y ocupación temporal de Siria y Palestina por parte del general egipcio Ibrahim Pasha. Él dejó como herencia una serie de colonias egipcias permanentes, y como el pueblo judío regresó al territorio a finales de 1800, los otomanos también llevaron a otras personas a la región.

Con los bosnios se dio un gran paso. El país balcánico de Bosnia fue invadido y convertido a la fuerza al islam por los otomanos en el siglo XIII. A partir de la última parte del siglo XVII, los otomanos comenzaron a perder territorios europeos. Luego, “en 1878, en el Congreso de Berlín . . . Turquía perdió Bosnia ante Austria. El resultado fue una marejada de refugiados musulmanes que salieron de Bosnia en busca de amparo en el Imperio otomano . . .

“Esta migración de refugiados musulmanes marcó un hito histórico muy importante en la historia de Palestina. Los gobernantes otomanos adoptaron una política de colonización musulmana . . . En la región del Carmelo, en la Galilea, en la llanura de Sharon y en Cesarea, se distribuyeron tierras a los refugiados musulmanes de Bosnia y Herzegovina. Los refugiados se sintieron aún más atraídos por las exenciones fiscales de doce años y la exención del servicio militar” (Manfred Lehmann, “Bosnia—Motherland of ‘Palestinians’” [Bosnia: Patria de ‘palestinos’]).

“La misma política de colonización . . . también se administró a los refugiados musulmanes de Rusia, en particular de Georgia, Crimea y el Cáucaso, [un grupo diverso de personas] llamados circasianos y turcomanos, lo que llevó a su asentamiento en Abu Gosh, cerca de Jerusalén y en los Altos del Golán. Refugiados de Argelia y Egipto también se establecieron en Jaffa, Gaza, Jericó y el Golán” (ibíd.).

Todos estos inmigrantes, y otros de orígenes muy distintos y variados, formaron parte de la base del pueblo posteriormente llamado ‘palestino’. Entre los que se consideran como palestinos “autóctonos” hoy en día hay pueblos que provienen de toda Europa, Rusia, el sur de Asia, el norte de África, una multitud de países árabes y algunos judíos; en resumen, “la mayor aglomeración humana reunida en una pequeña área del globo” (John of Wurzburg, citado por Katz, “Palestine Inhabited by a Mixed Population” [Palestina habitada por una población mixta], EretzYisroel.org).

Algunos de los elementos europeos fueron aquellos que llegaron a Tierra Santa durante las cruzadas, mientras que otros llegaron como cautivos durante siglos de comercio de esclavos islámicos. Sin embargo, la mayoría de los diversos grupos de personas mencionados en esta lista constituyen una parte muy pequeña de los palestinos de hoy, siendo la principal excepción los árabes.

Invasión árabe: La verdadera colonización

Los judíos que regresaron a la región a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, como parte del movimiento sionista y durante la época del Mandato británico [administración territorial encomendada por la Liga de las Naciones al Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en el Medio Oriente], provocaron una mayor inmigración de los países árabes vecinos. Esta migración fue tan grande, que contrarrestó e incorporó a los primeros inmigrantes no judíos, causando que todos fueran prácticamente arabizados y considerados como árabes.

“El 4.3% ‘autóctono’ comprendía muchas nacionalidades no árabes. [Pero] todos ellos fueron absorbidos por los inmigrantes árabes y en unas pocas generaciones perdieron en gran medida su identidad” (Grynglas).

¿Qué causó esta gran afluencia de árabes a esa tierra? “Los registros muestran que los asentamientos judíos de los siglos XIX y XX, y las oportunidades de empleo resultantes, fueron lo que atrajo sucesivas oleadas de inmigrantes árabes a Palestina. ‘La población árabe tiene un aumento notable . . . debido en parte al aporte de capital judío a Palestina y otros factores asociados con el crecimiento del Hogar Nacional [judío]’” (The Peel Commission Report [Informe de la Comisión Peel], 1937).

“[Se informó anteriormente que] ‘en el asentamiento judío Rishon l’Tsion [Primeros en Sión], fundado en 1882, ya en el año 1889 las cuarenta familias judías establecidas habían atraído a más de cuatrocientas familias árabes . . . Muchas otras aldeas árabes habían surgido de la misma manera’” (Joan Peters, From Time Immemorial, página 252). “El primer ministro británico Winston Churchill dijo [de Palestina] en 1939: ‘. . . lejos de ser perseguidos, los árabes se han aglomerado en el país’” (Grynglas).

Esta migración a gran escala hacia esa tierra continuó hasta la formación del Estado israelí, cuando “la mayoría de los musulmanes que habitaban en Palestina . . . habían estado viviendo allí por menos de sesenta años” (Ezequiel Doiny, “The Muslim Colonists” [Los colonos musulmanes], Instituto Gatestone, 15 ago., 2014).

Daniel Pipes, experto en el Medio Oriente, afirmó lo siguiente al analizar el libro de Joan Peters From Time Immemorial: The Origins of the Arab-Jewish Conflict Over Palestine (Desde tiempos inmemoriales: Los orígenes del conflicto árabe-judío acerca de Palestina): “Los datos descubiertos por Joan Peters indican que los árabes se beneficiaron tanto económicamente por la presencia de colonos judíos de Europa, que viajaron cientos de kilómetros para acercarse a ellos. A su vez, esto explica por qué la definición de refugiado palestino en 1948 describe a una persona que había vivido allí solo dos años [¡dos años!]: porque muchos residentes árabes en 1948 habían inmigrado de manera muy reciente”.

Por lo tanto, como dice Daniel Greenfield, “Los ‘palestinos’ son lo que siempre fueron — una colonia árabe islámica extranjera dentro de Israel”. Y responde conmovedoramente a la afirmación de Mahmoud Abbas acerca de la empresa colonial sionista citada al comienzo de nuestro análisis, declarando: “Los ‘palestinos’ no son víctimas del colonialismo. Ellos son sus perpetradores”.

La profecía bíblica condena a Edom

Ahora bien, dicho todo esto y considerando lo que las Escrituras nos dicen sobre el tema, pareciera ser que la identidad de los árabes palestinos encierra mucho más y que ellos no se limitan a ser simplemente una parte de la masa general de los pueblos árabes.

Los árabes no son de un solo linaje. Se consideran descendientes principalmente de Ismael, el primer hijo de Abraham y medio hermano de Isaac, y este es evidentemente el caso. Sin embargo, entre los árabes también hay descendientes de otras tribus primitivas, incluido el hermano de Jacob, Esaú, que fue llamado Edom. Esaú se casó con hijas de Ismael y de los cananeos. Y debemos darnos cuenta de que los descendientes de Esaú, los edomitas, no se limitan a las tribus árabes, sino que incluyen a otros pueblos.

¿Por qué hacer énfasis aquí en Edom, con respecto a los árabes palestinos? La respuesta se encuentra en una notable profecía en el libro de Abdías, que se refiere a lo que les sucederá a los edomitas en el tiempo del fin.

El versículo 19 habla de territorios, afirmando que aquellos que controlan territorios específicos en Tierra Santa llegarán a poseer territorios adicionales allí mismo. En contexto, podemos ver que los israelitas en este versículo están retomando áreas de las cuales los edomitas se apropiaron.

Resulta fascinante que las áreas que serán tomadas, mencionadas aquí, son las que hoy están pobladas por judíos. Las áreas que serán retomadas ahora están pobladas por palestinos, por lo que aparentemente se identifica a los palestinos como edomitas, al menos de manera significativa.

Podría ser que algunos de los distintos pueblos conformados por los habitantes no judíos y no árabes de Tierra Santa antes de la afluencia árabe más reciente, hasta cierto punto también estén formados por edomitas.

Dios profetiza aún más contra Edom en Ezequiel 35-36. Advierte en el capítulo 35 que “el monte Seir”, la tierra de Edom, será juzgado y desolado debido a la codicia que sienten sus habitantes por las tierras de Israel y Judá (vv. 10-15).

Dios da una advertencia similar en el capítulo 36, versículo 5, y luego dice que pondrá fin a la vergüenza que su tierra ha sufrido y traerá de vuelta al pueblo de Israel para que este finalmente pueda aprovecharla plenamente.

Sorprendentemente, por medio de muchas profecías aprendemos que el regreso del pueblo judío hoy es solo un pequeño anticipo de un retorno mucho mayor de todo Israel a la Tierra Prometida bajo el reinado venidero del Mesías judío, Jesucristo.

Muchos se sorprenderán al saber que los árabes palestinos están ocupando gran parte de la tierra que Dios les dio a los ocupantes legítimos, el pueblo de Israel, para siempre. Pero tenga la seguridad de que él no permitirá que las cosas continúen indefinidamente como están. Todo sucederá tal como lo prometió.

Siga buscando su Palabra y los hechos claros de la historia para entender su mundo. ¡Y confíe en el plan de Dios, que finalmente lo arreglará todo! BN