Diez propósitos bíblicos del sábado
Una de las características distintivas de Dios es su capacidad para crear objetos con múltiples funciones. Tomemos como ejemplo un árbol. Este cumple varios roles diferentes: proporciona frutos o semillas para comer, sombra, madera para la construcción y hogar para los pájaros, y además contrarresta la erosión, fertiliza el suelo con sus hojas caídas, humedece el aire, absorbe dióxido de carbono, produce oxígeno, combate el viento y embellece el mundo.
Consideremos otra de las creaciones de Dios que no es tan tangible, pero que también tiene varios propósitos para beneficio de la humanidad. Esta creación, un período de tiempo recurrente, es el sábado que da fin a cada semana. Examinaremos diez de las razones que se encuentran en la Biblia por las cuales Dios creó el sábado en el séptimo día.
Al comienzo del Génesis, donde se describe el establecimiento del sábado, encontramos tres de esos propósitos indicados por Dios. Génesis 2:2-3 dice: “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación” (énfasis nuestro en todo este artículo a menos que se indique lo contrario).
Veamos con más detalle los propósitos del sábado mencionados aquí y en otras escrituras.
1. “Bendijo Dios el séptimo día” (Génesis 2:3)
El primer propósito es el hecho de que el sábado es un día bendecido por Dios: fue creado para ser una bendición. Y una bendición de Dios en la Biblia no es simplemente un buen deseo. Se refiere a milagros en nuestras vidas para mejorarlas, tanto física como espiritualmente.
Isaías 56:3-7 describe estas alegres promesas y bendiciones: “No permitan que los extranjeros que se comprometen con el Señor digan: El Señor nunca dejará que yo sea parte de su pueblo. Y no permitan que los eunucos digan: Soy un árbol seco, sin hijos y sin futuro. Pues esto dice el Señor: Bendeciré a los eunucos que guardan como santos mis días de descanso, que deciden hacer lo que a mí me agrada y me entregan su vida. Les daré –dentro de las paredes de mi casa– un recordatorio y un nombre, mucho más grande del que hijos o hijas pudieran darles. Pues el nombre que les doy es eterno, ¡nunca desaparecerá!
“También bendeciré a los extranjeros que se comprometan con el Señor, quienes lo sirvan y amen su nombre, quienes lo adoren y no profanen el día de descanso, y quienes se mantengan fieles a mi pacto. Los llevaré a mi monte santo de Jerusalén y los llenaré de alegría en mi casa de oración. Aceptaré sus ofrendas quemadas y sus sacrificios, porque mi templo será llamado casa de oración para todas las naciones” (Nueva Traducción Viviente).
Dios también promete grandes bendiciones ahora y en el futuro. Como Isaías 58:13-14 dice, “Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso del Eterno; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en el Eterno; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca del Eterno lo ha hablado”.
En referencia a estas bendiciones físicas y espirituales, The Bible Knowledge Commentary (Comentario del conocimiento bíblico) observa: “Al poner a Dios primero y no buscar hacer su voluntad, la persona tendría gozo, no solo en cuanto a la salvación espiritual (subir sobre las alturas) sino también en prosperidad (disfrutar de la herencia). Todo esto era seguro porque el Eterno lo ha hablado” (notas sobre Isaías 58:14, énfasis en el original).
2. “Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó” (Génesis 2:3)
El segundo propósito del sábado es su santificación, lo cual significa que es un día apartado por Dios para ser santo. Dios dice que es su día. Como dice en Levítico 19:3: “Respeten todos ustedes a su madre y a su padre, y observen mis sábados. Yo soy el Señor su Dios” (Nueva Versión Internacional).
Este principio está consagrado en el cuarto mandamiento: “Acuérdate del sábado, para consagrarlo. Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al Señor tu Dios. No hagas en ese día ningún trabajo . . . Acuérdate de que en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y que descansó el séptimo día. Por eso el Señor bendijo y consagró el día de reposo” (Éxodo 20:8-11, NVI).
Dios es la única fuente de santidad, y solo él puede consagrar algo. De la misma manera, solo Dios, no el hombre, puede abolir lo que ha consagrado anteriormente. Como Apocalipsis 15:4 dice: “¿Quién no te temerá, oh Señor? ¿Quién no glorificará tu nombre? Solo tú eres santo. Todas las naciones vendrán y te adorarán, porque han salido a la luz las obras de tu justicia” (NVI).
3. “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo . . . en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación” (Génesis 2:2-3)
El tercer propósito del sábado que se encuentra en Génesis es que es un día de reposo. Aquí se utiliza por primera vez la palabra hebrea shabath, que significa “reposo”. “Es de esta raíz [de shabath] de donde se origina el sustantivo para sábado, una palabra que designa el tiempo que se aparta para reposar” (Warren Baker y Eugene Carpenter, The Complete Word Study Dictionary: Old Testament [Diccionario completo de palabras: Antiguo Testamento], 2003, p. 1098).
Es un día de reposo para descansar de nuestros quehaceres. Como Dios explica en Éxodo 31:17, “Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo el Eterno los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó”.
De la misma manera, Dios desea que nosotros descansemos para recuperarnos de nuestra labor en ese día, ya que declara: “Seis días trabajarás, pero el día séptimo descansarán tus bueyes y tus asnos, y recobrarán sus fuerzas los esclavos nacidos en casa y los extranjeros” (Éxodo 23:12, NVI).
A lo largo de la Biblia se refuerza el concepto del sábado como el día santo de reposo y adoración a Dios. Por ejemplo, Jesucristo guardó los sábados de Dios. Como Lucas 4:16 nos dice: “Fue a Nazaret, donde se había criado, y un sábado entró en la sinagoga, como era su costumbre. Se levantó para hacer la lectura . . .” (NVI).
4. “Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel” (Éxodo 31:17)
Un cuarto propósito del sábado es que es una señal del pacto entre Dios y su pueblo. Es el único de los Diez Mandamientos que es destacado de esta manera, como una señal o marca.
Como Éxodo 31:16-17 dice: “Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel”.
La palabra hebrea oth, aquí traducida como “señal”, significa “una señal como una bandera, faro, monumento” (Strong’s Greek and Hebrew Dictionary [Diccionario griego y hebreo de Strong], No. H266). Tal como una bandera identifica a un pueblo, un faro llama la atención y un monumento señala un lugar, persona o evento especial, Dios estableció el sábado como una señal para identificar a su pueblo. Es también un pacto perpetuo o acuerdo de por vida de una relación entre Dios y la persona que guarda el sábado.
5. “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra . . . Porque en seis días hizo el Eterno los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay . . .” (Éxodo 20:8-11)
El quinto propósito del sábado es que nos recuerda que Dios es nuestro Creador y Hacedor. La palabra traducida para “hizo” aquí significa “diseñó” u “organizó”, ya que Dios reformó el mundo y sus alrededores en el curso de una semana. Esto fue después de haber creado todo inicialmente de la nada. Por lo tanto, el sábado es un monumento al impresionante poder de Dios que hizo posible la existencia de todo lo que vemos a nuestro alrededor, ¡incluyéndonos a nosotros mismos!
Mucha gente simplemente da por sentadas demasiadas cosas: la vida, el alimento, el agua, el aire, el calor, la luz, las estaciones, los animales, los pájaros, los árboles y las flores — cosas que nos mantienen con vida y nos deleitan. Como proclama el Salmo 92, un himno dedicado al sábado: “¡Cuán grandes son tus obras, oh Eterno! Muy profundos son tus pensamientos. El hombre necio no sabe, y el insensato no entiende esto” (vv. 5-6).
6. “Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que el Eterno tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual el Eterno tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo” (Deuteronomio 5:15)
El sexto propósito del sábado es la redención, o el pago del rescate de un esclavo. Este es un concepto bíblico clave que tiene que ver con la salvación física y espiritual. Por lo tanto, Dios no solo es nuestro Creador, sino también el redentor de la humanidad, ya que hace posible la salvación mediante el sacrificio de su Hijo para liberarnos de la esclavitud espiritual.
Él comenzó su plan de salvación con una nación, Israel, pero ha extendido esta redención a toda persona que responda a su llamado. Todas ellas pueden formar parte de la herencia de Abraham a través de la fe en Jesucristo y su sacrificio.
Como Pablo dijo, “porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa” (Gálatas 3:26-29). Debe destacarse que Jesús sanó a personas en el sábado, mostrando aún más que este es un día de liberación.
7. “Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es del Eterno en dondequiera que habitéis” (Levítico 23:3)
El séptimo propósito del sábado es que es un tiempo designado para reunirnos y adorar a Dios. Es interesante que él llama al sábado una de sus fiestas, “a las cuales convocaréis en sus tiempos” (Levítico 23:4).
La expresión “en sus tiempos” en hebreo significa hacer una cita para juntarse, tal como hoy en día tenemos “citas” con un doctor. Es importante notar que es Dios quien hace la cita y nos envía una invitación. Quien sea que responda a esta invitación se presentará a la cita. Y quien sea que la ignore, ¡ignora esta cita divina que Dios ha hecho para reunirse con nosotros!
8. “Las fiestas solemnes del Eterno, las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán estas: Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, santa convocación” (Levítico 23:2-3)
El octavo propósito del sábado es compartir con otros miembros del pueblo de Dios. El término “convocación” significa asamblea ordenada, por lo cual, cada vez que sea posible, debemos reunirnos en el sábado y no permanecer solos en ese día.
Hebreos 10:24-25 nos habla de la importancia de compartir cuando nos reunimos: “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”.
9. “Un sábado Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas . . .” (Lucas 13:10, NVI)
El noveno propósito del sábado es que recibamos instrucción de la Palabra de Dios. Por lo tanto, el sábado no solo es para compartir, sino también para adquirir entendimiento espiritual.
Al igual que Jesús, vemos también al apóstol Pablo enseñando en el sábado: “Después de esto, Pablo se marchó de Atenas y se fue a Corinto . . . Todos los sábados discutía en la sinagoga, tratando de persuadir a judíos y a griegos . . . Así que Pablo se quedó allí un año y medio, enseñando entre el pueblo la palabra de Dios” (Hechos 18:1, 4, 11, NVI). Suponiendo que Pablo continuó enseñando literalmente “todos los sábados” que estuvo allí, ¡quiere decir que Pablo enseñó durante más de ochenta sábados en Corinto!
10. Por tanto, queda todavía un reposo sabático para el pueblo de Dios” (Hebreos 4:9, Reina Valera Actualizada)
El décimo propósito del sábado es ser un recordatorio del glorioso futuro reposo y restauración de la Tierra.
En el libro de Hebreos, uno de los argumentos para que los hebreos cristianos se mantuvieran fieles en la Iglesia era el recordatorio del Reino de Dios venidero, el cual es representado por el sábado.
Como Hebreos 4:8-11 nos dice: “Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no se hablaría después de otro día. Por tanto, queda todavía un reposo sabático para el pueblo de Dios. El que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, así como Dios de las suyas. Hagamos, pues, todo esfuerzo para entrar en aquel reposo, no sea que alguien caiga en el mismo ejemplo de desobediencia” (RVA).
Por consiguiente, guardar el sábado apunta al futuro y no solo al pasado o al presente. Es un recordatorio del pasado ya que honramos a Dios por su creación. Nos recuerda en el presente que Dios es nuestro gran Redentor. Y señala al futuro porque anticipamos la venida del gobierno milenario del Reino de Dios en la Tierra, con Jesucristo como el Rey de reyes.
Así, vemos que Dios revela en las Escrituras al menos diez propósitos para el sábado. ¡Agradezcamos cada uno de ellos y utilicemos este maravilloso obsequio de Dios para los varios propósitos que él tenía en mente! BN