Cristianos que no celebran la Pascua Florida
¿Qué es lo que saben?
Cada año, entre los cristianos se genera gran expectativa y emoción ante la llegada de la Pascua Florida o de Resurrección. Las iglesias preparan elaborados programas de Pascua Florida que representan la muerte y resurrección de Jesucristo, y los padres se esmeran en colorear huevos de Pascua y esconderlos para que luego sus hijos los encuentren.
Esta época del año se caracteriza por las películas de televisión que presentan la Pascua Florida como una ocasión agradable de felicidad renovada. Los comerciales de televisión y el comercio en general también tienen mucho que ver con la Pascua Florida, pues ofrecen coloridas canastas de Pascua, disfraces y conejos de chocolate para celebrar este gran evento religioso.
Muchas iglesias anuncian servicios al aire libre al amanecer de la Pascua Florida, invitando a todas las personas. Si el clima es propicio, esta celebración tiene un realce especial por la posibilidad de ver salir el sol en el oriente.
Pero, ¿qué tienen que ver los conejos y los huevos de colores con la resurrección de Jesús?
Y si esta celebración es tan importante, ¿por qué Jesús no instruyó a sus apóstoles y a la Iglesia primitiva que la observaran? Los libros del Nuevo Testamento se escribieron a lo largo de décadas después de la muerte y resurrección de Jesucristo, ¡pero en ninguna parte vemos siquiera un indicio de algún tipo de celebración de la Pascua Florida!
Entonces, ¿de dónde provienen exactamente esta celebración y sus tradiciones? ¿Por qué cientos de millones de personas hoy celebran esta festividad?
¿Hay indicios en la Biblia sobre la popular Pascua Florida cristiana?
La Pascua Florida es considerada como la festividad religiosa más importante para el cristianismo moderno. “La fiesta de la Pascua Florida ha sido y sigue siendo considerada como la más grandiosa en la iglesia cristiana, ya que conmemora el evento más importante en la vida de su Fundador” (The International Standard Bible Encyclopedia [Enciclopedia bíblica internacional estándar], 1986, vol. 2, “Easter” [Pascua Florida]). Si uno considera su popularidad, no puede menos que concluir que indudablemente esta festividad debe encontrarse en la Palabra de Dios.
La confusión se debe en parte a que, al referirse al falso festival de la resurrección dominical, los primeros cristianos apóstatas usaron el término Pascha, o Pascua, con base en la Fiesta de siete días de los Panes sin Levadura inmediatamente después de la Pascua, que en conjunto también se denominaba Pascua. En los idiomas griego y romance, aún se le llama erróneamente Pascua al festival anual del domingo, mientras que en los idiomas germánicos se le dio el nombre de una tradición precristiana que en inglés se ha traducido como Easter, según aparece en la versión King James de la Biblia.
La gran mayoría de las versiones de la Biblia reconocen el error en la versión King James y traducen adecuadamente la palabra como “Pascua” en Hechos 12:4. Así que “no hay rastro de celebración de Pascua Florida en el [Nuevo Testamento]” (ibídem).
¿De dónde vino la Pascua Florida?
Si la Pascua Florida no aparece en la Biblia, ¿de dónde vino exactamente? Y más puntualmente, ¿qué significa el término Pascua Florida?
Es importante revisar fuentes confiables para comprender la verdadera historia de la celebración. Por ejemplo, The Encyclopaedia Britannica nos dice: “En la Pascua Florida, las costumbres populares reflejan muchos vestigios paganos antiguos, en este caso relacionados con los ritos de fertilidad de primavera, como los símbolos del huevo de Pascua y la liebre o conejo de Pascua” (15ª edición, Macropaedia, “Church Year” [Año de la Iglesia], vol. 4, p. 605).
En el antiguo Medio Oriente, la gente estaba mucho más conectada con la tierra y los ciclos de la naturaleza que en la actualidad, ya que dependían de la fertilidad y los cultivos del suelo para sobrevivir. La primavera, cuando todo renace luego del largo y riguroso invierno, era una estación muy esperada y apreciada.
Muchos pueblos celebraban la llegada de la primavera con celebraciones y la adoración a sus dioses y diosas, particularmente aquellos asociados con la fertilidad. Entre tales deidades estaban Baal y Astarté o Astoret, mencionadas y condenadas reiteradamente en la Biblia, cuyos cultos de adoración típicamente incluían sexo ritual para promover la fertilidad en todo el territorio.
Era natural que los pueblos del antiguo Medio Oriente incorporaran símbolos de fertilidad como huevos y conejos, que se reproducen copiosamente, en las celebraciones paganas a sus dioses. Como señala The Encyclopaedia Britannica, los huevos de Pascua y el conejo de Pascua son simplemente una continuación de estos antiguos ritos de fertilidad primaverales.
La obra The Two Babylons (Las dos Babilonias) fue escrita por el clérigo protestante escocés del siglo xix Alexander Hislop, quien aún es considerado una autoridad indiscutible sobre las costumbres paganas que persisten en las prácticas religiosas actuales.
Con respecto a la Pascua Florida, escribió: “¿Qué significa en sí mismo el término Easter [en español, Eástre, o Pascua Florida]? No es un nombre cristiano. Lleva indeleblemente impreso su origen caldeo. La Pascua Florida no es otra cosa que Astarté, uno de los títulos de Beltis, la reina del cielo, cuyo nombre, como lo pronunciaba el pueblo de Nínive, era evidentemente idéntico al que ahora se usa comúnmente . . . Ese nombre, tal como lo encontró [el arqueólogo Sir Austen Henry] Layard en los monumentos asirios, es Ishtar” (1959, p. 103).
El nombre Pascua Florida, entonces, no proviene de la Biblia. En cambio, tiene raíces que se remontan a la antigua diosa mesopotámica precristiana Ishtar, conocida en la Biblia como Astarté o Astoret.
Antiguas celebraciones de resurrección
¿En qué consistía la adoración de esta diosa, Ishtar? “Los templos de Ishtar tenían muchas sacerdotisas, o prostitutas sagradas, que simbólicamente representaban los ritos de fertilidad del ciclo de la naturaleza. Ishtar ha sido identificada con la Astarté fenicia, la Astoret semítica y la Inanna sumeria. También existen fuertes similitudes entre Ishtar y la Isis egipcia, la Afrodita griega y la Venus romana.
“Ishtar se asociaba al joven dios Tamuz [que se cita en Ezequiel 8:14], considerado divino y mortal . . . En la mitología babilónica, Tamuz moría y renacía año tras año, representando el ciclo anual de las estaciones y los cultivos. Esta creencia pagana se identificó más tarde con los dioses paganos Baal y Anat en Canaán” (Nelson’s Illustrated Bible Dictionary, “Gods, Pagan” [Diccionario Bíblico Ilustrado de Nelson, Dioses, Paganos], 1995, p. 509).
Alan Watts, un experto en religión comparativa, escribió: “Sería tedioso describir en detalle todo lo que se nos ha traspasado sobre los diversos ritos de Tamuz . . . y muchos otros . . . Pero su tema universal, el drama de la muerte y la resurrección, los convierte en los precursores de la Pascua Florida cristiana y, por lo tanto, de los primeros “servicios de Pascua”. A medida que describamos la observancia cristiana de la Pascua Florida, veremos cuántas de sus costumbres y ceremonias se parecen a estos antiguos ritos” (Easter: Its Story and Meaning [Pascua Florida: Su historia y significado], 1950, p. 58).
Watts continúa explicando cómo las prácticas de ayunar durante la Cuaresma, erigir una imagen de la deidad en el santuario del templo, cantar himnos de luto, encender velas y realizar servicios nocturnos antes de la mañana de Pascua de Resurrección, se originan en antiguas prácticas idólatras (pp. 59-62).
Otro autor, Sir James Frazer (1854-1941), a quien se le confirió el título de caballero por su aporte a nuestra comprensión de las religiones antiguas, describe la culminación de la antigua adoración idólatra de esta manera: “La tristeza de los adoradores se convertía en gozo . . . la tumba se abría, el dios se levantaba de entre los muertos, y cuando el sacerdote tocaba los labios de los llorosos acongojados con el bálsamo, les musitaba suavemente en los oídos la alegre nueva de salvación.
“La resurrección del dios era saludada por sus discípulos como una promesa de que ellos también saldrían triunfantes de la corrupción de la tumba. En la mañana . . . se celebraba la resurrección divina con una desenfrenada explosión de alegría. En Roma, y probablemente en otras partes, la celebración tomaba la forma de un carnaval” (The Golden Bough [La rama dorada], 1993, p. 350).
Una celebración moderna con raíces idólatras antiguas
En variadas formas, la adoración de este dios bajo los nombres de Tamuz, Adonis y Atis, entre otros, se extendió desde los confines del Imperio romano hasta la propia Roma. Ahí tuvo lugar un desarrollo verdaderamente notable: los primeros líderes de la Iglesia católica fusionaron las costumbres y prácticas asociadas con este antiguo dios “resucitado” y las celebraciones de la fertilidad de primavera, y las adaptaron al Hijo de Dios resucitado.
Las prácticas de las antiguas celebraciones de fertilidad y resurrección no fueron las únicas modernizadas en una nueva celebración “cristiana”, pero se encuentran entre las más evidentes. Después de todo, muchos historiadores admiten sin ambages el origen del nombre Pascua Florida y el antiguo simbolismo de la fertilidad de los conejos y los huevos decorados (como uno mismo puede verificar en casi cualquier enciclopedia).
Frazer comenta: “Cuando reflexionamos sobre la frecuencia con que la Iglesia ha trabajado hábilmente para plantar las semillas de la nueva fe a partir del antiguo repertorio pagano, podemos suponer que la celebración de la Pascua Florida como recordatorio de la muerte y resurrección de Cristo fue inspirada en una celebración similar de la muerte y resurrección de Adonis” (p. 345).
Frazer además señala que el intento de la Iglesia católica de atraer paganos sin obligarlos a abandonar sus celebraciones idólatras “pudo haber llevado a las autoridades eclesiásticas a asimilar el festival de la Pascua Florida y la muerte y resurrección de su Señor con el festival de la muerte y resurrección de otro dios asiático [del Medio Oriente] que ocurrió en la misma estación . . . La Iglesia pudo haber adaptado conscientemente el nuevo festival [la Pascua Florida] a su precursor pagano con la intención de ganar almas para Cristo” (p. 359).
Es sorprendente que la celebración de la Pascua Florida finalmente no se impusiera hasta el año 325 d. C., ¡casi 300 años después de la muerte y resurrección de Jesucristo!
Como explica el Catecismo de la Iglesia Católica en la sección titulada “Año litúrgico”: “En el concilio de Nicea (325), todas las Iglesias acordaron la celebración de la Pascua cristiana [Pascua Florida] el domingo siguiente al plenilunio . . . después del equinoccio de primavera” (1995, p. 332).
Hasta ese entonces, muchos creyentes habían seguido conmemorando la muerte de Jesús conforme a la Pascua bíblica, tal como él y sus apóstoles habían enseñado (Lucas 22:19-20; 1 Corintios 11:23-26). Ahora, sin embargo, con el respaldo y poderío del Imperio romano, la Iglesia católica impuso su predilección por el Domingo de Resurrección. Aquellos que deseaban seguir observando la Pascua bíblica tuvieron que pasar a la clandestinidad para evitar la persecución.
¿Celebraría Jesucristo la Pascua Florida?
La evidencia del Nuevo Testamento es clara: los miembros fieles de la Iglesia primitiva continuaron observando todo lo que los apóstoles enseñaron según las instrucciones de Jesucristo. El registro histórico es igualmente claro: en siglos posteriores se introdujeron nuevas costumbres, prácticas y doctrinas que eran bastante extrañas para los cristianos originales, formando un nuevo “cristianismo” que apenas hubieran podido reconocer.
Entonces, una pregunta básica es: ¿Debería un cristiano seguir lo que Jesús enseñó o lo que posteriormente enseñaron los maestros religiosos?
Siempre es una buena idea preguntarse: ¿Qué haría Jesús?
Si Jesús estuviera entre nosotros hoy, ¿celebraría la Pascua Florida? La respuesta clara es no. Él no cambia. “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre”, como nos dice Hebreos 13:8 (énfasis nuestro en todo este artículo). Jesús nunca observó la Pascua Florida, nunca la autorizó y nunca les dijo a sus apóstoles que la celebraran, y ellos tampoco la enseñaron a la Iglesia.
Hoy, Jesús observaría la Pascua bíblica y los Días de Panes sin Levadura como están en las Escrituras y como él los celebró y enseñó (Juan 13:15-17; 1 Corintios 5:7-8). De hecho, él específicamente dijo que anhelaba observarla con sus verdaderos seguidores “en el reino de mi Padre”, a su regreso (Mateo 26:26-29).
Las fiestas de la Pascua y de Panes sin Levadura tienen un profundo significado para los verdaderos discípulos de Cristo. Estos festivales revelan aspectos del plan de Dios para la salvación de la humanidad, conmemorando el hecho de que Jesús murió por nosotros y vive en nosotros y por nosotros (1 Corintios 11:26; Gálatas 2:20; Colosenses 3:3-4).
¿Debe usted observar la Pascua Florida?
Para ser un verdadero discípulo de Cristo Jesús, uno debe examinar cuidadosamente si sus creencias están de acuerdo o no con la Biblia. Dios no admite que simplemente creamos que él aprueba o acepta celebraciones no bíblicas, independientemente de que las motivaciones sean correctas.
El hecho es que Dios dice: “No aprendan las mañas de los paganos”, quienes no conocen la verdad de Dios (Jeremías 10:2, La Palabra [Hispanoamérica][BLPH]).
Su Palabra nos da instrucciones explícitas con respecto a adorarlo con prácticas adoptadas de la idolatría pagana: “No preguntes acerca de sus dioses, diciendo: De la manera que servían aquellas naciones a sus dioses, yo también les serviré. “No harás así al Eterno tu Dios; porque toda cosa abominable que el Eterno aborrece, hicieron ellos a sus dioses . . . Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando, no añadirás a ello, ni de ello quitarás” (Deuteronomio 12:30-32).
Hoy Jesucristo les ordena a todos que abandonen las tradiciones que provienen de la religión falsa: “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” (Hechos 17:30; compárese con Mateo 15:3).
¿Aceptará usted las instrucciones de salvación de Cristo para que Dios pueda bendecirlo? Él dijo: “Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará” (Juan 12:26).
Dios quiere que usted y yo obedezcamos su Palabra, que da vida. Cuando obedecemos, podemos servir a Cristo como sus embajadores en la Tierra. No ha habido una mejor invitación sobre la Tierra en ninguna época de la historia. ¡Para su felicidad y seguridad duraderas, busque ahora a Dios y su camino abundante y perfecto!
Lo que algunos cristianos saben y por qué no observan la Pascua Florida
Sorprende que miles de cristianos no celebren la Pascua Florida, aunque crean firmemente en Jesucristo, su sacrificio y su resurrección. ¿Por qué no la celebran? A continuación, lo expresan con sus propias palabras:
Un gerente de oficina escribió: “No observo la Pascua Florida porque no tiene nada que ver con Cristo, su sacrificio o la Biblia. Se origina en celebraciones y rituales paganos que Dios nos ordena no imitar: ‘No aprendan las mañas de los paganos’ (Jeremías 10:2, BLPH). Dios no quiere que aprendamos lo que hacen los paganos para que no comencemos a hacer lo mismo que ellos. ¿Qué tienen que ver el conejito de Pascua y los huevos de colores con Cristo, su muerte por los pecados del mundo y su resurrección al tercer día? Absolutamente nada. El cristianismo ha adoptado festivales paganos y los ha cristianizado, y al hacerlo, ha desobedecido a Dios” —A. H., Australia
Un director de escuela secundaria explica así las razones por las que no celebra la Pascua Florida: “Mi esposa y yo, hace muchos años descubrimos que la Pascua Florida es una costumbre pagana y que no tiene nada que ver con la muerte y resurrección de Jesucristo. Esa Pascua nunca fue observada por la Iglesia primitiva del Nuevo Testamento. Cuando descubrimos su origen pagano, dejamos de celebrarla.
“El conejito de Pascua, los huevos de Pascua, el desfile de Pascua y todas las prácticas de esta fiesta no están en la Biblia y no deben celebrarse. Sin embargo, creemos en la Pascua del Nuevo Testamento, según la observaba la Iglesia del Nuevo Testamento, y la explicó el apóstol Pablo en 1 Corintios 11; asimismo creemos en la resurrección de Jesucristo”—D. S., California
Una editora expresó así sus sentimientos acerca de la Pascua Florida: “Como esposa y madre, no observo la Pascua Florida porque me doy cuenta de que vestirme a la última moda para el servicio del Domingo de Pascua, a veces incluyendo un sombrero, para mí y para mis hijos no tiene absolutamente nada que ver con la muerte y resurrección de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. De hecho, parece una burla de esos hechos.
“Además, fomentar que los niños escondan y busquen huevos de colores y rellenar conejitos no es instruirlos en los principios adecuados que Dios espera que vivan. Hay muchos principios divinos maravillosos que cumplen ese propósito. No deseo confundirlos ni engañarlos” —M. A., Texas.
Un profesor universitario da varias razones por las cuales no se debe celebrar la Pascua Florida: “La única vez que se menciona el término Pascua Florida en la Biblia, es una traducción errónea [en la versión King James, en inglés] de la Pascua ordenada por Dios (Hechos 12:4). El término Pascua Florida no aparece en ningún otro lugar de la Biblia. Su observancia no se ordena en ninguna parte de la Biblia, sin embargo, se ordena e instruye que se guarden muchos otros días.
“Los eventos que rodearon la resurrección de Cristo no evidencian que él resucitara al amanecer del domingo, ni siquiera cercanamente. Por ejemplo, Juan indica que cuando María Magdalena llegó a la tumba, todavía estaba oscuro: Cristo ya había resucitado. La etimología del término Pascua Florida se remonta a un falso dios de la fertilidad y no a la Biblia”—P. A., Georgia.
Jesús nunca observó la Pascua Florida, nunca la autorizó y nunca les dijo a sus apóstoles que la celebraran. Ellos tampoco la enseñaron a la Iglesia.
Un hombre de negocios explica las razones por las cuales no participa en la celebración de Pascua Florida: “En primer lugar, la festividad o celebración de esa Pascua por la comunidad cristiana del mundo no es un evento, una conmemoración o un servicio de adoración que se encuentre en alguna parte de la Biblia. De hecho, el significado de la Pascua Florida es en realidad el nombre de una antigua diosa pagana que tiene raíces en los tiempos de la antigua Babilonia antes del nacimiento de Cristo.
“En segundo lugar, no hay enseñanza en el Nuevo Testamento, ni de Cristo ni de sus apóstoles, acerca de la Pascua Florida ni de ningún detalle relacionado. La práctica y observancia de la Pascua Florida llegó a la Iglesia de Roma mucho después de que todos los apóstoles habían muerto y la Iglesia que Cristo estableció se había dispersado.
“En tercer lugar, si Cristo hubiera querido que observáramos y honráramos su resurrección con la Pascua Florida, ¿por qué no dejó instrucciones específicas a sus discípulos y líderes de la Iglesia? No hay ninguna enseñanza en ninguna parte del Nuevo Testamento de observar su resurrección. No hay ordenanza o indicio de festivales o ceremonias.
“Sin embargo, hay muchas instrucciones y ejemplos de Cristo que nos enseñan a honrar, recordar y observar su muerte en lo que llamamos la Pascua. En la Biblia hay evidencia clara de que Cristo es la Pascua y símbolo de esta celebración. Después que Cristo murió los apóstoles y la Iglesia del Nuevo Testamento continuaron la celebración de la Pascua, no la Pascua Florida”—J. B., Carolina del Norte.
El tiempo que Jesús estuvo en la tumba prueba que era el Mesías
Jesucristo dio una señal para probar con su resurrección que era nuestro Salvador: el tiempo que pasaría en la tumba.
Jesús dijo: “Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mateo 12:40).
“Y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches” (Jonás 1:17). Así que la duración de la experiencia de Jonás fue la misma que la de Jesús en la tumba. Jesús dijo que este período de tiempo sería una prueba de que él es nuestro Salvador viviente.
Si quiere probar que la Pascua representa la resurrección de Jesús de entre los muertos, todo lo que debe hacer es contar correctamente. De acuerdo al cálculo tradicional de una crucifixión el Viernes Santo al final de la tarde, hasta la resurrección el Domingo de Pascua por la mañana, en el mejor de los casos solo alcanzaría para un día completo, dos pequeñas partes de día y dos noches. Sin embargo, Jesús dijo que la prueba de que él era el Mesías es que estaría en la tumba o sepulcro tres días y tres noches.
Obviamente, hay algo mal con el conteo tradicional de Viernes Santo a Domingo de Pascua. ¿Dónde queda la tercera noche? Simplemente no encaja, no importa cómo se cuente.
Una clave para contar este tiempo correctamente se encuentra en una traducción adecuada de Mateo 28:1. La versión de Ferrar Fenton en inglés traduce exactamente este versículo: “Después de los sábados [plural], cerca del amanecer del día siguiente a los sábados [plural], María, la Magdalena y la otra María, vinieron a examinar la tumba”.
De hecho, hubo dos sábados esa semana en particular. Al examinar toda la información, vemos que Jesús murió a mediados de la semana, un miércoles por la tarde, y fue puesto en la tumba hacia el atardecer (Juan 19:31-42). Tuvo que haber sido puesto en la tumba al atardecer porque la noche y el día siguiente eran santos (versículo 31), el primer día de la Fiesta de los Panes sin Levadura (Levítico 23:4-7), un día de reposo santo que podía caer en cualquier día de la semana.
Luego vino el viernes, un día de trabajo normal, y enseguida la noche del viernes y la parte diurna del sábado, equivalentes al sábado semanal de Dios. Ferrar Fenton acierta al traducir la palabra griega sabbaton en Mateo 28:1 como sábados.
Una vez que entendemos que hubo dos días de reposo diferentes, queda claro que Jesús estuvo realmente tres días y tres noches en la tumba, cumpliendo la única señal que dio para confirmar que era el Mesías. Desde el atardecer del miércoles hasta el atardecer del jueves se completan la primera noche y primer día; desde el atardecer del jueves hasta el atardecer del viernes se completan la segunda noche y segundo día; y del atardecer del viernes al atardecer del sábado, concluyendo el reposo semanal, se completan la tercera noche y el tercer día, es decir, tres días y tres noches, tal como él dijo.
Los tres días y tres noches profetizados también son la clave más importante para reconocer el hecho de que Jesús resucitó al final del sábado semanal y no el domingo por la mañana.
Juan 20:1 nos dice: “El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro”. Encontró la tumba ya vacía, y el ángel le dijo a María que Jesús ya había resucitado (Mateo 28:6).
Esto significa que resucitó antes de despuntar el domingo, lo que nos lleva al momento real de resurrección, al final del sábado semanal, al atardecer ese sábado. Al comparar y comprender correctamente los relatos de los evangelios, queda claro que Jesús no pudo haber resucitado al amanecer de Pascua de Resurrección. El tiempo que Jesús estuvo en la tumba, la misma cantidad de tiempo que Jonás estuvo en el vientre de un gran pez, demuestra que Jesús era el Mesías. BN