Cómo hablar con sus hijos sobre los aterradores acontecimientos mundiales
Como padres, tenemos un deseo innato de proteger a nuestros hijos y resguardarlos de cualquier cosa desagradable. Preferiríamos que no tuvieran que enterarse del último tiroteo en una escuela, las predicciones de escasez de alimentos, las amenazas de guerra nuclear o qué enfermedad mortal está empezando a propagarse. Pero la verdad es que estamos viviendo tiempos peligrosos y los problemas del mundo parecen aumentar cada día.
Y por si todo esto fuera poco, estamos en la era digital. Cuando ocurre alguna tragedia en cualquier parte del mundo, los medios de comunicación nos bombardean con todos los detalles sangrientos. Tanto niños como adultos están expuestos a un flujo constante de noticias, a menudo sensacionalistas, las 24 horas del día. Es casi imposible no verse expuesto a estas historias.
Este tipo de cobertura informativa tan intensa puede dejar a los adultos afligidos, deprimidos, ansiosos y abrumados, pero para los niños es aún más duro.
“Los niños pueden quedar muy traumatizados por las noticias”, dice el doctor Scott Poland, profesor de psicología de la Universidad Nova Southeastern [EE. UU.] y experto en situaciones de crisis. “Puede que no sean capaces de poner las cosas en perspectiva. Puede que se preocupen por su propia seguridad, aunque la tragedia haya ocurrido lejos. Si lo que sale en las noticias es solo una especulación sobre algo malo que podría ocurrir, no siempre saben que son solo conjeturas”.
Él aconseja a los padres que entablen un diálogo con sus hijos cada vez que los medios de comunicación transmitan noticias de una nueva tragedia: “No espere a que sus hijos le planteen sus preocupaciones, ni suponga que no les interesa el tema o que no saben lo que ha pasado. De cualquier modo se van a enterar, y sus miedos no desaparecerán por el solo hecho de ignorar la realidad de la situación”.
Es necesario que se ponga en contacto con sus hijos para aclarar cualquier idea errónea o desinformación que puedan tener y así, quizá, disipar sus ansiedades. No tiene por qué ser una conversación larga; incluso una simple charla de unos minutos puede ayudarles a sentirse más tranquilos y seguros.
Puede ser difícil saber exactamente lo que debe decir a sus hijos, pero incluso algo que no sea tan perfecto es mejor que ignorar el tema. Las siguientes sugerencias pueden serle útiles:
Controle sus propias emociones
Antes de hablar con sus hijos, asegúrese de estar tranquilo. “Sus hijos se fijarán en usted para saber cómo reaccionar ante los acontecimientos trágicos”, dice el Dr. Poland. “Si usted parece demasiado alterado o histérico, absorberán esas emociones y responderán de la misma manera”. Añade que no hay problema con que sus hijos lo vean triste o llorando, siempre que sea capaz de controlar sus emociones.
Si sus hijos están con usted al enterarse de algún suceso preocupante, guarde su compostura aunque se sienta angustiado. No podrá ayudarles si se derrumba por completo.
Anímelos a hablar de sus preocupaciones
Abra la conversación con sus hijos haciéndoles algunas preguntas para saber qué han oído acerca del incidente y cómo se sienten al respecto. Por ejemplo, puede decirles: “Seguramente has oído las tristes noticias de hoy. ¿Qué dicen tus amigos sobre lo que pasó?” Si usted y sus hijos están viendo las noticias juntos, podría preguntarles: “¿Cómo te sientes al respecto?”
Permita que sus hijos expresen sus perspectivas y preocupaciones, y escuche atentamente lo que dicen. Asegúrese de preguntarles si tienen alguna duda. Esto le ayudará a saber qué cosa es lo que les preocupa para poder abordar mejor sus temores.
Proporcione detalles de acuerdo con la edad
Responda a las preguntas de sus hijos de forma abierta y sincera, teniendo en cuenta su edad y nivel de madurez. “No hay que abrumar a los niños con demasiados detalles o información que no puedan manejar desde el punto de vista de su desarrollo”, advierte el Dr. Poland. Si se trata de adolescentes, tal vez quieran saber por qué sucedió algo y sus posibles ramificaciones para la comunidad o la nación.
Intente corregir cualquier percepción falsa o exagerada, y llene los vacíos de información. A menudo, cuando conocen los hechos se sienten mejor. Es necesario que se eduque de antemano sobre el tema para poder ofrecer información precisa. Si no sabe cómo responder a algunas preguntas, o si la situación parece complicada y todavía está tratando de entender lo sucedido, admítalo. La mayoría de los niños aprecian la sinceridad.
Explíqueles que “noticia” no siempre es sinónimo de “verdad”
Los adolescentes, en particular, suelen obtener la mayor parte de sus “noticias” de las redes sociales, que tienden a difundir muchas medias verdades, afirmaciones sin fundamento, puntos de vista exagerados y opiniones presentadas como hechos. Mucho de lo que ven los niños y jóvenes es contradictorio o confuso, lo que aumenta su angustia por el tema. Y los medios de comunicación no son mucho mejores, ya que a menudo solo cubren los acontecimientos más aterradores o los detalles que promueven un punto de vista particular.
Nada de esto debe sorprendernos, ya que Satanás ciertamente influye en lo que aparece en los medios de comunicación. Efesios 2:2 se refiere a él como “príncipe de la potestad del aire”. En Apocalipsis 12:9 se le describe como “el [que] engaña al mundo entero”. Satanás hará todo lo que pueda para mantener a la humanidad confundida y atemorizada.
Hable de esto con sus hijos. Dígales que no debemos creer todo lo que se presenta en los medios de comunicación. Explíqueles que cualquiera puede publicar “información” en línea en un blog o en las redes sociales, aunque no esté bien documentada o no sea objetiva. Haga hincapié en que el objetivo de muchos medios de comunicación ya no es el de informar objetivamente al público sino de generar miedo, hacer propaganda política y crear sus propias “verdades”. Esto puede evitar que los niños sean víctimas de la manipulación y también ayudarles a mantener los pies en la tierra.
Exhórtelos a buscar la protección de Dios
Más que nada, sus hijos quieren que se les asegure que están a salvo. Asegúreles que Dios está al tanto de los peligros que enfrentamos hoy en día y que promete protegernos si acudimos a él.
Brad, padre de dos preadolescentes, dice: “Mis hijos saben que haré todo lo posible para mantenerlos a salvo. Saben que tenemos policías y bomberos en la comunidad; pero los seres humanos no pueden hacer mucho. Siempre les recuerdo que, en última instancia, Dios es el único en quien realmente podemos confiar para protegernos”.
La Biblia está llena de promesas de protección de Dios. Lea a sus hijos algunos de estos versículos y hable de su significado. Deuteronomio 31:6, Josué 1:9, Salmos 46 y 91, Isaías 41:10 y 2 Tesalonicenses 3:3 son algunos buenos pasajes para empezar.
Durante su conversación, sugiérales que oren con usted. Pídale a Dios que mantenga a su familia a salvo y que envíe consuelo y ayuda a los afectados por la crisis. Esto refuerza la lección de que Dios es nuestro protector y que quiere que acudamos a él.
Muéstreles “el panorama general” de Dios
La información más importante que debe entregarle a sus hijos es que Jesucristo volverá para establecer el Reino de Dios y poner fin al trauma y al sufrimiento que vemos en el mundo actual. Incluso los niños pequeños pueden comprender este concepto básico y sentirse animados por él.
Dependiendo de la edad y el nivel de madurez de su hijo, usted podría hacer lo que hace Mike, padre de tres adolescentes: “Trato de hablar con mis hijos cada vez que hay una noticia importante que pueda relacionarse con la profecía bíblica, y procuro ayudarles a entender por qué están sucediendo estas cosas y lo que según lo profetizado ocurrirá antes del regreso de Cristo. No quiero que se alarmen cuando se enteren de todas las cosas aterradoras que están sucediendo”.
La Biblia nos proporciona las respuestas que faltan en la mayoría de los programas de noticias: por qué vemos tanto dolor y destrucción en el mundo y cómo se resolverán estos problemas. Es una información vital que debemos entregarles a nuestros hijos. El “panorama general” de Dios debe estar en primer plano en sus mentes, y también en las nuestras. Esa es la única manera de cultivar una perspectiva verdaderamente pacífica, positiva y esperanzadora. BN