Los cristianos y la oración de intercesión

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Los cristianos y la oración de intercesión

La oración de intercesión es un requerimiento a Dios por otros y es una característica de un verdadero cristiano. La Biblia tiene muchos ejemplos de personas que oraron por otros, siendo Jesucristo el ejemplo supremo. Él oró, incluso por aquellos que le crucificaron, diciendo: “Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34)

En sus epístolas, el apóstol Pablo menciona consistentemente las oraciones por sus hermanos. Él escribió a los Filipenses, “siempre en todas mis oraciones, rogando con gozo por todos vosotros” (Filipenses 1:4). En otra instancia les dice a los colosenses que él y sus acompañantes “no cesaban de orar por vosotros” (Colosenses 1:9). Así como él oró por otros, Pablo pidió a otros que oraran por él y sus colaboradores. Él escribió a los Tesalonicenses, “Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada… “(2 Tesalonicenses 3:1).

Pablo es un gran ejemplo de un verdadero cristiano que tiene en mente las necesidades de sus hermanos. Su principal preocupación consistía en su bienestar espiritual y su permanencia en la fe. Jesucristo debió orar así por sus hermanos. Siempre hay oportunidad de orar por la salud y las necesidades de otros. El apóstol Santiago escribió sobre esto cuando pidió a los cristianos que “oraran unos por los otros para que fueran sanados” (Santiago 5:16).

Los cristianos debemos ser “la luz del mundo” (Mateo 5:14); también deberíamos orar con esperanza por la salvación del mundo. Así oraba Daniel por su nación, pidiendo a Dios el perdón de sus pecados que había sido la causa de la captividad a Babilonia. El capítulo 9 de Daniel registra sus remarcables oraciones. Daniel inclinaba su rostro a Dios solicitando mediante oraciones y súplicas, (Daniel 9:3). Él le suplicaba a Dios diciendo: “Oh Señor, conforme a todos tus actos de justicia apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusalén.” (Daniel 9:16)

De la misma manera, Moisés rogaba a Dios por la nación de Israel diciendo: “Perdona ahora la iniquidad de este pueblo,” (Números 14:19). También Pablo exhortaba mediante súplicas y oraciones de intercesión, dando gracias,” (1 Timoteo 2:1).

Todos estos ejemplos bíblicos de gente haciendo oraciones de intercesión, rogando a dios por otros, demuestra el papel de un mediador. Esto refleja el trabajo de Jesucristo como “Mediador entre Dios y los hombres” (1 Timoteo 2:5). Siglos antes del Ministerio de Jesucristo, Isaías profetizó de él derramando su alma hasta la muerte” y siendo “nombrado entre los transgresores” por quienes “hizo intercesión” (Isaías 53:12). En sí, él murió por nuestra causa y ahora, como Cristo resucitado, “siempre está intercediendo” por nosotros. (Hebreos 7:25). Él ha entrado “en los cielos apareciendo ante la presencia de Dios por nosotros” (Hebreos 9:24)

Hay muchos ejemplos bíblicos que nos muestran que debemos hacer oraciones de intercesión. Como cristianos, hemos sido llamados a “ser imitadores de Dios” (Efesios 5:1). Por lo tanto, así como Jesucristo intercede por nosotros ante Dios, nosotros también debemos interceder ante Dios por otros. Así que, practicar la oración de intercesión es definitivamente una característica de un verdadero cristiano.