¿De dónde se originó el Día de San Valentín? ¿Está mal que un cristiano lo celebre?

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¿De dónde se originó el Día de San Valentín? ¿Está mal que un cristiano lo celebre?

El antiguo festival romano Lupercalia, un ritual anual de tres días que se creía alejaba a los malos espíritus y aumentaba la fertilidad, era celebrado del 13 al 15 de febrero.

Lupercalia (también conocida como Februatio, de donde obtenemos el nombre del mes de Febrero) era popular entre muchos de los nuevos conversos de la Iglesia Católica aceleradamente expandida, y como lo explica el texto Celebrations: The Complete Book of American Holidays (Celebraciones: El libro completo de los días festivos americanos), "En todos los lugares donde el cristiano (convencional) llegaba al poder inmediatamente adecuaban las fiestas y costumbres de la gente de su propio credo" (Robert J. Myers y los editores de Tarjetas Hallmark, 1972, pp. 50-51).

Esa fue su forma de proceder con este festival de Lupercalia. Mientras que el Papa Gelasio condenó oficialmente esta festividad pagana romana y prohibió su celebración a finales del siglo V, muchas de las prácticas que acompañaban a tal conmemoración aparecieron rápidamente en un nuevo día festivo añadido por él mismo a la lista oficial de días festivos de la iglesia en el año 496 a. C., conocido como el Día de San Valentín.

Pronto, la gente ya no buscaba la obtención de la fertilidad por medio de la flagelación con tiras de piel de animal llamadas februa. En su lugar, se enfocaron en San Valentín, el santo patrón de los "novios y de todo aquel que desee casarse" (Celebraciones, pp. 48-49), cuya identidad real es aún más oscura que cualquier otra vinculación con el romance.

Lo que equivalía a una nueva y reformada Lupercalia, luego tomó fuerza, adaptándose gradualmente al Día de San Valentín que hoy conocemos, el cual incluyó además elementos como las tarjetas del día de los enamorados y cupido, el dios romano del amor erótico.

La amistad y el envío de tarjetas son cosas maravillosas, y Dios no se opone al romance en el tiempo apropiado y de manera correcta. Pero, ¿corrompe la historia religiosa pagana del día de San Valentín las prácticas modernas? ¿Qué dice Dios acerca de la celebración de las tradiciones paganas, ya sea con un nuevo nombre o no?

“Cuando el Señor tu Dios vaya delante de ti y destruya a las naciones, y tú las expulses y te apoderes de su tierra… no preguntes acerca de sus dioses diciendo: “¿De qué manera rinden culto estas naciones a sus dioses? Yo quiero hacer lo mismo”. Tú no adorarás al Señor tu Dios de la manera que las otras naciones rinden culto a sus dioses… Por lo tanto, asegúrate de obedecer todos los mandatos que te doy. No les agregues ni les quites nada” (Deuteronomio 12:29-32, NTV).

Aunque las prácticas de Lupercalia han sido reacondicionadas y revestidas con el nombre del Día de San Valentín, estos versículos indican que siguen siendo tan detestables como siempre lo han sido a los ojos de nuestro Creador. En lugar de días y prácticas paganas, nuestra atención debe centrarse en los Días Santos de Dios señalados en la Biblia, donde nos dirige hacia su increíble e incomparable plan para toda la humanidad.