¿Cuál es la diferencia entre diezmos y ofrendas?

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¿Cuál es la diferencia entre diezmos y ofrendas?

La palabra "diezmo" literalmente significa "un décimo". En la práctica, dar los diezmos a Dios significa dar exactamente el diez por ciento de los ingresos, los cuales deben ser dados de manera continua a medida que se reciban dichos ingresos.

Las ofrendas son un mandato adicional de Dios, con dos diferencias importantes con respecto a los diezmos: la cantidad y la frecuencia. Las ofrendas deben darse en los días santos de Dios, esto es, sus convocaciones anuales, en una cantidad determinada por el creyente.

La ley del diezmo de Dios se nos revela a través de sus mandamientos al antiguo Israel. Debido a que la economía israelita giraba en torno al ciclo agrícola, se les explicó y se les reveló el diezmo en esos términos. Como las cosechas se recolectaban en varias etapas durante la primavera, el verano y el otoño, una décima parte de cada producido se reservaba para ser entregada a Dios (Levítico 27:30). Asimismo, como los animales nacían durante todo el año, el décimo en nacer era dejado de lado como diezmo “santo para el Señor” (Levítico 27:32).

En otras palabras, el diezmo se apartaba a medida que se recibían los ingresos, y la cantidad fue determinada explícitamente por Dios. Por lo tanto, en los tiempos modernos, es mejor diezmar a medida que se reciben ingresos, reservando la décima parte de cada cheque de pago y donarlo regularmente.

La cantidad de una ofrenda no es ordenada por Dios, sino que es determinada por el adorador, "como puede, de acuerdo con la bendición de El Eterno tu Dios que te ha dado" (Deuteronomio 16:17). Esto requiere que cada persona examine cómo ha sido bendecida por Dios y decida por sí misma cuánto debe dar como ofrenda para mostrar gracias a Dios por su bendición.

A diferencia de los diezmos, se ordena que las ofrendas se entreguen en momentos determinados como un componente de la adoración en los días santos de Dios durante todo el año. Dios ordenó que se llevaran ofrendas durante cada una de las temporadas de su festival, y que "no nos presentaremos ante el Señor con las manos vacías" (Deuteronomio 16:16). Por lo tanto, Dios requiere ofrendas en estos momentos.

Las ofrendas también se pueden presentar espontáneamente en cualquier momento como un acto de adoración cuando una persona se siente movida a hacerlo, pero este acto es adicional al de las ofrendas anuales estatuidas.

La Iglesia de Dios Unida celebra las fiestas anuales de Dios durante el transcurso del año como lo hizo Jesucristo, de acuerdo con el mandato consignado en Levítico 23:2: "Las fiestas del Señor, que proclamarás como santas convocaciones, estas son mis fiestas". Cuando nos reunimos para participar en los servicios de estos días festivos, recolectamos una ofrenda que está separada de los diezmos con que nuestros miembros contribuyen regularmente.

Si bien aceptamos ofrendas en cualquier momento a lo largo del año, no las recogemos durante nuestros servicios semanales de sábado ya que no se ordenan ni se esperan en ese momento.

Debido a que Dios es el Creador de todas las cosas y la fuente de todas las bendiciones físicas que tenemos, ejerce el derecho de exigir el regreso de una parte de estas bendiciones a través de diezmos y ofrendas. Es importante que comprendamos lo expresado en Proverbios 3:9 acerca de cómo “honrar al Señor con tus posesiones y con las primicias de todos tus frutos”.