¿Cómo los padres pueden enseñar a sus hijos a respetar al sexo opuesto?
La Biblia es un faro de luz para nuestros hijos e hijas, para que puedan evitar participar en el acoso y asalto sexual.
Las Escrituras nos ayudan a entender que el acoso y el asalto sexual han existido por milenios. Considere a Abram. Génesis 12:11 muestra que Sarai, su esposa, era hermosa. Antes de entrar a Egipto, él le dijo a ella: “He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto; y cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí…”
El miedo de Abram revela cómo la sociedad de su tiempo veía a las mujeres como propiedad que tomaban a la fuerza si el victimario lo deseaba. Sin embargo, la Biblia registra que el miedo al abuso sexual y el acoso no son exclusivamente cometidos contra las mujeres.
Cuando lee sobre la vida de José (en Génesis 39), encontrará una desgarradora historia que suena como una noticia de la actualidad: “Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo” (Génesis 39:6-7).
Vea la frase “aconteció después de esto.” ¿Qué significa?
Llegó un punto en que la esposa de Potifar empezó a ver a José de una manera distinta. Puede ser que, inicialmente, José solo era uno de los muchos esclavos de la casa. Pero un día ella lo vio diferente y “puso sus ojos” en él. En su mente comenzó a concebir un deseo pecaminoso y permaneció en eso.
¿Acaso esta mujer no tiene vergüenza al decir atrevidamente “duerme conmigo”? ¿Cómo alguien se permite ir tan lejos para ser tan atrevido en su pecado?
La esposa de Potifar claramente alimentaba su lujuria y se entregaba a su pecado por medio de su imaginación.
Alimentar nuestra lujuria o deseo en nuestra mente es muy peligroso porque mientras más permanecemos en esos pensamientos, lo más probable es que llevaremos a cabo el pecado.
Y así pasó con la esposa de Potifar: “Hablando ella a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella, aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí. Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió” (Génesis 39:10-12). Ya que ella dejó que estos pensamientos pecaminosos permanecieran y crecieran en su mente, claramente se volvió esclava a ese deseo.
Aunque José fue claro sobre su respuesta y huyó de ella inmediatamente, la esposa de Potifar se enfureció y falsamente acusó a José de agredirla sexualmente, visiblemente como venganza por haber rechazado los avances de ella.
Estos dos ejemplos muestran el daño que puede ser causado por no tener respeto saludable por el sexo opuesto. Éste respeto empieza en los jóvenes cuando aprenden principios piadosos basados en el perfecto diseño de Dios para las relaciones y las familias.
He aquí tres iniciadores de conversación para enseñar a nuestros hijos e hijas a respetar el sexo opuesto.
Los padres y en general, los adultos que figuramos como modelos a seguir, necesitamos tener estas y muchas otras conversaciones difíciles con nuestros hijos desde temprano y regularmente. Proverbios 22:6 nos enseña que la instrucción en temprana edad tendrá un impacto significante: “Instruye el niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”.
Haga estas preguntas a sus hijos.
1. ¿Cómo crees que Dios se siente cuando alguien hiere o se aprovecha de uno de sus hijos?
Al final, cada persona pertenece a Dios, no a nosotros. Cómo tratamos a esas personas es importante para Dios. Él observa cómo demostramos respeto y honor a aquellos del sexo opuesto, o cómo los deshonramos.
Génesis 2 explica que Dios creó al hombre del polvo de la tierra y le dio el aliento de vida. Él hizo a la mujer de la costilla del hombre. Cada uno es distinto y valioso y ambos reflejan la imagen y semejanza de Dios. Cada humano que ha nacido desde entonces tiene el potencial de algún día unirse a la familia de Dios. Por lo tanto, tenga cuidado de tratar a los demás con amabilidad y respeto. El acoso y la agresión sexual pueden tener negativamente afectar el bienestar emocional y espiritual de un individuo de por vida.
2. ¿Cuáles son algunos ejemplos de comportamientos en programas, libros, juegos o en línea que promueven el acoso o abuso como algo aceptable?
Discutan los tonos sutiles o flagrantes de irrespeto que se tejen comúnmente en gran parte de nuestro entretenimiento actual. Den ejemplos y prepárense para hablar sobre qué efecto el escenario en alguien de la vida real. Hablen sobre cómo sería ser tratado de tal manera o qué consecuencias habría para ambas partes. ¿Qué daño puede resultar al dañar la reputación de alguien o lastimarlo emocional o espiritualmente?
3. ¿Puede pensar en maneras de cómo mostrar respeto y amabilidad a aquellos del sexo opuesto?
Filipenses 2:3-4 tiene un maravilloso principio. “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros”.
Es fácil olvidar que cada uno de nosotros es responsable ante Dios por nuestro comportamiento hacia los demás. Debemos tratar a los otros con la misma amabilidad, consideración y paciencia con la que nos gustaría ser tratados.
Como padres y cuidadores, debemos pedir a Dios que guíe nuestras conversaciones y proporcione sabiduría sobre cómo ayudar a nuestros jóvenes a navegar las presiones cada vez más viles de la cultura que los rodea. Así como Sarai y José vivieron en sociedades impías muchos siglos atrás, también nosotros vivimos en un mundo oscuro. Debemos preparar a nuestros pequeños a plantarse ante este mundo oscuro con Dios como su escudo.