¿Cuál es el perfil de un alcohólico?

¿Cuál es el perfil de un alcohólico?

Quienes abusan del alcohol periódicamente como mecanismo de supervivencia, y aquellos afectados por la enfermedad del alcoholismo (según lo define la Organización Mundial de la Salud), hacen lo imposible por ocultar su uso desmedido o adicción. Lamentablemente, y con demasiada frecuencia, sus cónyuges, amigos y familiares se vuelven facilitadores y fomentan en el alcohólico la tendencia a continuar abusando. 

Se estima que solo un 2 a 3 por ciento de los alcohólicos corresponde a la imagen estereotípica de un “borracho de barrio marginal” que trastabilla en un callejón o debajo de un puente. La mayoría de los alcohólicos y adictos al alcohol hacen todo lo posible por ocultar la peligrosa cantidad de licor que beben.

El abuso del alcohol crea problemas mucho mayores que los que normalmente se le atribuyen. Prácticamente cualquier agente del orden público o encargado de hacer cumplir la libertad condicional puede confirmar que alrededor de 75  por ciento de todos los crímenes que culminan con una sentencia de prisión o cárcel involucran el alcohol de una manera u otra. 

Y ciertamente esto no termina aquí. Un estudio publicado en 2012 por la Universidad de Washington [Estados Unidos] mostró de manera alarmante, aunque no sorprendente, que hasta un 15 por ciento de los cirujanos en Estados Unidos había experimentado problemas con el abuso del alcohol. Esto es más alto que el 9 por ciento de abuso de alcohol que se ve en la población general de este país. 

Uno de los organizadores dijo que es posible que este estudio subestime el porcentaje de cirujanos con alcoholismo. ¿Por qué? Porque tal como otros adictos al alcohol, la gente que está menos dispuesta a responder puede sentir vergüenza y temor asociados al abuso y dependencia de esta sustancia. Y nadie desea ese estigma. 

En cuanto a Latinoamérica, veamos lo que escribió la periodista y abogada mexicana Ruth Rodríguez en la edición del 24 de enero de 2018 del periódico Excelsior, bajo el título “El alcoholismo secreto de los médicos”: “Es un secreto a voces del que se habla poco. El alcoholismo es una enfermedad que cada día padecen más médicos y, en general, el personal del sector salud en los diferentes niveles de mando. Hasta el momento no se conocen, o no son públicos, estudios recientes que nos den una idea clara de la dimensión del problema. Pero la cuestión es muy sencilla: si tiene algún médico de confianza, solo es cuestión de que le pregunte si conoce o ubica en su círculo inmediato a algún médico, enfermera, anestesiólogo, sea hombre o mujer, con problemas con su forma de tomar bebidas alcohólicas. Seguramente le dirán que sí” (https://www.excelsior.com.mx/opinion/ruth-rodriguez/2018/01/24/1215635).

El Centro de Rehabilitación Talbott en Atlanta, Georgia, Estados Unidos, es uno de los centros que ha tenido más éxito en su tratamiento de médicos, enfermeras y otros profesionales que luchan contra la adicción al alcohol y otras substancias. Su director médico dijo:

 “Existe un tema relacionado con los rasgos de personalidad de nuestros pacientes. Las personalidades obsesivo-compulsivas, evasivas y pasivo-agresivas afectan a la mayoría de nuestra población de pacientes. Su intensa ceguera les impide ver cómo su obstinada manera de pensar, comportarse y tratar situaciones de la vida real interactúan con su adicción e impactan su vida en muchas y diferentes maneras” (https://talbottcampus.com/about-us/medical-directors-message/).

Y si el alcohol “no hace acepción de personas” en cuanto a cirujanos, médicos, enfermeros, radiólogos y otros profesionales médicos, ¿qué queda para nosotros?

Como afirmamos en otras partes de esta guía de estudio, el uso ocasional y moderado del alcohol es permitido desde el punto de vista bíblico. 

Pero si el alcohol se utiliza para enmascarar síntomas crónicos de ansiedad, depresión, problemas interpersonales, familiares, laborales o de otro tipo, puede llevar rápida e inexorablemente a una condición emocional, física y espiritual que hará que las cosas se deterioren rápidamente. Enfrentemos los hechos: si usted está ocultando de los demás cuánto bebe (aunque ellos probablemente ya sospechan algo), está en problemas.

Las buenas noticias son que tener problemas con el alcohol no significa que uno está muerto. Pero sí significa que tiene que dejar de negarse a aceptar los hechos, ser honesto y buscar ayuda. Ya no trate de reparar, manipular y controlar las cosas. Sus metas deben ser la humildad, la honestidad con sí mismo y la sumisión. Cuanto antes actúe para embarcarse en el camino a la recuperación, más rápido cambiarán las cosas para usted. 

¡Sí, sí hay esperanza!

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