Cómo rebatir el concepto erróneo del “rapto secreto”
El concepto de un “rapto secreto” de creyentes que son llevados al cielo justo antes de la tribulación profetizada para los últimos días es ampliamente enseñado y creído entre los cristianos modernos. La trama de algunos libros y películas muy populares se desarrolla en torno a esta doctrina, que esencialmente enseña que Cristo volverá a la Tierra dos veces: la primera, cruzando la atmósfera para arrebatar a los creyentes y llevarlos al cielo, y la segunda, volviendo a la Tierra con ellos para enfrentarse a los enemigos de Dios en la batalla de Armagedón y llevar a cabo el juicio final.
Lamentablemente, vivimos en una era en la cual la mayoría se conforma con obtener su conocimiento religioso de fuentes secundarias, preferiblemente a través de medios de comunicación frívolos como el teatro, la televisión, las películas y las novelas.
¡Pero usted no puede darse el lujo de negar la responsabilidad que tiene de probar la verdad!
Quienes estén dispuestos a estudiar cuidadosamente la Biblia podrán ver que la popular teoría del rapto secreto no aguanta el escrutinio de la Palabra de Dios.
La enseñanza del rapto secreto fue popularizada en la década de 1970 por los escritos del teólogo y escritor evangélico estadounidense Hal Lindsey (The Late Great Planet Earth [El último gran planeta Tierra]) y más recientemente por Tim LaHaye y Jerry Jenkins y sus libros y películas de ficción titulados Dejados atrás. Pero ¿dónde se originó este concepto del rapto secreto?
Generalmente se le atribuye esta idea a John Darby, sacerdote y teólogo anglicano del siglo xix, quien procuró rectificar las falsas enseñanzas concernientes a la segunda venida de Cristo que se habían vuelto tan comunes. Darby creía, correctamente, que Jesucristo regresaría a la Tierra para establecer el Reino de Dios y gobernar personalmente el mundo por mil años. Sin embargo, en su celo por refutar los errores, Darby promovió la idea de que Cristo volvería para llevarse consigo a los creyentes antes del catastrófico periodo que precedería su última venida.
Arrebatados, claro, pero ¿cuándo?
Si queremos estudiar concienzudamente este tema, necesariamente debemos comenzar en 1 Tesalonicenses 4:16-17. Pablo escribe en el versículo 16 que cuando Jesús retorne al sonido de una trompeta, los creyentes que ya hayan muerto serán resucitados: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero”. A continuación dice: “Y luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos para siempre con el Señor” (énfasis nuestro en todo este folleto, a menos que se indique lo contrario).
La frase original en griego equivalente a seremos arrebatados “combina las ideas de fortaleza y premura que vemos en el irresistible poder de Dios” (Tyndale New Testament Commentaries [Comentarios del Nuevo Testamento de Tyndale], Leon Morris, 1984, p. 94). Las palabras “arrebatar”, “arrebato”, “arrebatador” y “arrebatado” se derivan del latín. En español, la palabra arrebatado literalmente significa “ser quitado o tomado con violencia” (o súbitamente).
Técnicamente hablando, la Biblia sí habla de un tipo de “arrebatamiento”. Se trata del momento en el cual los seguidores de Cristo serán tomados repentinamente a su venida. La Biblia se refiere a esto como la resurrección. La controversia se centra en la naturaleza de este suceso y cuándo ocurre. La enseñanza común sobre el rapto secreto lo sitúa años antes de que el mundo sea testigo del retorno triunfal del Mesías, lo cual se opone diametralmentea lo que dice la Biblia.
La Escritura habla de “el día del Señor” y de “el día de Cristo”. Ambas expresiones se refieren al tiempo en que Jesús intervendrá para juzgar, recompensar a sus santos y reinar sobre toda la Tierra. Otra frase similar es “el día de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 1:8). Este “día” grandioso no se limitará a 24 horas. (Por favor vea el gráfico en la parte central de esta guía de estudio para una comparación profunda de estos términos y las escrituras pertinentes a ellos).
Isaías 34:8 habla de “el día de venganza del Eterno, año de retribuciones en el pleito de Zion”. Apocalipsis 6:12-17 describe las señales celestiales, y los capítulos subsiguientes revelan que este periodo estará colmado de acontecimientos cataclísmicos que culminarán con la llegada de Jesús en toda su gloria, acompañado de sus santos ya resucitados, para destruir a los ejércitos que se juntarán contra él y quedarse aquí en la Tierra (Zacarías 14:1-5; Judas 1:14; Salmos 149:5-9). (Si desea más información sobre este tema, solicite o descargue nuestro folleto El Apocalipsis sin velos).
Prueba muy débil
Quienes creen en el rapto secreto se apresuran a señalar que Jesús dijo que nadie sabría el día de su retorno para reunirse con sus seguidores (Mateo 24:36), mientras otras profecías revelan la duración del periodo final de tribulación que conducirá a su venida. Por ejemplo, Daniel 12:11 dice que debemos contar 1290 días desde cierto evento del tiempo del fin (llamado “la abominación desoladora”) que conduce a la gran tribulación, hasta el advenimiento de Cristo. Por ende, arguyen los partidarios de la teoría del rapto, para que nosotros no sepamos el día, este debe ocurrir antes del regreso de Cristo. Sin embargo, a Daniel se le dijo que él sería resucitado “al fin de los días” (Daniel 12:13), es decir, al final de las dos series de días ya mencionadas en Daniel 12:11-12 (los 1290 y los 1335 días). Esto coloca la resurrección de Daniel después del periodo de tribulación. Esto es completamente opuesto a lo que afirma la doctrina común sobre el arrebatamiento.
Junto con declarar que nadie sabría cuál sería ese día, Cristo también dijo: “Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor” (Mateo 24:40-41). El argumento detrás del rapto es que, sin advertencia, algunas personas simplemente desaparecerán después de ser secretamente arrebatadas por Cristo. Como esto se compara con lo que pasó en tiempos de Noé, cuando la gente vivía sus vidas cotidianas sin saber que estaban al borde del desastre (Mateo 24:37-39), se esgrime el argumento de que esta desaparición de creyentes no puede ser parte de los difíciles tiempos de la gran tribulación y del día del Señor.
Pero, ¿acaso estaba Jesús hablando siquiera de que la gente sería arrebatada en el aire para reunirse con él, o estaba diciendo simplemente que uno sería tomado y otro dejado? Note que la gente en tiempos de Noé “no [entendió] hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos” (v. 39). Por lo tanto quiere decir que aquí, en este contexto, el hecho de ser llevados fue algo nefasto – fueron llevados a la calamidad y la muerte. De la misma manera, pareciera que quienes son “llevados” en los tiempos del fin son aquellos que se ven arrastrados por la vorágine de eventos catastróficos. Aquellos que son “dejados” son protegidos de la destrucción. Esto no tiene nada que ver con el arrebatamiento.
Pero a pesar de la falta de evidencia bíblica en apoyo a la doctrina común del rapto secreto, todavía son muchos los que se aferran a ella. Algunas denominaciones religiosas incluso se refieren a ella como “la esperanza bienaventurada” usando la frase de Tito 2:13, donde Pablo escribe que debemos estar “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”.
Los creyentes en el rapto secreto consideran que este se llevará a cabo con anterioridad al regreso de Jesucristo, lo que simplemente no es bíblico
Según lo que ellos creen, la palabra “manifestación” se refiere a algo secreto y repentino, es decir, al arrebatamiento. Por lo tanto, “esperanza bienaventurada” se convierte en una especie de abreviación que describe este rapto secreto, tanto en la literatura como en las películas basadas en dicha doctrina. Además, ellos citan algunos versículos del Nuevo Testamento que mencionan “la aparición de nuestro Salvador Jesucristo” (1 Timoteo 6:14) y “la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:13), como si estas escrituras pudiesen darle más peso a la doctrina.
Pero todas estas escrituras se refieren simplemente a la venida de Cristo, ya sea la primera vez como perfecto sacrificio por el pecado, o la segunda vez como Rey invencible.
En estos versículos no existe nada relacionado con un rapto secreto de creyentes que son llevados al cielo antes del tiempo de la tribulación, a pesar de los intentos de muchos teólogos evangélicos por interpretar estos pasajes de tal manera. Claro que seremos arrebatados y llevados en el aire para estar con Cristo, pero ello solo ocurrirá al final de la gran tribulación y el día del Señor.