¿Se debe bautizar a los niños?

Usted está aquí

¿Se debe bautizar a los niños?

Descargar

Descargar

¿Se debe bautizar a los niños?

×

En la mayoría de las iglesias, el bautismo de los niños recién nacidos es una ceremonia solemne que se considera de gran importancia. Pero ¿hay en el Nuevo Testamento algún ejemplo concreto de esta costumbre?

En el bautismo de los niños, generalmente se les rocía un poco de agua o se les vierte agua sobre la cabeza. Sin embargo, el ejemplo bíblico del bautismo consiste en la sumersión completa de la persona.

Existe también otro factor importante que va en contra del bautismo de los niños. El bautismo representa el inicio formal de un pacto con Dios, así como nuestra aceptación de tal pacto (Romanos 6:1-6; Colosenses 2:11-12). Según la Biblia, este paso debe ser precedido del arrepentimiento (un cambio en nuestra forma de pensar y actuar por el cual nos comprometemos a vivir de acuerdo con las normas de Dios) y la fe en Jesucristo. Ningún niño de pocos días de nacido puede hacer esto.

Aunque el apóstol Pablo comparó el bautismo a la circuncisión, eso no significa que los niños deben ser bautizados. Es cierto que hubo ocasiones en que Jesús bendijo a los niños (Marcos 10:13-16), pero eso es muy distinto del bautismo, que es un símbolo externo de un profundo compromiso interno. Al contrario de la circuncisión, la cual es mejor hacerla en la infancia (Génesis 17:12), el bautismo debe aplazarse hasta que se tenga la suficiente madurez para entender plenamente lo que implica el arrepentimiento. La seriedad del bautismo indica que es una decisión que debe ser tomada únicamente por personas maduras.

Es más, la costumbre de la “confesión”, como una forma de “confirmación” del bautismo que se efectuó en la tierna infancia, es completamente contraria al ejemplo del Nuevo Testamento. En estos casos, el bautismo se efectúa primero, y muchos años después se toma la decisión consciente de seguir el camino de vida de Dios. En cambio, la Biblia describe el bautismo como algo que se hace después de reflexionar profundamente sobre lo que representa la decisión de someterse a Dios y vivir en obediencia a su ley.

La costumbre de bautizar a los infantes no tiene respaldo alguno de las Escrituras, ni por enseñanza ni por ejemplo.