Génesis 1 y los días de la creación
No existe ningún relato de la historia antigua que tenga mayor respaldo científico que el libro del Génesis, incluso su descripción de la creación en días de 24 horas.
Durante los últimos 150 años, la parte de la Biblia que más rigurosamente ha sido atacada es el relato de la creación en el primer capítulo del Génesis. Los darvinistas argumentan que, al parecer, nuestro planeta tiene entre cinco y 15 mil millones de años de edad. En cambio, para otras personas que han hecho un cuidadoso estudio de las genealogías que aparecen en la Biblia y de la historia secular, la tierra ha existido por sólo unos 6.000 años.
Antes de examinar estas discrepancias, consideremos la forma en que la Biblia aborda la creación. ¿Cuál es el principio organizador que se usa para describir la creación? ¿Cómo se presentan al lector las obras creadoras de Dios? Ante todo, el relato está basado en el día de 24 horas y luego en la semana de siete días. (En Génesis 1 se describen los seis primeros días de la semana de la creación y los primeros versículos del capítulo 2 narran lo que sucedió en el séptimo día.)
La tierra en su órbita
Mediante la observación aprendemos que la tierra gira alrededor del sol una vez por año, y que da vuelta sobre su propio eje una vez cada 24 horas. La rotación produce el ciclo del día y la noche. El eje de nuestro planeta tiene un ángulo fijo con respecto al sol, y mantiene ese ángulo a lo largo de su órbita.
La rotación de la tierra produce el ciclo de 24 horas (o más precisamente, de 23 horas y 56 minutos). Y el ángulo de su eje es lo que ocasiona el cambio de estaciones.
¿Qué tiene que ver el primer capítulo del Génesis con todos estos fenómenos naturales? ¿Podemos tomar en serio el relato bíblico de la creación?
“Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día” (Génesis 1:4-5). Vemos en esta narración que desde el comienzo Dios estableció el ciclo de día y noche.
El día y la noche son el resultado de la rotación de la tierra sobre su eje. Queda claro que el relato del Génesis describe el período de 24 horas que todos conocemos. Notemos además que al separar la luz de la oscuridad, el día de la noche, Dios puso al sol para que señorease en el día (vv. 14-18).
Podemos entender con claridad el lenguaje del relato bíblico porque encaja con el contexto de algo que experimentamos todos los días. Desde el momento que nacemos hasta el momento de nuestra muerte, vivimos en una constante sucesión de días completos de 24 horas. “Las imágenes de la historia de la creación están enmarcadas por los seis días de trabajo” (The New Bible Commentary: Revised [“Nuevo comentario bíblico: revisado”], 1970, p. 82).
¿Cuánto duraron los días de la creación?
Desde que los científicos se dieron cuenta de que la edad de la tierra puede ser de miles de millones de años, personas bien intencionadas han procurado conciliar el relato bíblico con los hallazgos científicos. Algunos han propuesto la teoría de que los siete “días” de la creación no eran de 24 horas, sino que posiblemente eran períodos que duraron miles o millones de años. Para apoyar esta idea, hay quienes argumentan que, en Génesis 1, la palabra hebrea yom (“día”) significa un lapso no específico.
Es cierto que yom puede indicar un período indefinido, pero el contexto de los seis días de Génesis 1 nos aclara cuánto duró cada uno de ellos. La frase “fue la tarde y la mañana un día”, en el versículo 5, se repite en cada uno de los otros cinco días.
Es indiscutible que el término día en el relato de la creación se refiere a la rotación de la tierra. En toda la historia del pueblo hebreo, la “tarde” (es decir, la puesta del sol) siempre ha significado el comienzo de un nuevo día de 24 horas.
No obstante, como esa expresión no se usa al final del relato acerca del séptimo día (Génesis 2:1-3), algunos también han intentado alargar la duración del sábado de la creación. Suponen que el séptimo día de la creación aún no ha terminado, a pesar de los miles de años que han transcurrido. Consideran entonces que los seis días de la creación también se pueden alargar por miles de años. Pero ¿confirman las Escrituras este punto de vista?
Un principio fundamental del estudio de la Palabra de Dios es que la Biblia se interpreta a sí misma. Notemos lo que se dice en Génesis 1:14-19: “Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día [yom] de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días [yom] y años . . . E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día [yom], y la lumbrera menor para que señorease en la noche . . . y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día cuarto”. No tiene sentido suponer que en espacio de pocos renglones el significado de día cambie de un período de 24 horas, o la parte clara de ese tiempo, para referirse a un tiempo indeterminado que dure millones o hasta miles de millones de años.
El texto del Decálogo confirma la duración de cada uno de los días de la creación, incluido el séptimo: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para el Eterno tu Dios; no hagas en él obra alguna . . . Porque en seis días hizo el Eterno los cielos y la tierra . . . y reposó en el séptimo día; por tanto, el Eterno bendijo el día de reposo y lo santificó [lo declaró santo]” (Éxodo 20:8-11).
Al definir cuándo debemos guardar el Día de Expiación, una de sus fiestas santas, Dios especifica: “Del anochecer al anochecer [24 horas] guardaréis vuestro reposo” (Levítico 23:32, Reina-Valera Actualizada). El mismo principio se aplica al sábado semanal y a todas las fiestas bíblicas. (Si desea más información sobre este tema, puede solicitar nuestro folleto gratuito El día de reposo cristiano.)
Lo que dice Génesis 1:1-2
Los dos primeros versículos de la Biblia son claves para entender este tema. “El prólogo del Génesis presenta las verdades históricas que son premisas necesarias para la investigación válida del conocimiento humano” (The New Bible Commentary: Revised [“Nuevo comentario bíblico: revisado”], 1970, p. 81). De modo que analicemos Génesis 1:1-2 nuevamente.
Algunas versiones de la Biblia comentan que la expresión “y la tierra estaba desordenada y vacía” puede ser traducida como “la tierra se volvió desordenada y vacía”. En otras palabras, algo dañó la creación original descrita en Génesis 1:1 e hizo necesario que Dios restaurara el orden, cosa que hizo durante seis períodos de 24 horas seguidos por un descanso sabático. (Para una descripción más detallada de este asunto, ver el recuadro de la página 30 titulado: “La edad de la tierra: ¿Indica la Biblia que hubo un intervalo entre los dos primeros versículos del Génesis?”)
Baste decir aquí que los actos de creación de Dios no causan el desorden, el caos ni la destrucción (1 Corintios 14:33). Dios le dijo al querubín Lucero: “Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad [desobediencia]” (Ezequiel 28:15). Dios es un Dios de perfección, orden y belleza. La destrucción y los desastres son el resultado del pecado, ya sea éste de los ángeles o de los seres humanos.
La conclusión es que la creación original (Génesis 1:1) fue perfecta y que sobrevino después un gigantesco caos causado por Satanás (el antiguo Lucero) y la tercera parte de los ángeles (Apocalipsis 12:4), los cuales se habían convertido en demonios. Algún tiempo después, Dios la renovó completamente durante seis días de 24 horas, seguidos por un día de descanso que dio origen al reposo sabático semanal (Éxodo 20:11).
El lapso entre Génesis 1:1 y 1:2 es un período indefinido que podría abarcar miles de millones de años, y podría explicar la tremenda antigüedad de la tierra tal como la han definido los geólogos y otros científicos. La Biblia misma resuelve este enigma; no necesitamos alargar artificialmente los siete días de la creación para resolver el problema.
Más sobre la creación
Cada vez que estudiamos el relato de la magnífica creación de Génesis 1 podemos aprender algo. A veces una versión distinta de la Biblia puede traer más luz y proporcionar más entendimiento.
Consideremos la voz hebrea moed, que aparece en Génesis 1:14, la cual tiene varias acepciones de acuerdo con el contexto. Ha sido traducida por “estación”, “tiempo señalado”, “plazo”, “reunión”, “fiesta” y otros términos.
Leamos Génesis 1:14 en la Biblia de Jerusalén: “Dijo Dios: ‘Haya luceros en el firmamento celeste, para apartar el día de la noche, y valgan de señales para solemnidades, días y años’”. Al utilizar el término solemnidades, vemos que se hace alusión a las intenciones de bienestar que Dios tiene para la humanidad. Él estableció el sábado al tiempo de la creación, justo después de haber creado al hombre (Génesis 2:1-3; Marcos 2:27). Más tarde, reveló sus solemnidades o fiestas santas a “la congregación en el desierto” (Levítico 23; Hechos 7:38).
Al igual que el sábado o día de reposo semanal, las fiestas anuales son importantes para entender el plan que Dios tiene para la humanidad. No obstante, el simple conocimiento de su existencia no es suficiente. Al guardar activamente las fiestas bíblicas cada año, los cristianos repasan el plan divino de salvación, lo que les permite entender cada vez con mayor claridad los designios de Dios (2 Pedro 3:18).
El calendario de fiestas anuales está basado en las estaciones y los ciclos agrícolas en la tierra bíblica de Israel. Para Dios, el año no comienza en pleno invierno (como ocurre según la cronología de nuestros calendarios de hechura humana), sino en la primavera, cuando la flora y la fauna cobran nueva vida y el ambiente en general goza de nueva luz y calor.
La Iglesia de Dios Unida edita un folleto que explica ampliamente el significado de las fiestas bíblicas Las fiestas santas de Dios.