El darvinismo no es lo mismo que la evolución
Es necesario advertir que la palabra evolución puede significar algo distinto para cada persona. En términos generales, es una transformación según la cual las cosas pasan gradualmente de un estado a otro; también puede tener el significado que Darwin le atribuyó. En el aspecto biológico, el significado literal de evolución es simplemente las sucesivas apariciones de formas de vida perfectamente estructuradas, sin relación a su origen. Esto es diferente del darvinismo, doctrina según la cual el cambio gradual y sucesivo de una especie a otra diferente se efectúa mediante la selección natural y las mutaciones fortuitas.
Una especie se define generalmente como un ser viviente que puede reproducirse únicamente según su mismo género. Así que, aunque para algunos científicos darvinismo y evolución tienen el mismo significado, los dos términos no son sinónimos y deben ser definidos cuidadosamente según el contexto.
El físico Alan Hayward se pregunta: “¿A qué se debe que darvinismo y evolución sean unos términos que tan frecuentemente se usen (erróneamente) como si tuvieran el mismo significado? Este hecho se explica porque Darwin fue el primero en plantear seriamente la teoría de la evolución. Antes de Darwin, todo el mundo creía que la idea de la evolución era descabellada y ridícula. Después de Darwin, la evolución parecía tan razonable y lógica que el público la dio por sentada sin ponerla en tela de juicio.
“Desde la época de Darwin muchas personas han intentado postular una explicación diferente para la teoría de la evolución, pero nadie ha tenido éxito . . . la teoría de Darwin parece ser el único método posible de evolución. Hasta el momento tal parece que el darvinismo y la evolución se sostienen juntos o caen juntos” (Creation and Evolution [“Creación y evolución”], 1985, p. 5).
Es por esta razón que los darvinistas están tan aferrados a su teoría. Están muy conscientes de que la única alternativa para explicar la existencia de la vida es un Dios creador. El profesor L.T. More hace una confesión muy franca: “Nuestra fe en la doctrina de la evolución depende de nuestra renuencia a aceptar la doctrina contraria: la teoría de una creación especial [de Dios]” (The Dogma of Evolution [“El dogma de la evolución”], citado por Francis Hitching, The Neck of the Giraffe [“El cuello de la jirafa”], 1982, p. 109).