Otros bautismos
Cuando Juan el Bautista habló acerca del bautismo en Espíritu Santo y fuego, ¿qué quiso decir realmente? Veamos las palabras exactas de Juan: “Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará” (Mateo 3:11-12)
La palabra bautizar significa “poner dentro de” o “sumergir”. Juan bautizaba en agua, sumergiendo a las personas en el río Jordán. Pero estaba declarando que Jesucristo iría más allá de lo que él estaba haciendo, e inmediatamente explicó su referencia al bautismo en fuego. Aquellos que rehúsen arrepentirse deben considerarse como la “paja” que al final de los tiempos va a ser lanzada al lago de fuego (Apocalipsis 20:15).
Jesús mismo explicó el bautismo con el Espíritu Santo. Les dijo a los discípulos que “Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días” (Hechos 1:5). Esto se cumplió unos pocos días después, en la Fiesta de Pentecostés, cuando los discípulos “fueron todos llenos del Espíritu Santo” (Hechos 2:1-4).
¿Qué quiso decir Pablo cuando escribió: “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo”? (1 Corintios 12:13). Más adelante explicó: “Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular” (v. 27). Este cuerpo se identifica específicamente como “la iglesia del Señor” (Hechos 20:28). Quien recibe el Espíritu Santo, inmediatamente es “puesto dentro” y hecho miembro del “cuerpo de Cristo”, la Iglesia de Dios. (Si desea profundizar más en este tema, le recomendamos que lea nuestro folleto gratuito El camino hacia la vida eterna.)