El papel del diablo en la religión

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El papel del diablo en la religión

Las Escrituras revelan que el diablo, siendo “el dios de este si- glo” (2 Corintios 4:4), ha logrado reunir un gran número de asistentes humanos. La mayoría son simplemente sus seguidores, pero muchos de esos seguidores son además maestros religiosos engañados.

Pablo explica la conexión que existe entre ellos y el diablo: “Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extra- ño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (2 Corintios 11:13-15).

Cegados por doctrinas erradas y tradiciones populares que han pasado de una generación a otra, estos falsos maestros son uno de los instrumentos más poderosos del engaño de Satanás. Los utiliza para hacer creer que sus caminos son los caminos de Dios y de esta forma desvía a las personas.

Algunos de estos maestros, y las instituciones a las cuales están asociados, obviamente promulgan conceptos que no se encuentran en la Biblia. En otras palabras, sus creencias tienen un origen no bíblico o hasta pagano; no pretenden seguir las Sagradas Escrituras.

Pero además, hay muchas falsificaciones de la iglesia que Jesús estableció. Él mismo predijo que falsos maestros aparecerían y engañarían a “muchos” (Mateo 24:5, 11, 24). Este falso cristianismo comenzó durante el tiempo de los apóstoles de Cristo (Gálatas 1:6-7). Pedro advirtió a los cristianos fieles: “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado” (2 Pedro 2:1-2).

El diablo desempeña un papel muy importante en las religiones de la humanidad. Sólo aquellos que le piden ayuda a Dios, a medida que estudian diligentemente la Biblia y comparan sus creencias con lo que en ella se enseña, pueden tener la esperanza de sobreponerse a los engaños tan comunes en las organizaciones y fraternidades religiosas de la actualidad.