Una grave advertencia para los creyentes
¿Habrá algunos advertidos de lo que va a suceder?
“Vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón” (1 Tesalonicenses 5:4).
“De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas” (Mateo 24:32-33).
Aunque en la Biblia se nos dice con toda claridad que nadie conoce el momento exacto del retorno de Jesucristo, tanto Jesús como Pablo indicaron que los verdaderos creyentes podrán reconocer las señales que lo precederán. Numerosas profecías nos dan detalles explícitos que nos ayudarán a reconocer que el tiempo se acerca. Esta es la razón por la que es vital que usted estudie estas profecías en su propia Biblia (leerlas en diferentes versiones puede ayudarle a entenderlas más claramente) y medite en ellas. También, no deje de leer y reflexionar acerca del recuadro de la página 8: “¿Nos indican las profecías cuándo volverá Jesucristo?”
¿Cómo debemos prepararnos ante estos trascendentales eventos?
“No durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo. Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él. Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis” (1 Tesalonicenses 5:6-11).
“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre” (Lucas 21:34-36).
“Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo. Es como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase. Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo. Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad” (Marcos 13:33-37).
“Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti” (Apocalipsis 3:3).
En la Biblia se nos exhorta repetidamente a que estemos preparados espiritualmente ante esos acontecimientos: “No durmamos . . . velemos y seamos sobrios . . . [Vestíos] con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo . . . Mirad también por vosotros mismos . . . orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas . . . guarda [lo que has recibido y oído], y arrepiéntete”.
El apóstol Pablo describió vívidamente la actitud y la manera de ver las cosas que predominarían en la sociedad de los tiempos del fin: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios” (2 Timoteo 3:1-4).
En los tiempos del fin los hombres y las mujeres serán egoístas en extremo y centrados en sí mismos. No verán las señales de peligro a su alrededor y serán tomados por sorpresa. Si no tenemos en cuenta las advertencias de Dios, y permanecemos sobrios, vigilantes y alerta, correremos el riesgo de dormirnos espiritualmente y no estar preparados. Entonces sufriremos las consecuencias de nuestra negligencia
¿Pensarán algunos que, al fin y al cabo, Jesucristo no volverá?
“Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación” (2 Pedro 3:3).
¿Cuál es la perspectiva de Dios respecto al momento del retorno de Cristo?
“Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:8-9).
El apóstol Pedro nos dice que algunas personas van a interpretar mal las condiciones previas al retorno de Jesucristo porque tendrán una estrecha perspectiva humana en lugar de la perspectiva de Dios. Él, quien es inmortal y eterno y que siempre ha existido, no ve el tiempo como nosotros lo vemos.
Cuando las tendencias y los sucesos no se realizan de la forma como nosotros creemos que deberían pasar, o si Jesucristo no regresa en el momento que esperamos, hay quienes caen en la trampa de suponer que las promesas bíblicas y las profecías de Dios no se harán realidad. Estas personas, escribió Pedro, cometen un error fundamental. Se equivocan al no reconocer que Dios es paciente, dándonos el tiempo necesario para que nos volvamos a él en verdadero arrepentimiento. Porque Dios “ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo . . .” (Hechos 17:30-31).