La supervivencia humana se ve amenazada
El armamento nuclear se ha vuelto cada vez más poderoso y amenazante. Aquellas primeras bombas atómicas, aunque devastadoras, sólo tenían el poder de 12,5 kilotones, o sea el equivalente de 12.500 toneladas de explosivos convencionales.
En cambio, la bomba más potente que ha sido detonada desde el fin de la segunda guerra mundial, por la entonces Unión Soviética, fue estimada en 60 megatones, o sea el equivalente a unos 60 millones de toneladas de TNT. Este es un poder destructivo casi 5.000 veces más potente que el de aquellas bombas que destruyeron Hiroshima y Nagasaki.
Si bien los inventarios mundiales de armamento nuclear fueron reducidos por acuerdos entre EE.UU. y la URSS, aún existen más dispositivos nucleares de los que se necesitan para destruir todo vestigio de vida en el planeta varias veces. La destrucción desatada por cada una de las bombas que cayeron sobre Hiroshima y Nagasaki fue estimada en tan sólo una millonésima parte del poder destructivo del arsenal nuclear que existe actualmente en el mundo.
Consideremos que además de los Estados Unidos y Rusia, hay por lo menos otras cinco naciones que poseen armas nucleares: el Reino Unido, Francia, China, India y Paquistán. Muchos expertos dan por sentado que otras naciones también poseen armas nucleares y los sistemas necesarios para lanzarlas, y que otras más están tratando de conseguirlas.
Estas armas devastadoras son la amenaza más obvia a la supervivencia humana, pero no son la única. Las autoridades científicas enumeran diferentes actividades humanas o desastres naturales que podrían eliminar la mayor parte de vida humana en la tierra, si no todo vestigio de ella. Entre éstos se cuentan:
• Armas químicas: Entre su arsenal bélico, varios países cuentan con gas nervioso y otras horripilantes sustancias tan letales que, con una sola gota que se inhale o que sea absorbida por la piel, pueden matar a una persona en cuestión de minutos.
• Armas biológicas: Varias de esas naciones también han adquirido armas biológicas capaces de provocar epidemias letales, que podrían esparcirse con rapidez en poblaciones indefensas.
• Armas convencionales: El hombre continúa produciendo bombas, balas y cohetes cada vez más destructivos, así como armas de rayos láser, generadores de partículas subatómicas y bombas de neutrones.
• Destrucción del medio ambiente: En ciertos países se han tomado medidas drásticas para disminuir la contaminación ambiental, pero las condiciones están empeorando rápidamente en algunos países pobres. La contaminación eólica, terrestre y acuática representa en la actualidad una grave amenaza a la salud humana —aun a la vida misma— en algunos lugares.
• Enfermedades epidémicas: Se ha calculado que el sida ha cobrado más vidas que cualquier otra epidemia mundial, incluso la peste negra de la Edad Media y la epidemia de influenza de los años 1918-19. Y en los últimos años han surgido otras epidemias misteriosas como el Ébola, la fiebre de Lassa, los virus de Marburgo y de Machupo, y la fiebre del dengue.
• Hambrunas: Los maravillosos adelantos en investigaciones agropecuarias han logrado mantener la producción de alimentos escasamente a la par del crecimiento de la población mundial (6.000 millones). Pero el desgaste y la erosión de las tierras de cultivo, la escasez de agua, las sequías y los problemas sociales hacen que el espectro de hambrunas devastadoras pudiera aparecer en cualquier momento.
• Desastres naturales: Los terremotos, huracanes, tifones, inundaciones y tornados son otros fenómenos que cobran miles de vidas cada año. Los científicos reconocen que existe la posibilidad de que asteroides o enormes meteoritos puedan chocar con nuestro planeta; de hecho ya ha sucedido en el pasado. Pero esos podrían ser de tal magnitud que sus repercusiones destructoras afectarían la vida de todos los habitantes de la tierra.
A medida que avancemos en esta lección veremos que existen varias amenazas a la vida humana que tienen un papel importante en las profecías anunciadas en las páginas de la Biblia.