Los escritores del Nuevo Testamento

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Los escritores del Nuevo Testamento

Por medio de estos hombres (y compañeros aptos como Marcos y Lucas), escogidos para desempeñar un papel único, Dios inspiró la creación de los 27 libros que constituyen lo que llamamos el Nuevo Testamento. Después de orar toda la noche a su Padre, Jesús inicialmente escogió 12 hombres para ayudarle a edificar y guiar su iglesia en sus primeros años. Más tarde, a medida que la iglesia crecía y se expandía, algunos de estos hombres, junto con Pablo (también llamado a ser apóstol), empezaron a escribir extensamente. Estos escritos apostólicos fueron preservados para las generaciones posteriores en lo que llamamos el Nuevo Testamento.

¿Qué es un apóstol?

“Cuando era de día, [Jesús] llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles” (Lucas 6:13).

En términos sencillos, la palabra apóstol significa “una persona enviada”, lo que implica que es enviada con un mensaje. Aun el propio Jesucristo es mencionado como “apóstol” (Hebreos 3:1). En The New Bible Dictionary (“Nuevo diccionario bíblico”) se dice: “La palabra griega apostolos aparece más de 80 veces en el Nuevo Testamento, casi el 90 por ciento de ellas en [los escritos de] Lucas y Pablo. Se deriva de un verbo muy común apostello,[que quiere decir] enviar...” (p. 48).

¿Cuál era una de las actividades principales de los apóstoles?

“Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).

Por haber sido testigos presenciales, en los primeros años de la iglesia los 12 apóstoles confirmaron de manera poderosa la resurrección de Jesucristo. Lucas incluyó porciones de este notable testimonio en el libro de los Hechos. Estos primeros testigos oculares cumplieron un papel especial. Su testimonio escrito comprende la mayor parte de los 27 documentos inspirados que constituyen el Nuevo Testamento.

Recordemos que Jesús había dicho: “El Consolador, el Espíritu Santo, [que] el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26). También dijo que este “Espíritu de verdad ... os guiará a toda la verdad” (Juan 16:13). Esto sucedió tal como Jesús lo predijo, y estas verdades inspiradas fueron preservadas para nosotros en el Nuevo Testamento.

¿Cuál fue una de las grandes preocupaciones del apóstol Pedro cerca del final de su vida?

“También yo procuraré con diligencia que después de mi partida vosotros podáis en todo momento tener memoria de estas cosas. Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad” (2 Pedro 1:15-16).

Pedro quería que los futuros seguidores de Cristo tuvieran un recordatorio permanente del verdadero evangelio. Esto se pudo realizar por medio de un registro escrito de la vida y las enseñanzas de Jesús y de los hechos de los apóstoles.

¿Con qué propósito escribió el apóstol Juan su evangelio?

“Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Juan 20:30-31).

“Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero” (Juan 21:24).

El Evangelio de Juan (y por extensión el Nuevo Testamento en su totalidad) fue preservado para darles a las generaciones posteriores un relato fidedigno de la vida de Jesús, el Cristo o Mesías, sus palabras y hechos, el conocimiento vital que él quería que fuera transmitido a todos los que lo siguieran.

¿Qué dice Lucas acerca de los orígenes de la verdadera cristiandad?

“Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra, me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo, para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido” (Lucas 1:1-4; ver Hechos 1:1-2).

Lucas fue un escritor e historiador excepcional. Los acontecimientos de la Biblia ocurrieron en el mundo real, y Lucas en particular registra importantes detalles de la época de los apóstoles que son corroborados por numerosas fuentes de historia.

¿Qué nos dice Pedro sobre los escritos de Pablo?

“...como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada [por Dios], os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición” (2 Pedro 3:15-16).

El apóstol Pedro consideró como “Escrituras” algunas de las cartas del apóstol Pablo. Obviamente, él entendió que habían sido inspiradas por Dios, al igual que las Escrituras del Antiguo Testamento.

¿Cómo se nos dice que debemos considerar la Palabra de Dios?

“Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro” (Apocalipsis 22:18-19).

Dios toma muy en serio su Palabra, y nosotros debemos hacer lo mismo. Es el fundamento mismo del saber y debemos tratarla con la mayor seriedad. En principio, esta advertencia se extiende también al resto de los libros de la Biblia. No debemos agregar nada a las palabras que Dios inspiró para ser preservadas para toda la humanidad, ni debemos quitar nada de ellas.

Por otra parte, ¿obtenemos el favor de Dios si tenemos en alta estima su Palabra?

“...miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra” (Isaías 66:2).

Dios quiere que todos respetemos la Biblia y que aprendamos a vivir de toda palabra que sale de su boca (Mateo 4:4; Lucas 4:4).