Los escritores de la Biblia Hebrea

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Los escritores de la Biblia Hebrea

Al poner por escrito sus enseñanzas para la humanidad, Dios se valió de personas de toda profesión y posición social: reyes, profetas, sacerdotes, escribas, recaudadores de impuestos, pastores, pescadores. Aunque Dios los inspiró a todos, utilizó sus propias personalidades para transmitir su mensaje. Los antecedentes de estos siervos de Dios proporcionan un fascinante material de lectura. Es sorprendente constatar lo mucho que la Biblia misma revela acerca de cómo fue compilada por medio de los instrumentos humanos que Dios utilizó.

Empecemos nuestra historia con David, el rey de Israel que vivió alrededor del año 1.000 a.C. Ahora, 3.000 años más tarde, nosotros aún hablamos, escribimos y cantamos las palabras de David. Sus escritos son citados extensamente en lo que llamamos el Nuevo Testamento. Él creó un gran acervo de literatura que Dios preservó para las generaciones futuras.

¿Quién fue el principal compositor de las palabras y la música de los salmos?

 

“Estas son las palabras postreras de David. Dijo David hijo de Isaí, dijo aquel varón que fue levantado en alto, el ungido del Dios de Jacob, el dulce cantor de Israel” (2 Samuel 23:1).

“En aquel día, David dio por primera vez a Asaf y a sus hermanos, este salmo para alabar al Eterno” (1 Crónicas 16:7, Nueva Reina-Valera).

“[¡Ay de los que... ] gorjean al son de la flauta, e inventan instrumentos musicales, como David” (Amós 6:5).

“Pues el mismo David dice en el libro de los Salmos...” (Lucas 20:42).

“Porque el mismo David dijo por el Espíritu Santo...” (Marcos 12:36).

La Biblia tiene mucho que decir acerca de los logros musicales y literarios de David. No menos de 73 salmos llevan el nombre de David, y es muy probable que él también haya escrito muchos de los salmos que aparecen sin autor. Con su habilidad para tocar el arpa, David tranquilizaba la mente perturbada del rey Saúl (1 Samuel 16:14-23). David también compuso una conmovedora endecha después de que Saúl y Jonatán perecieran en la guerra (2 Samuel 1:17-27; ver 3:33-34).

¿Cuántas veces personas no familiarizadas con la Biblia han repetido la frase: “¡Cómo han caído los valientes!”, sin darse cuenta de que estaban citando el lamento de David por la muerte de Saúl y Jonatán? David y su música eran tan célebres que el profeta Amós los mencionó unos 300 años después del reinado de David (Amós 6:5).

¿De dónde procedía la inspiración de David?

“El Espíritu del Eterno ha hablado por mí, y su palabra ha estado en mi lengua” (2 Samuel 23:2).

Estas son algunas de “las palabras postreras de David” (v. 1), asuntos trascendentales que él deseaba que la gente recordara. Este gran rey fue uno de los muchos siervos de Dios que el apóstol Pedro tenía en mente mil años más tarde al escribir: “Nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:21).

¿Tenía David el Espíritu Santo?

“Y [el profeta] Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu del Eterno vino sobre David” (1 Samuel 16:13).

Este ungimiento ocurrió cuando David era todavía un hombre joven que cuidaba las ovejas de su padre. Dios le dio su Espíritu a David en su juventud, y estos pasajes indican que muchas de sus composiciones fueron inspiradas por medio de ese Espíritu. El Espíritu Santo es un vínculo vital entre Dios y el hombre; Dios nos revela su preciosa verdad por medio de su Espíritu (1 Corintios 2:10). Como más tarde escribió Pedro, los profetas de Dios tenían este Espíritu, “el Espíritu de Cristo”, obrando dentro de ellos (1 Pedro 1:11).