Tiempos críticos

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Tiempos críticos

Aunque la guerra fría ha pasado a la historia, todavía existen muchas de las armas nucleares de la antigua Unión Soviética. Diplomáticos y otros oficiales de gobierno nos recuerdan que Rusia posee todavía unas 20.000 armas nucleares.

La mortífera propagación de armas de destrucción masiva es un peligro universal. Grupos terroristas —generalmente armados hasta los dientes y sin respeto alguno a la ley— amenazan la estabilidad de muchas naciones.

El índice de natalidad todavía está fuera de control en muchas partes del mundo, lo que estira los recursos al límite y conduce a una mayor inestabilidad mundial. Como advierte el diario The Times (de Londres):
“El rápido crecimiento de la población mundial está cobrando un precio tan alto a los recursos del planeta que está poniendo en peligro la supervivencia de la humanidad . . .”.

La contaminación y otros males amenazan con asfixiar los ecosistemas de la tierra que sostienen la vida. Un ejemplo alarmante es que nuestro planeta ha perdido las dos terceras partes de su cubierta forestal original. Algunos ecólogos advierten que en tan sólo una generación podríamos ver la pérdida casi completa de los bosques naturales. Los bosques son los pulmones de la tierra, y sin pulmones no podemos respirar.

Es precisamente en semejante época —llena de amenazas, confusión y crisis— que la iglesia, un organismo con siglos de antigüedad, es llamada a realizar su obra. Es con un profundo sentido de sus deberes y responsabilidades en cuanto a la propagación y enseñanza del verdadero evangelio (Mateo 24:14; 28:18-20), que la Iglesia de Dios Unida, una Asociación Internacional, ofrece este curso de estudio bíblico. Esperamos que supla una necesidad apremiante en nuestro atribulado mundo.

Para millones de personas, la Palabra de Dios es como un territorio desconocido y totalmente inexplorado. No obstante, la Biblia tiene como propósito ayudar a los seres humanos a desenvolverse en un mundo sumido en toda clase de males. También contiene las buenas noticias del venidero Reino de Dios y muestra cómo él va a resolver los numerosos males de un mundo que cada vez se acerca más a la catástrofe.